El presidente de la República Andrés Manuel López Obrador reconoció que corre riesgos con su sistema actual de seguridad y tampoco estaba preparado para el incidente de ayer, cuando una mujer burló los filtros de seguridad para entregarle una petición en nombre de los indígenas tarahumaras.
Ante ello, dijo estar consciente de su condición como Jefe de Estado, por lo que más adelante informará de otros mecanismos, además de la Ayudantía.
“Estoy muy consciente de mi responsabilidad como Jefe de Estado, como Jefe de Gobierno y estamos tomando en consideración todos estos elementos y poco a poco vamos a ir informándoles sobre cómo garantizar la seguridad”, defendió su postura.
De momento, Daniel Assaf, jefe de la Ayudantía, continuará coordinándose con los 20 hombres y mujeres que organizan a las personas para que se acerquen al primer mandatario, así como con algunos de los cuerpos de la Policía Militar que custodian Palacio Nacional y controlan el acceso de los visitantes al recinto.
Hoy, por segunda vez, un admirador del tabasqueño entró a la conferencia mañanera como periodista, para abordarlo durante la sesión de preguntas y respuestas, donde le exigió que no trabaje con la premio nobel de la Paz, Rigoberta Menchú.
“Yo le pido, señor presidente, que no vaya usted a invitar a Rigoberta Menchú, porque su fundación ha cometido muchas violaciones en materia de salud aquí, en México, con las indígenas mexicanas, como lo acredita y lo demostró el médico Óscar Alberto Medellín, de Puebla, y que Enrique Peña Nieto y la Secretaría de Salud hicieron caso omiso en su Administración”, dijo Rodolfo Macías Cabrera, de San Antonio News Paper.
No obstante, reiteró que se rehúsa a limitar el acceso de los ciudadanos a su persona porque no quiere cercos que le impidan escuchar sus necesidades y demandas.
“No quiero perder la relación con los ciudadanos, con el pueblo. No quiero que me cerquen. No quiero que me impidan mantener la comunicación con los ciudadanos”, insistió.