En la pospandemia, con la consolidación del mercado en línea, se ha incrementado el riesgo de volverse un comprador compulsivo, que puede derivar en adicción similar a la de los juegos de azar, expresa Rafael M. Contreras Pérez, doctor en Psicología de Centros de Integración Juvenil (CIJ) Xalapa.
Aunque considera que históricamente sí se habla de la importancia de evaluar si las ofertas, rebajas y promociones son reales o si es efectiva la necesidad de adquirir un producto, apunta que no es suficiente pues va en aumento el número de personas con trastornos mentales cuya base son las compras desmedidas.
Aunque a lo largo del año hay bombardeo constante que incita al consumismo, recomienda mantener la calma en noviembre y diciembre para no padecer después.
“En el mercado electrónico, el transferir dinero y el uso de tarjetas de crédito o departamentales tiene un impacto en cómo nos sentimos emocionalmente, en la economía y otras áreas”, expresó en conferencia virtual de promoción de la salud mental.
Comprar en el mismo momento en el cual se ve un producto, sin tener que salir de casa, genera satisfacciones, tal y como sucede con el consumo de sustancias, con el riesgo de adición, subraya.
¿Cuándo se puede hablar de una adición a comprar?
Cuando se realiza una y otra vez, a pesar de que ya se sabe que no es necesario el producto y que es negativo para las finanzas personales, responde el especialista.
“A veces los seres humanos tenemos conductas no saludables y las hacemos simplemente porque nos brindan cierto placer momentáneo, pues después vienen las consecuencias”, manifiesta.
Exhorta a tener cuidado, observar el funcionamiento del mercado y cómo logra que las personas sean cada vez más manipulables, pues ser impulsivos puede llevar a gastar dinero que no se tiene y luego vivir acelerado, con deudas, ansiedad, estrés y depresión.
La psicóloga Gabriela Orozco Calderón también recomienda poner atención en estas fechas, sobre todo a quienes ya han sentido deseos incontenibles de comprar algo, tantos que experimentan ansiedad.
Detalla que una vez con el producto en mano, hay euforia y en muchos casos luego viene la culpa hasta caer en depresión porque no hay recursos para pagar.
El trastorno por compras compulsivas, coincide con Rafael M. Contreras, “representa uno de los problemas actuales más graves, pues social y culturalmente se promueve tener bienes materiales y un estatus que nos haga sentirnos mejores personas, incluso más atractivas”.
En Xalapa, quienes tienden a estos comportamientos pueden recibir orientación en “Centros de Integración Juvenil”, en Acueducto sin número, Unidad Magisterial. Se puede llamar al teléfono 22 88 15 05 00 para obtener una cita. Para saber de otros centros en el estado o el país está disponible el 800 911 2000.