Orizaba, Ver.- Lo que para Arantzazú Diez comenzó como una inquietud artística en su infancia se convirtió poco a poco en el proyecto profesional que la trajo a la ciudad de las Aguas Alegres para compartir su arte con la población, en uno de los edificios más icónicos de la Pluviosilla: el Poliforum Mier y Pesado.
Para pintar la fuente se inspiró en el nombre náhuatl de Orizaba, Ahuilizapan, que significa Ciudad de Aguas Alegres e hizo corrientes de agua, ríos que bajan del Pico.
En el fondo de la fuente todo es líneas rectas, ángulos, estructura y dentro del dibujo, aunque está encerrado en muchas esquinas su equipo y ella lograron hacer un dibujo muy orgánico, con muchas curvas y rompiendo con todo lo que está alrededor, acoplándose a lo orgánico y balanceado.
Usó cinco colores, todos en la gama de azul. “Ya con el agua tendrá mucho dinamismo, con agua, luz y viento se hace de una forma, con poco aire se hace de otra y cuando está completamente en calma parece espejo y se mezcla con el cielo, son muchas pinturas en una”, señala.
A trabajar en ese espacio comenzó el martes. Arantzazú y su equipo rellenaron zonas grandes de la fuente. Son corrientes de agua que tienen un camino, van en diagonal y revientan en el otro extremo, van por capas de colores a los que se suman las luces, sombras y el detalle. Terminar la obra les llevó siete días pues batallaron con la lluvia y el sol.
Comenzó pintando la alberca de su casa
Comenzó pintado una alberca de su casa, relata, “la última que hice llamó mucho la atención, Logre entrar en contacto con Comex, ellos me dijeron que les encantaría hacer un proyecto conmigo si conseguía un lugar dónde hacerlo”, cuenta.
Su papá, quien nació en Orizaba le sugirió pintar la fuente principal del Poliforum, por lo que se dio a la tarea de conseguir el permiso, mientras Comex la contactó con el programa México Bien Hecho, que además de embellecer ciudades pintando murales y lugares, acerca mensajes sobre el cuidado del medio ambiente.
Desde pequeña quería pintar como su abuela Matilde
Desde pequeña me gustaba mucho dibujar y pintar. Mi abuela Matilde, que era de Orizaba pintaba increíble y yo decía que quería pintar como ella. De pronto un día quise hacer un mural en mi cuarto y no salió mal, tenía yo 12 años, de ahí, al poco tiempo la alberca estuvo vacía y platicando con mi papá, le dije, ¿si la pinto?, me respondió que sí; me atreví y fue cuando salió esta forma de muralismo, que yo digo es acuático, porque le da mucho movimiento”.
A partir de ahí se dio cuenta que sí podía y tenía la habilidad de pintar en gran formato y, desde entonces no ha parado.
Ya pintó un mural en el Parque Central Miguel Hidalgo de Coatzacoalcos, en el parque de las patinetas, que tiene un muro de cerca de 90 metros. Otro lo hizo como parte de su servicio social en la Ruta Monarca que ayuda a conservar la población de ese insecto. Su proyecto fue una mariposa enorme, en Toluca; además de murales en restaurantes y viviendas particulares.
La joven de 26 años egresada de la licenciatura de Diseño Industrial en la Ibero explora un poco más la parte creativa y artística que tiene y experimenta con las técnicas.
“Lo que utilizo para los murales acuáticos es una línea de Comex que se llama Albermex, es pintura a base solvente, densa y tiene su truco; a veces trato de hacer como si fueran acuarelas gigantes, otras, pinto en acrílicos, depende de cómo me sienta ese día, de cómo me inspire”, apunta.
Entre sus planes está hacer una certificación en arte, que dice le hizo falta, porque el diseño industrial le encanta, pero siente que le falta desarrollar la parte artística.
Me encantaría seguir trabajando a gran formato
Finalmente, sobre la transformación que ha tenido la ciudad desde hace 14 años, dice que ésta la ha puesto en otro nivel. Es Pueblo Mágico y confió en que pronto se va a poner de moda, porque tiene mucho potencial: museos, el Poliforum, el paseo del Río, el teleférico… Orizaba lo tiene todo.