El candidato de la alianza Morena, PT y PES, Andrés Manuel López Obrador, tuvo en Culiacán su primer acto de precampaña en Sinaloa, ante cerca de dos mil asistentes de toda la entidad, ante quienes prometió aumento de sueldo a todos los trabajadores y a los pensionados, y a los discapacitados les anunció una pensión, y reiteró que entregará becas a todos los estudiantes y absorberá la nómina de los “jóvenes aprendices” que laboren en cualquier tipo de empresa, incluyendo en las labores del campo.
Presumió estar 15 puntos arriba en las encuestas electorales, y dio por hecho que las elecciones presidenciales las ganará en julio próximo, por lo que urgió a Vicente Fox a que agarre matracas y se apure a apoyar sus oponentes, Ricardo Anaya o José Antonio Meade, porque ya le quedan pocos meses de seguir disfrutando de la pensión de cinco millones de pesos que le dan cada mes por haber sido presidente de la República.
Aseguró que de ganar la presidencia de la República no caerá en el gatopardismo del PRI y del PAN, que ha sido pura simulación dado que no se cambia nada. “Cuando se desinfla el PRI entra el PAN, y cuando se le acaba la levadura al PAN vuelve a entrar el PRI”.
Tampoco, dijo, pasará lo que pasó en Sinaloa, cuando el PAN derrotó al PRI y ganó la gubernatura con Malova (Mario López Valdez), y lo único que cambió fue el color de las placas de los automóviles.
En un escenario natural, como es la Isla de Orabá, ubicada justo donde se unen los ríos Humaya y Tamazula y donde nace el río Culiacán, López Obrador también reiteró que de llegar a la presidencia de la República echará abajo las reformas estructurales impulsadas por Enrique Peña Nieto, pero en particular la educativa.
Flanqueado por los dirigentes estatales de Morena, PT y del Partido Encuentro Social, el precandidato presidencial aseguró a los presentes que cumplirá todos sus compromisos y que no traicionará al pueblo.
“No quiero pasar a la historia como un mal presidente”, dijo. En todo caso, señaló que emulará a Benito Juárez, Francisco I. Madero y a Lázaro Cárdenas. Nunca como Andrés López de Santa Ana ni como Carlos Salinas de Gortari. A este último lo llamó “el padre de la desigualad”.
Cuando citó el nombre de Salinas de Gortari, el abucheo surgió de improviso y se repitió con los nombres de Felipe Calderòn y Enrique Peña Nieto.
En un discurso de casi una hora, López Obrador aseguró a todos los presentes que de ganar las próximas elecciones no se incrementará el IVA ni el ISR ni ningún otro impuesto, y reiteró que no será necesario porque al acabar con la corrupción y los privilegios de los funcionarios se dispondrá de tanto dinero para pagar becas, pensiones y elevar sueldos, que hasta va a sobrar para hacer otras cosas.
Sin embargo, advirtió que ya se inició una guerra sucia en contra de su persona, por lo que invitó a todos los presentes a advertir de ello a sus amigos y familiares, y también les pidió tener mucho cuidado con la compra de votos, ya que el voto por lo regular se paga entre 500 y mil pesos y dan hasta 2 mil pesos por familia, sobre todo en las comunidades rurales marginadas.
López Obrador se despidió vitoreando al equipo local de béisbol, Los Tomateros de Culiacán, por haber obtenido el campeonato de la Liga Mexicana del Pacífico, y luego gritó sus tres Viva México.