||SEGUNDA Y ÚLTIMA PARTE||

Ha transcurrido más de un siglo desde que las primeras mujeresmexicanas incursionaron en los delitos federales. Un ramillete demuchachas o mujeres maduras conforman la historia femenina en lamateria. Desde que Ignacia Vega “La Vaquera Grande” y sus hijasMaría de la Luz y Carmen Vega “Las Vaqueras Chicas”irrumpieron en la falsificación de billetes, en 1908 y después“Lola la Chata” en el narcotráfico, muchas féminas no hancesado de transgredir la ley. Hoy más.

En el país los principales delitos del fuero federal quecometen las féminas son en las ramas: narcóticos, actos ilícitoscon armas, defraudación fiscal, ser miembros de algunaorganización delictiva y uso de documentos falsos. En el caso delos delitos del fuero común son: golpes y lesiones, robo, daño alos bienes ajenos, fraude y despojo.

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En 2016, de acuerdo a cifras que han señalado en el Senado dela República, se ha documentado que están en prisión 13 mil 448mujeres, que representan aproximadamente a un 5 por ciento de lapoblación carcelaria.

Aseguran los investigadores en la materia que la gran mayoríade las mujeres privadas de su libertad están acusadas de delitoscontra la salud.

Las mujeres más buscadas por la DEA y por la PGR, desde 2011,por ejemplo, son actualmente: María Teresa Osorio de Serna,Elizabeth Garza “La Parkay”, Elvira Arroyo, Enedina ArellanoFélix, “La Beba” (no se sabe el nombre), jefa de plaza de“Los Zetas”; “La Güera Loca”, jefa de sicarias del Cárteldel Golfo; Vanesa Barroso Mosqueda, Rosario Pérez “La Pelos”,“La Kitty”; Dolores Torres Moreno, “La Lola”; BrauliaValverde Vilchis; Kenia Rocío Priego Alarcón, y Blanca EstelaRincón Yáñez.

Otras que han estado en el ojo del huracán de la justicia son:Alicia Félix Zazueta, prima del antiguo capo Miguel Ángel FélixGallardo (dicen que llegó a “jefa”); Alicia Arellano Félix;“La Reina del Pacífico”, Sandra Ávila Beltrán (capturada yliberada); Ana Patiño López, ex esposa de Servando GómezMartínez “La Tuta” (ya detenida, aunque se desconoce sicontinúa en prisión); Alejandrina Gisselle Guzmán Salazar, hijade “El Chapo”.

Algunas más son del antepasado, como Delia Patricia BuendíaGutiérrez, “Ma Baker”, quien llegó a ser la jefa del cártelde Nezahualcóyotl, quien alcanzó el pináculo como principaldistribuidora de estupefacientes en buena parte del Estado deMéxico, así como de la delegación Iztapalapa y la zona deTepito.

Y tal como lo escribimos en 2014:

“Su banda estaba integrada por mujeres (además de varios“mandilones”, decían), entre las cuales estaban: NormaPatricia Bustos, “La Pequeña” o “La Loca”; MarcelaGabriela Bustos, “La Gaby”; Nadia Isabel Bustos, “LaJaponesa”; María del Carmen Pérez González, Guadalupe BuendíaBárcenas y Emilia Mojica. Desde hace 12 años purga su condena enel penal de La Palma, desde entonces forma parte de miles deféminas tras las rejas”.

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Una buena parte de estas mujeres delincuentes empiezan sucarrera desde pequeñas y como la reinserción social aun es unautopía…Por ejemplo, el número de menores detenidas (14 a 17años) por delitos del fuero federal entre diciembre de 2006 yseptiembre de 2011 ascendió a 315. El total de ambos sexos duranteel período citado fue de 4,044 casos. Es decir, 7.79 por ciento delos menores detenidos son mujeres.

Más es el fuero común donde se aglutina el grueso de mujeresencarceladas, de acuerdo al Centro de Estudios Sociales y deOpinión Pública de la Cámara de Diputados.

DEL ENAMORAMIENTO A UNA PRISIÓN FEDERAL

Al alza, pues, están las féminas que infringen severamente laley: en 2002, había siete mil féminas en prisión; en 2003,aumentó a ocho mil 65; para 2004, la cifra estaba en 15 mil 500; yen 2007 eran más de 20 mil. En 2010, de acuerdo al CESOP fueronprocesadas 19 mil 732 mujeres; 16 mil 722 por el fuero común ytres mil 010 por el federal.

