Mary es una joven con diabetes que decidió embarazarse. Ese sólo hecho le provocó regaños, insultos y malos tratos de médicos y enfermeras que le recriminaban cómo era posible que se hubiera embarazado en esa condición.
Karina no recibió insultos, pero estando en un hospital público y aun sabiendo que tendrían que hacerle cesárea dado que su hija nacería de ocho meses, la tuvieron horas con dolores que le parecían interminables y para lo que no recibió ningún tipo de atención.
Rosa, una joven de escasos recursos, tuvo a su bebé en un hospital público también y el trato, y malas caras que recibió le parece normal, ella dice no haber sido víctima de ningún tipo de violencia.
Isabel no sabe qué es la violencia obstétrica, pero asegura que siempre fue tratada con respeto por parte de médicos y enfermeras, muchas más coincidieron con casos como el de ella.
Araceli González Saavedra, del colectivo Equifonía, señala que los casos de violencia obstétrica que se denuncian en Veracruz son casi inexistentes. Las usuarias que pasan por ello prefieren olvidarse de ese maltrato y seguir la vida al lado de sus bebés. Estima que a nivel nacional no se llega ni a las 100 denuncias.
Veracruz es el primer estado del país que tipificó el delito de violencia obstétrica desde 2012; sin embargo, al paso delos años el desconocimiento al respecto sigue permeando, el avance al respecto no existe.
Las penas contempladas van de tres a seis años de prisión y multa de hasta trescientos días de salario mínimo No obstante, la integrante del colectivo Equifonía consideró que es muy complicado de configurar ese delito; precisó que como organización han intentado que un caso sea admitido como violencia obstétrica.
“Qué es lo que ocurrió, que las fallas de la atención la atribuyen en este caso a una médica pero no consideran que no pudo recibir a la paciente porque no había camas disponibles. No era un error en sí de la doctora, tenía que ver con la infraestructura insuficiente para la atención. Esto representa lo que ha ocurrido con este tipo penal, que lo puede generar es una criminalización del personal en lugar de una valoración de los servicios que está otorgando la institución”, señaló.
PARTERÍAS
La partería se ha promovido como una alternativa para la atención de la mayoría de los partos y atención humanizada a mujeres embarazadas. En Veracruz hay dos experiencias al respecto, una en Teocelo, con más de 20 años de experiencia y con un modelo diseñado por las propias experiencias de las enfermeras que ahí laboraban y una más reciente en Altotonga. Son las únicas dos que existen en todo el estado.
“Lo que se busca es eso, cuando se habla departo humanizado, justo que los hospitales cuenten con una atención que responda a las necesidades de la usuaria, que en este caso considere cuáles son las costumbres o las creencias que hay, por ejemplo en comunidades indígenas para la atención de las mujeres embarazadas y esa es una estrategia que a nivel nacional se está impulsando”, añadió.
Lamentó que en Veracruz esas estrategias han funcionado a pesar, en muchos casos, de los secretarios de salud, “Hay una disminución drástica en México y tanto en la práctica pública como privada las cesáreas alcanzan en algunas zonas hasta el 60 por ciento de los partos, el 40 por ciento, cuando la Organización Mundial de la Salud establece que un indicado de un sistema de salud que atiende de manera adecuada la salud materna es menor al 16 por ciento. Es muchísimo más elevado lo que en muchos casos tiene que ver con la comodidad del personal de salud”, añadió.
MUJERES CON VIH
Patricia Ponce, del grupo Multisectorial enVIH-SIDA, aseveró que la violencia obstétrica puede ser doble cuando la mujer embarazada es portadora de VIH, ello provoca que sea doblemente víctima.
“Llegan las mujeres, las regañan porque están embarazadas aunque estén en tratamiento; aunque estén en tratamiento las obligan a partir vaginalmente en lugar de programarles una cesárea, las insultan. ‘No te diste cuenta que estabas preñada, hasta las perras se dan cuenta cuando menstrúan, no te vamos a hacer la césarea porque de cualquier modo te vas a morir y tu hijo va a nacer sidoso´, ese es el nivel de trato que se les da”, añadió.
La Comisión Estatal de Derechos Humanos ha recibido de 2016 a 2018 apenas 29 quejas por violencia obstétrica; nueve en2016, 10 en 2017 y otras 10 en 2018, de ese total se emitieron un total de nueve recomendaciones, todas a la Secretaría de Salud del Estado de Veracruz.