En 2024, el Viaducto de Xalapa cumple 50 años de ser un punto de referencia en la capital del estado, pero poco se habla del motivo de su edificación. Para sorpresa de muchos, el conflicto de vialidad en la ciudad se remonta a la década de los 70 del siglo pasado.
¿Quién fue el creador del Viaducto de Xalapa y cómo inició el proyecto?
El arquitecto José Miguel Torres Cházaro, creador del proyecto, recuerda que Enríquez era de doble sentido y la carga vehicular se concentraba en Úrsulo Galván, Allende y Zaragoza; un grupo de empresarios expusieron la necesidad de resolver la problemática para tener un mejor acceso al centro histórico.
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Facilitar el tránsito eficiente y seguro de personas y vehículos se convirtió así en el principal objetivo de una obra arquitectónica que inició el 11 de enero de 1974, con distintas reacciones y hasta leyendas urbanas como el supuesto hallazgo de osamentas y una cubeta con oro.
En realidad, en la excavación para el túnel bajo el parque Juárez lo que sí se encontró fue el dintel de una especie de capilla lateral del antiguo monasterio de la orden franciscana, el cual, durante muchos años estuvo en exhibición en el Ágora de la Ciudad, comenta Torres Cházaro.
El dintel al cual hace referencia, actualmente ya no está en el recinto cultural. De acuerdo con la secretaria de Cultura, Silvia Alejandre Prado, fue devuelto al Museo de Antropología de Xalapa y pronto formará parte de una exposición.
El vestigio cuenta con la siguiente inscripción: "Acabase esta Iglesia año de 1556 reinando el Emperador Don Carlos V y su hijo el Rey Don Phelipe, nuestros señores y gobernando La Nueva España IIImo Viso Rey Don Luis de Velasco con cuyo favor se hedifico".
Si bien José Miguel Torres Cházaro es el autor de la propuesta, pues fungía como uno de los tres asesores de igual número de juntas de mejoras que existían, esta fue entregada en un principio al ingeniero Gustavo Nachón Aguirre, durante la administración del gobernador Rafael Murillo Vidal.
El cronista de la ciudad, Vicente Espino Jara comparte que durante ese periodo, además del viaducto, en la ciudad hubo otras obras significativas para darle funcionalidad tanto al tránsito peatonal como urbano y a áreas de recreación.
Al respecto, Torres Cházaro, a quien también se le encomendó la reestructuración de los sentidos de las calles del centro, afirma que el viaducto tuvo “un hijo”, pues Murillo Vidal le encargó a Nachón un lugar recreativo.
El terreno contaba con un arroyo y cerca había gallinas, burros, perros y hasta vacas. “Un monte a media ciudad” donde incluso un auto cayó a la parte profunda y cobró la vida de una persona.
Fueron los arquitectos José Miguel y Enrique Murillo los encargados del trazo del hoy icónico paseo de Los Lagos. Pero no solo hubo esos cambios. El maestro Vicente Espino habla de otros.
El Palacio de Gobierno también tuvo una obra civil, además, con el fin de generar un espacio para las libertades sociales, fue eliminado el parque Lerdo y se convirtió en la plaza donde hasta hoy, la sociedad expresa su sentir y sus demandas.
Pero volviendo al viaducto, sitio donde funcionaron la biblioteca pública “Rafael Valenzuela” y un acuario, José Miguel Torres rememora que la idea original sí tuvo algunas modificaciones.
Aunque la traza es la que existe, así como el ancho del túnel, inicialmente la propuesta fue pensada con una cubierta abovedada, siguiendo el concepto de pasos a desnivel como los de Guanajuato, con piedra o con barro, y que se viera el material, sin embargo, para reducir algunos costos, fue construido con concreto.
El entonces director de Comunicaciones y Obras Públicas, Rafael Téllez, tomó esa decisión por resistencia, tiempo y economía. La curvatura del trazo original no se respetó.
A cincuenta años de una obra con fines de resolución del problema de vialidad, Xalapa enfrenta nuevos desafíos. De acuerdo con los expertos, es multifactorial y no solo basta con voluntad política. Se requieren fuertes inversiones.