Como ciudad, Xalapa vive su época de crecimiento más acelerado y descontrolado. Ante el cambio climático, para que sea habitable es necesaria la infraestructura verde, con arquitectura y urbanismo sostenibles, coinciden expertos en entrevista.
Marco Montiel Zacarías, doctor en Arquitectura por la Universidad de Alcalá, España, considera que deben existir políticas públicas y voluntad política para gestionar el crecimiento de la ciudad con buenos proyectos y presupuestos.
“Que los suelos no aptos y las zonas inseguras no se habiten, ni de forma legal ni clandestina. Es tener ese dominio, desde la gobernabilidad y gobernanza, de que el crecimiento sea con planificación y gestión integral para que no sucedan desgracias como las habidas con las inundaciones y deslaves”, expresa.
En el caso específico de fraccionamientos, alerta que mientras haya quienes sigan diseñando sobre papel, sin tomar en cuenta las características particulares del terreno, los problemas de inundación y erosión de suelo se agravarán y colapsarán varios sistemas.
“El urbanismo que se practica en la actualidad es como una recetita aprendida, replicada por todo el mundo; prima hacer negocio, ver la plusvalía del lugar, sacarle provecho y, entre más se venda, mejor. No se toma en cuenta si el terreno es una ladera o dos laderas, y al centro se va a inundar”, observa.
Lamenta que los planes de desarrollo de gestión del espacio urbanizable no hayan conseguido que el crecimiento de la mancha urbana logre un equilibrio con el contexto topográfico, climático y natural, con trágicas consecuencias.
Al ahondar en la importancia de la arquitectura y urbanismo sostenibles, tanto Marco Montiel como el consultor urbanista Mario Valladares Mejía precisan que se requiere la participación de la ciudadanía, de la academia, de la iniciativa privada y de los gobiernos y autoridades locales para que realmente funcione el engranaje social y público.
“Los proyectos deben emerger desde la aprobación y el conocimiento de la sociedad, bajo la coordinación de los especialistas, y con la voluntad política de querer hacerlo”.
Por otra parte, Mario Valladares señala problemas como la contaminación, la criminalidad, la inequidad y la segregación, “los cuales van aparejados con un crecimiento inercial y desordenado que los profundiza. Se debe pensar en una arquitectura incluyente, donde los espacios sean seguros para todos”.
Igual que Marco Montiel, dice que se deben adaptar estrategias de diseño y teorías del urbanismo a las condiciones propias del lugar, pues un crecimiento armónico solo será posible si se toma en cuenta la compleja topografía de Xalapa y que es frontera entre ecosistemas, entre otros factores.
INUNDACIONES
Al referirse a las inundaciones, Marco Montiel rememora que en aras del desarrollo, lo que antes eran cerros hoy son calles pavimentadas. Detalla que en el pasado, entre el 80 y 90 por ciento del agua de lluvia se absorbía al subsuelo, no había tanto escurrimiento; pero ahora hay “calles empinadas” que cada vez que cae una tormenta se vuelven ríos.
“Hay cero por ciento absorción y 100 por ciento escurrimientos. Debido al calentamiento global, cambio climático y presencia de fenómenos de lluvia extraordinarios, los sistemas de alcantarillado y pluviales se ven colapsados porque no están preparados para esos volúmenes de agua”, declara.
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Como alternativa, menciona los materiales permeables, pues aunque pareciera muy innovador, sostiene que no es así. Además, apunta que se debe pensar en proyectos con ajustes técnicos para que se puedan construir con dichos materiales.
ESCASEZ DE AGUA
Xalapa, igual que gran parte del sureste mexicano, de forma natural cuenta con gran cantidad de agua en el subsuelo, “no tendría que preocuparse, sin embargo, es de las que más carece del servicio de agua potable”.
Ante este panorama, piensa que se deben redefinir y actualizar los conceptos de la arquitectura biosistémica y bioclimática, donde las ecotecnias, como la captación de agua pluvial, sean sistemas “de facto” en los proyectos.
