La Universidad Veracruzana (UV), a través del Centro para el Desarrollo Integral de los Universitarios (Cendhiu), puso en marcha, a partir del presente año, el programa de Grupos de Ayuda Mutua (GAM), de los cuales operan alrededor de 50 en las cinco regiones universitarias.
Jorge Sánchez Mejorada Fernández, coordinador del Cendhiu, dio a conocer que se trata de grupos de apoyo emocional dirigidos a estudiantes de nivel Licenciatura, Técnico Superior Universitario (TSU) y posgrado, facilitado por académicos y personal del organismo que lidera, capacitados en la metodología de los GAM.
La estrategia surgió a raíz de la pandemia por la COVID-19, cuando se registró –al regreso a la normalidad– una alta demanda en materia de atención psicológica con diferentes problemáticas de ansiedad, depresión, falta de ubicación, soledad, incluso casos de intento de suicidio entre la comunidad estudiantil.
Por lo anterior, se recurrió a una metodología propuesta por la Organización Mundial de la Salud desde hace más de dos décadas, consistente en integrar a estos grupos al primer nivel de atención o centros de salud como una estrategia sumamente útil.
Enfatizó el desarrollo de este tipo de abordajes, sobre todo en países como España. En México no existen muchas experiencias documentadas.
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“Lo que hemos hecho es adaptar esta metodología a la UV, al espacio de los universitarios, se trata de una estrategia para apoyarlos desde el punto de vista emocional, fundamentalmente.”
Jorge Sánchez Mejorada dio a conocer que el año pasado, con el apoyo de pasantes del programa educativo (PE) de Medicina, se introdujo una práctica de atención psicológica entre los universitarios, la cual aportó importantes datos sobre situaciones urgentes y complicadas.
Tan sólo, la Encuesta Percíbete 2022 que aplica la UV cada cinco años (en la que participaron cerca de 20 mil estudiantes), comparada con la previa de 2017, antes de la pandemia, mostró claramente un aumento significativo de cuadros de ansiedad y depresión en los estudiantes.
El psiquiatra señaló que dicha situación ha impactado en la continuidad de los estudios de los jóvenes. Incluso, a través del Programa de Educación Inclusiva, a cargo del Cendhiu, se han atendido casos que requieren de un abordaje particular en lo que respecta a sus experiencias educativas.
Igualmente, se ha optado por darlos de baja de algunas de ellas y realizar una serie de ajustes para evitar la deserción escolar.
“El procedimiento es que las facultades solicitan un diagnóstico para poder sustentar –desde la perspectiva médica y psicológica– y hacer los ajustes convenientes, con el fin de disminuir los casos de bajas definitivas, y al mismo tiempo proteger su vida y salud.”
Expuso lo que esta condición representa para los jóvenes, porque además de la ansiedad y depresión deben atender su carrera académica y lidiar con la presión escolar.
“Hay que romperlo ocupándonos de su salud, y al mismo tiempo de su educación.”