Enviada desde Zapopan, Jalisco, la inofensiva tabla de surf de unos 2.3 metros de largo con una concha envuelta por olas pintada en colores vibrantes tenía como destino al puerto de Baler, mejor conocido como "La Cuna del Surf de Filipinas".
Cuando el pasado 29 de abril agentes de la Policía Federal apostados en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez la hicieron pasar bajo el protocolo de rutina de rayos x, descubrieron que algo dentro del equipo deportivo no correspondía al resto. En su interior, paquetes de metanfetamina se encontraban cuidadosamente embalados y mimetizados, listos para hacer el viaje de 14 mil kilómetros.
Este es sólo un caso de tantos que ocurren diariamente en alguna terminal aérea y que da cuenta de cómo miles de toneladas de estupefacientes llegan a México para ser consumidas en el mercado local o enviadas a todo el mundo.
Y es que, el trasiego de narcóticos detectado en terminales aéreas está caracterizado por el "microtráfico", fácil de ocultar y puede convertirse en grandes cargamentos.
Esta modalidad es vista por autoridades como producto de la diversificación a la que han tenido que apegarse los grupos criminales ante las acciones de seguridad.
Según registros de la Policía Federal, algunas de las formas de trasiego de droga detectadas en los aeropuertos del país son mediante empaques ocultos dentro de objetos cotidianos, tales como acordeones, libros, esculturas y bolsas de viaje; dentro de maletas con doble fondo; amarrados o sujetos con cinta adhesiva alrededor de piernas y torso a manera de chalecos; o introducidos al cuerpo vía oral o vaginal en cápsulas de látex.
Las personas utilizadas por los grupos del crimen organizado para el trasiego ilegal, prioritariamente mujeres, son conocidas como "mulas", algunas miembros activos de dichas organizaciones o personas ajenas obligadas bajo amenazas o coaccionadas mediante el pago de dinero.
Durante el año pasado los decomisos de droga realizados en aeropuertos llegaron a su punto más alto desde 2008.
De acuerdo con registros de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) obtenidas por este diario mediante solicitudes de información, en 2017 se decomisaron dos mil 651 kilos de diversas drogas, lo que representó un aumento de 132% respecto al año previo. Una cantidad superior a esta no había sido vista desde 2008, cuando se incautaron cuatro mil 756 kilos.
El principal punto de conflicto es el aeropuerto Abelardo L. Rodríguez de Tijuana. Sólo en este aeropuerto fue decomisada el 40% de toda la droga.
Como muestra, sólo durante dos operativos realizados el pasado abril en el Abelardo L. Rodríguez fueron aseguradas dos mujeres provenientes de Guadalajara que llevaban adheridos a su cuerpo 12 paquetes de heroína con un peso de siete kilos y con un precio aproximado de mercado en los EU de 140 mil dólares.
Los decomisos en el aeropuerto de Tijuana durante el año pasado aumentaron dos mil 960%, sólo por detrás del Aeropuerto Internacional General Heriberto Jara del Puerto de Veracruz, donde aumentaron tres mil 701%, aunque en términos de volumen la droga incautada (201 kilos) no se compara con Tijuana.
Derivado de este importante aumento durante 2017 Baja California se convirtió en el principal punto de incautaciones de droga en los aeropuertos nacionales.
En 2007 el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México representaba el 97% de todas las incautaciones. Diez años después esta participación descendió hasta 10 por ciento y de cada 100 kilos decomisados en algún aeropuerto del país 40 son en Baja California.
Otros aeropuertos donde se registró aumentos importantes fueron los de Bachigualato en Sinaloa, Ponciano Arriaga de San Luis Potosí y el de Cancún.
LA PUERTA AÉREA
Además de ser un importante centro de consumo, México es un punto vital en el tráfico internacional de drogas por la vía aérea, pues el país es la puerta de entrada de los cárteles sudamericanos hacia EU, el mercado más importante, según reportes de inteligencia de la Comunidad de Policías de América (Ameripol).
Procedente desde países como Chile, Colombia, Venezuela, Perú, Honduras, Panamá, Guatemala y El Salvador, los envíos de cocaína y metanfetaminas, principalmente, llegan a México para ser reenviados a California, pero también hacia La
Habana, Ámsterdam, Bruselas, Frankfurt, París y Madrid. "México, América Central y el Caribe se encuentran como zonas de tránsito en el camino entre los principales centros de producción (países andinos) y de consumo (Estados Unidos y Canadá). Los traficantes peruanos, colombianos y mexicanos cuentan con sofisticadas redes de tránsito para enviar los cargamentos a Europa, Asia, el Caribe, EU, y otros países latinoamericanos", según la Ameripol.
Según la CNS, del 2007 al 2017 un total de 679 personas han sido detenidas en flagrancia transportando algún tipo de droga ilegal, de nacionalidades tan diversas como colombianos, alemanes, israelitas, coreanos, griegos o rumanos.
DE MEDELLÍN A NY
Durante la última década la droga con mayor presencia en los decomisos es la cocaína, y que asciende a cuatro mil 300 kilos por sí sola, representando 32% del total. A ésta le sigue la mariguana con cuatro mil 200 kilos decomisados.
En uno de sus últimos reportes sobre la estrategia nacional de combate a las drogas, la DEA destaca que a pesar de décadas de combate intensivo a los cárteles de Medellín, Cali y Del Valle, Colombia mantiene el liderato en la producción de cocaína; sin embargo, en el ámbito del trasiego los cárteles mexicanos son los principales importadores y contrabandistas hacia EU, quines traen la droga desde Sudamérica.
"Los vuelos comerciales son otro método de transporte importante para los traficantes de cocaína que buscan contrabandear cocaína de América del Sur y el Caribe a Estados Unidos. En los casos de couriers los pasajeros contrabandean pequeñas cantidades desde los 0.5 hasta los 10 kilos", explica.
Los mercados más importantes para esta oferta –añade– son las grandes ciudades del este de EU, como Baltimore, Boston, Chicago, Detroit, Nueva York, Filadelfia y Washington DC, de intensa actividad empresarial y económica.
"La mayoría de la cocaína introducida a Estados Unidos por los cárteles mexicanos es de origen colombiano. El portafolio de drogas de los cárteles mexicanos consiste principalmente en heroína, metanfetamina, cocaína, mariguana y, en menor medida, fentanilo.
"Una vez que estas drogas se pasan de contrabando a través de la frontera con México, se envían a los mercados de consumo en Estados Unidos utilizando sus rutas de transporte y redes de distribución", según la DEA.