La situación de los siete bolivianos que desde hace casi un año se encuentran asilados en la embajada de México en Bolivia, tras la crisis política que derivó en la renuncia de Evo Morales, se resolverá hasta que el presidente electo Luis Arce asuma el poder, el próximo 8 de noviembre. Así afirmó Martín Borrego, director para América Latina y el Caribe de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
En entrevista con El Sol de México, Borrego añadió que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha mantenido pláticas formales con el próximo mandatario boliviano para relanzar la relación, luego de casi un año de permanecer a nivel de encargados de negocios, tras la salida, el 29 de diciembre de 2019, de la embajadora de México en Bolivia, María Teresa Mercado, declarada persona non grata por el gobierno de Jeanine Áñez.
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“Cuando tome posesión el nuevo gobierno tendremos que determinar qué procede, pero seguramente será elevar el nivel de nuestra representación, es decir volver a (tener) un embajador en la capital, porque tenemos una rica relación bilateral y muy importante, un aliado regional como ya se ha dicho”, dijo Borrego.
El funcionario de la Cancillería mexicana informó también, que son 60 los asilados que México recibió en medio de la crisis que vivió Bolivia a finales del año pasado, y que serán ellos los que decidan regresar a su país una vez que asuma el nuevo gobierno, o quedarse en México.
Apuntó que se mantiene el agravio de Bolivia contra nuestro país que provocó la salida de la embajadora Mercado, por lo que tendría que arreglarse de alguna manera para que la diplomática pueda regresar a Bolivia, o bien, se designe a un nuevo embajador mexicano en La Paz.
Por último, Borrego destacó que pese a la tensión que persiste con el gobierno saliente en Bolivia, se pudo trabajar en la repatriación de connacionales que quedaron varados en la nación sudamericana por la pandemia de Covid-19.
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