Frente a la violencia digital, uno de los grandes retos sigue siendo la impunidad seguida de la normalización, la legitimación e invisibilización proveniente de la misma sociedad, declara Rocío López Lara, investigadora del Instituto de Salud Pública de la Universidad Veracruzana.
En actividad digital abierta al público general, calificó como preocupante que se hagan memes de la violencia digital, especialmente contra las mujeres, y que haya risa ante un problema con impactos que van más allá de la salud mental.
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Puntualiza que además de daño psicológico y emocional en cualquier ámbito de la vida privada o en la imagen propia, se debe concientizar sobre la afectación que de los actos dolosos, los cuales causan daño a la intimidad, privacidad o dignidad.
Subraya la necesidad de entender que se debe trabajar para no revictimizar a las víctimas al atribuirles responsabilidades en vez de recalcar la conducta ilícita de las personas agresoras.
Cuantas veces sea necesario, llama a compartir que no es normal el uso de tecnologías de la información y la comunicación para exponer, distribuir, difundir, exhibir, transmitir, comercializar, ofertar, intercambiar o compartir imágenes, audios o videos reales o simulados sin consentimiento.
No hay mujeres culpables: hombres violan la intimidad
En el caso específico de la violencia digital de género, apunta que “no existen mujeres que tienen la culpa por grabarse o fotografiarse, existen hombres que violan la intimidad sexual”.
El mensaje que transmite es el siguiente: “Si eres víctima de violencia de género a través de medios digitales, recuerda que no estás sola, no es tu culpa y no eres la única”.
Rocío López Lara sostiene que el espacio digital y tecnologías tienen un carácter androcéntrico (sitúa al hombre como centro de todas las cosas) y sexista en la producción de contenidos.
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En ese contexto, expone que las principales víctimas y en mayor riesgo son las mujeres víctimas de violencia de pareja, mujeres víctimas o sobrevivientes de violencia física o sexual, las jóvenes y las que tienen un perfil público.
La investigadora llama a hombres y mujeres por igual a reflexionar y entender el mundo digital como un sitio de derechos y donde se ejerce la ciudadanía. También recomienda al Estado y autoridades generar los mecanismos de denuncia adecuados, destinar recursos suficientes, contar con personal capacitado para la atención a la problemática y crear protocolos.