COATZACOALCOS, Ver.- La zona portuaria de Coatzacoalcos recibe de manera cotidiana tripulación proveniente de Estados Unidos, Alemania, Croacia, Filipinas, India, Holanda, Japón y China, entre otros países. Tras semanas en el mar, los marineros al bajar buscan en tierra lugares a donde divertirse durante los días que dure la descarga de la mercancía y permanezcan “francos”.
“Lo que buscan es un lugar dónde beber, dónde bailar y donde haya variedad, mujeres pues”, explica un taxista cuya base la tiene en la zona del malecón viejo de Coatzacoalcos.
El ruletero señala que es el mismo personal de la zona portuaria el que se encarga de diseñarles la ruta de los bares a los marines nacionales y extranjeros. La mayoría, dijo, sale en grupo y recurre a lugares cercanos al centro de la ciudad, sin embargo, aquellos que pasan largas temporadas incluso visitan antros y bares de la periferia. “Hay algunos que son de cajón a los que van, como el Monterrey o los lugares que están en la zona del puente Calzadas, pero hay otros más retirados de la zona a los que también acuden, como el Caballo Blanco, que era muy visitado”, explicó.
A unos metros del lugar en el que se realiza el arribo de barcos, un hombre atiende una tienda de licores. Cuenta que debido a los hechos de violencia que se han registrado en una de las ciudades más violentas del mundo, los capitanes y encargados de los barcos les han “recomendado” a los marinos que no salgan de sus hoteles a altas horas de la noche, que busquen taxis seguros, pero sobre todo que eviten acudir a los bares y centros nocturnos de colonias de la periferia. Sin embargo, esta recomendación no siempre es atendida.
“Sí hay quienes vienen o van al Oxxo a comprar bebidas alcohólicas para estar en los cuartos de hotel bebiendo, pero seamos realistas, ellos lo que quieren es convivir con otras personas que no sean los mismos que han visto en las semanas o meses que lleven a bordo. Mujeres de preferencia”, reiteró.
El comerciante dio a conocer que incluso existe en los alrededores de la zona portuaria de Coatzacoalcos un grupo de personas que actúan como “guía de turistas” de los marineros. Se trata, dice, de un grupo de filipinos que hablan varios idiomas y que además sirven como traductores para que los marines puedan conseguir ropa, comida y diversión en los días que están en Coatzacoalcos. “Ellos son los que les recomiendan los lugares de comida típica y quienes les explican cuáles son los centros nocturnos seguros para ellos. Pero al parecer no le atinaron al Caballo Blanco”, señaló.
AGONIZA LA VIDA NOCTURNA DEL BULEVAR
A pesar de que hace al menos una década el bulevar de Coatzacoalcos albergaba buena parte de la vida nocturna. Hoy luce vacío.
La crisis económica, la inseguridad y el llamado “cobro de piso” han cobrado su factura en negocios que durante años fueron centros de entretenimiento obligados para turistas y locales.
Basta con recorrer los kilómetros del bulevar costero una noche entre semana para constatar que menos de una decena de negocios se mantienen abiertos.
Letreros de “Se vende” o “Se renta” son una constante y aunque existen cadenas de restaurantes que ofrecen música y comida en la zona, la afluencia la tienen los fines de semana. “Antes todo el mundo venía aquí. De antro en antro y terminaban aquí bebiendo”, aseguró un comerciante que ofrece bebidas, nachos, Sabritas y otros productos en un carrito.
Señaló que los pocos lugares que quedan sobreviven de las ventas de dos días a la semana y tres en vacaciones o puentes. Sin embargo, estas ventas no parecen ser suficientes a juzgar por la cantidad de lugares cerrados.
De acuerdo con Armando Carballo, presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco) en Coatzacoalcos, reconoció que los negocios de estos giros presentan dificultades económicas y que en los próximos meses algunos podrían cerrar sus puertas de manera definitiva.
MARINEROS FILIPINOS BUSCABAN DIVERSIÓN EN COATZA Y ENCONTRARON LA MUERTE
Considerado como un punto en la “ruta de antros” que siguen los marinos a su llegada a Coatzacoalcos, el “Caballo Blanco” fue visitado la noche del martes por Nathaniel Alindan y Bryan Varron, de 34 y 27 años de edad, respectivamente. Sin embargo, el atentado al bar perpetrado por delincuentes terminó con la vida de los marineros, cuya familia los esperaba a miles de kilómetros de Coatzacoalcos.
“Relax time in Coatzacoalcos, México”, escribió Nathaniel en su cuenta de Facebook. La publicación la acompañó de fotografías en las que se observa comiendo y bebiendo en un restaurante de la ciudad.
Embarcado en el barco “Caribe Liza”, el hombre de 34 años y padre de dos niños, había cumplido tres días en la ciudad tras el arribo del buque en la ciudad terminal marítima de Pajaritos, cuando junto con Bryan Varron, de 26 años, acudieron al “Caballo Blanco”. Su estancia era de cinco días.
De acuerdo con información oficial, los cuerpos de ambos marinos fueron identificados por las credenciales que encontraron en el lugar del accidente y corroborada por los representantes legales de Caribe Liza. El reclamo de los restos corrió a cargo del consulado de Filipinas, quienes gestionaron la repatriación a sus ciudades de origen.