Ejemplifica que en otros lugares ya hay reglamentos de construcción municipales donde los proyectos solo son aprobados si incluyen un sistema de captación y almacenamiento de agua pluvial, así como un sistema propio de tratamiento de las aguas residuales.
Con respecto a los edificios y las viviendas, dice que más que ser puntos de consumo energético deben ser puntos de producción.
Que la arquitectura genere sus propias energías y gestione sus propios residuos
Añade que si cada edificio y cada arquitectura producen su agua y energía, y limpian su aire a través de la vegetación, no como un elemento decorativo sino como de diseño, las plantas pueden proveer una estabilización en los cambios de temperatura y una mejora en la calidad del aire, entre otros beneficios.
MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN
Los entrevistados mencionan que para construir de una manera más eficiente se debe pensar en nuevas formas de producción de materiales, los cuales no requieran un alto impacto a la atmósfera e incluso puedan utilizarse impulsando cooperativas locales y regionales que también reactivarían la economía.
Algunos de los materiales nombrados son los maderables, el bambú y otros tradicionales como la arcilla y la tierra para la fabricación de ladrillos y tejas, aunque aclaran habría que revisar los procesos artesanales y hacer mejoras para que puedan seguir siendo sostenibles.
Por otro lado, instan al reciclaje de escombros o pavimentos de derribo para hacer nuevos pavimentos.
Quien se especializa en bioconstrucción es la arquitecta Fernanda Prado, quien trabaja tomando en cuenta zonas sísmicas y utiliza adobe, pajarcilla y cob para las viviendas.
Ella se suma al llamado a conocer los beneficios del adobe: “La arcilla da sensación térmica, tiene propiedades acústicas y antisísmicas; es un material biodegradable, no produce emisiones contaminantes de nada, es inocuo y se trata de una construcción simple”.
Declara que la bioconstrucción tiene que ver “con un mundo más ecológico, con ser más amigable con el medio ambiente y lograr algo más sano para los seres humanos”.
XALAPA VERDE
El biólogo Aníbal Ramírez Soto, experto en proyectos forestales para Xalapa, acepta que la urbanización ha generado importantes beneficios sociales y económicos, pero poco se habla de la infraestructura verde y su importancia para lograr un equilibrio.
“Los árboles, plantas y flores ya no solo deben verse en términos de estética o de jardinería; la infraestructura verde es tan importante como una banqueta o una alcantarilla”, sostiene.
Expone que en la ciudad se deben tomar decisiones estratégicas mirando un horizonte de 50 años, tal y como lo hizo el exgobernador Rafael Hernández Ochoa con los camellones de la avenida Ruiz Cortines.
“Él ya pensaba que la ciudad iba a ser como es ahora. Si no hubiera hecho eso, Xalapa sería una ciudad gris totalmente”. En ese sentido, afirma que las áreas de socavones y fragilidad son una oportunidad para expandir la infraestructura verde.
También destaca la necesidad de que en políticas públicas reconozcan los asentamientos como un fenómeno social, cuyo abordaje tiene que ser desde una perspectiva de seguridad nacional y de protección civil.
“Desde el punto de seguridad nacional, en zonas periurbanas se concentran en el tema de la criminalidad y la prevención solo para mitigar o para desenterrar, pero en época de secas no hay reingeniería ni procesos de estabilización de laderas con todas las tecnologías verdes que ahora existen de bajo costo”.
“Se requiere un trabajo transdisciplinar, un proceso de interacción en el que se tienen que considerar varios aspectos de economía, de arquitectura, de seguridad pública, de protección civil, y de expertos técnico-biológicos”, puntualiza.
El especialista aclara que no todo se le debe dejar al gobierno y llama a las empresas a que inviertan en infraestructura verde, pues “está documentado en el mundo que entre más verdes son las ciudades, hay más economía y prosperidad, y hasta menos crimen”.
Finalmente, Marco Montiel Zacarías insiste en que se debe volver a unir naturaleza y ciudad, pues una Xalapa habitable es aquella en la que tanto la gestión de su espacio público, como la planeación de su crecimiento y el diseño de su arquitectura, contemplen que la ciudad tiene un entorno en el cual cohabitan muchas formas de vida.