Xalapa recibió la Navidad con una temperatura aproximada a los 16 grados centígrados. Más de medio día en la ciudad transcurrió en susurros. Ausente estuvo el bullicio cotidiano, el jolgorio de la Nochebuena, el ir y venir de miles de personas por las calles citadinas, compradores de última hora de los alimentos y bebidas de la especial noche.
Las calles no registran tráfico vehicular. Uno que otro ciclista mañanero aprovechó la ocasión para transitar por las calles que en otras ocasiones están prohibidas para las bicicletas. La mañana se presta para disfrutarla al máximo, para caminarla, para reencontrarse con una ciudad que en otro tiempo despertó la admiración de propios y extraños por su tranquilidad y buen clima.
Esta Navidad Xalapa se muestra como una ciudad espléndida. Como una ciudad propia para caminar sin necesidad de programas especiales, para disfrutar sus calles, sus parques, sus jardines.
Conforme avanza la mañana, poco a poco los xalapeños asoman sus rostros hacia la calle. Otros aprovechan el buen tiempo para salir, para respirar el aire de la mañana y disfrutar una ciudad sin ruido, sin prisas, sin motivo alguno para mirar el reloj y acelerar el paso.
Un hombre con sus perros también aprovechó la mañana para pasear a sus anchas. Hubo quienes aprovechando la soledad de la plaza Lerdo aprovecharon para tomarse la foto con el enorme árbol y Nacimiento tradicionales de Navidad.
A diferencia de otras navidades, este año las nubes impidieron ver al Cofre de Perote y al Pico de Orizaba, eternos testigos de los acontecimientos de la capital del estado.