Xalapa, Ver.- La xalapeña Ana García está consciente de la existencia de los estereotipos de género en los oficios, pero más allá de que se le considere un ejemplo o una mujer que rompe con prejuicios, ella es carpintera porque al trabajar la madera se siente libre, se olvida del tiempo y pone todo su empeño en crear lo que se ha propuesto.
Ana, además de hacer muebles modernos y distintos objetos, también diseña y construye futbolitos y mesas de “hockey”, los cuales, económicamente, le han permitido sobrellevar la pandemia por Covid-19, pues al estar las familias en casa, ha tenido más pedidos.
La veracruzana, de 31 años de edad, es directora de Gato Carpintero, taller de reciente creación donde comparte sus conocimientos con otras mujeres, quienes, como ella, buscan adquirir un saber que les dé oportunidad de realizar sus propios proyectos.
En entrevista, comparte que en los últimos meses le ha ido bien con los juegos de madera, pero no corrió con la misma suerte en su taller, pues de mayo a octubre, no sin tristeza, tuvo que cancelar las sesiones.
Rememora que Gato Carpintero inició en enero: “Un amigo me pidió que le enseñara a hacer un futbolito y luego me dijo que era buena para explicar, que tenía paciencia. Me sugirió diera clases y me animé, pero mis primeras convocatorias no tuvieron éxito; para febrero, marzo y abril tuve cupo lleno. Desafortunadamente llegó la pandemia, pero me seguían preguntando…”.
Tras el receso obligatorio, Ana está de vuelta. Gato Carpintero nuevamente está abierto para recibir a las futuras carpinteras. Mujeres que, dice la tallerista, estén dispuestas a dejar los tabúes a un lado para dar paso a la paciencia, a la creatividad, al juego.
También, para darse el tiempo para ver las bondades de la madera, un material noble y maleable que permite que si te equivocas, enmiendes el error: “A veces pareciera que no hay compostura, pero le digo a las alumnas que no pasa nada, si no puede ser por un medio, buscamos otro”, dice emocionada para enseguida hablar de cuáles fueron sus inicios en este oficio.
Ana creció con un papá y un tío carpintero. Además, había mueblería familiar. A ella le llamaban la atención las herramientas, pero no fue sino hasta que sufrió el robo del mobiliario de su negocio principal, que halló en la carpintería un gran apoyo. Ella creó todo.
Del taller, asegura que en poco tiempo ha encontrado alicientes. Sus alumnas, la mayoría de más de 40 años, y hasta de 65, le han expresado su sentir. Coinciden en que al llegar a trabajar, se concentran tanto en el proyecto, que se desconectan de sus problemas o preocupaciones, y empiezan a disfrutar.
Saber eso me alienta a seguir adelante con Gato Carpintero, por eso las invito a que se sumen y sientan la alegría y energía que nosotras ya experimentamos en un oficio que, sí, está más relacionado con hombresAna García | carpintera
Ana convoca a quienes estén interesadas, a incursionar sin temor: “No importa si están en cero; lo que yo no sepa, lo busco y lo aprendemos juntas”.
A Ana García se le puede contactar a través de Facebook Gato Carpintero o directamente con llamada al 22 8172 44 03.