Los especialistas califican a 2013 como el año de mayorincremento en décadas en cuanto a mujeres en prisión por delitoscontra la salud: el aumento fue de 400 por ciento, cifra querepresenta un 70 por ciento de la población penitenciariafemenina.

Hoy, la situación no ha variado, por el contrario, cada díaacceden a nuevos delitos.

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Elsa Ivette Jiménez Valdez, académica del Instituto deEstudios Superiores de Occidente, en su trabajo “Mujeres, Narco yViolencia: Resultados de una Guerra Fallida”, publicado porScielo, ilustra acerca de las féminas en el narcotráfico”.

“Aunque hay mujeres que han logrado escalar en el mundo de lamafia -dice-, sus principales actividades actuales son el trasladode mercancía, el narcomenudeo y el ingreso de drogas a lospenales. Éstas implican una alta posibilidad de que las sorprendany encarcelen, se han considerado menos relevantes y por lo cualreciben pagos más bajos”.

También plantea:

“Las razones de las mujeres para incorporarse al narcotráficoson variadas. Algunas lo han hecho al vincularse sentimentalmentecon narcos y sicarios quienes las obligaron, usaron o invitaron atrasladar droga; algunas llegaron a interesarse en el negocio yescalaron a puestos de mediana o mayor envergadura. Otrasingresaron por necesidad, porque eran madres solteras, amas de casao desempleadas, tenían carencias o quedaron viudas y desprotegidascon el asesinato de su pareja vinculada con el narco. Otrosegmento, el que ha conseguido escalar mayores posiciones es el delas que provienen de familias o familiares inmiscuidos en el narco.De entre todas ellas, muchas han sido seducidas por las alhajas,prendas costosas, vehículos y una vida llena de lujos y placeresque no podrían tener de otro modo”.

Y además…

“Otra categoría incluye a las aprehendidas por la justicia.Según un estudio de Giacomello (2013) con presas, éstas ingresanal narcotráfico en su mayoría de manera consciente, pero muyinfluidas por las relaciones asimétricas entre hombres y mujeres.Ellas consienten su participación sobre todo por los vínculos dedependencia emocional que establecen con sus parejas y por superfil, por lo general son de estratos socioeconómicos bajos y conescolaridad entre primaria y secundaria incompleta”.

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Expone el Consorcio Internacional Sobre Políticas de Drogas quedesde la década de los ochenta se ha incrementado el número demujeres en reclusión por delitos relacionados con drogas,disparándose a partir de los noventa. Este fenómeno se haregistrado a nivel mundial y América Latina no ha sido unaexcepción. Cada vez más, mujeres se insertan en los circuitos deltráfico de estupefacientes como consumidoras, vendedoras almenudeo y transportistas locales (incluyendo en la prisión),nacionales e internacionales. En distintos países del mundo, lapoblación penitenciaria femenil ha crecido a una tasa superior quela población masculina, pese a que sigue representando unaminoría.

El planteamiento es en una primera observación que el aumentodel número de mujeres encarceladas por drogas no indicaríasolamente su mayor involucramiento en el tráfico. También esproducto del enfoque de la persecución penal. Es decir, no sololas mujeres participarían más en actividades de venta ytransporte de drogas, sino que estas actividades son másperseguidas. Una reducción en la persecución de actividadesrelacionadas con drogas o la implementación de medidasalternativas a la prisión, por ejemplo, en el ámbito delmicro-tráfico, implicaría una disminución de la poblaciónpenitenciaria.

Y en estas historias femeninas, sentimientos como el amor vanpor delante. Por ello, explican:

“En las historias de las mujeres que participan en el tráficointernacional, el vector de involucramiento suelen ser el novio, elesposo o alguna otra figura masculina con la que existe un lazo deconfianza previo, de amistad o bien sentimental. El involucramientopuede ser consciente –es decir, la mujer sabe que va atransportar drogas a cambio de una remuneración económica– obien fruto del engaño o incluso forzoso”.

Como fuere, pero por lo regular van a dar a la cárcel.