Una regulación de la subcontratación altamente restrictiva conllevaría inevitablemente a efectos nocivos en la economía. No sólo se perderían empleos, también se pondrían en riesgo los ingresos por exportaciones, pues varios sectores prioritarios para el país hacen uso extensivo de esta forma de contratación legal.
Además, la figura de la subcontratación, permite hacer frente a los retos que representa la globalización.
El presidente del Consejo Mexicano de Negocios, Antonio del Valle Perochena, destacó que la subcontratación legal representa casi el 25% del personal remunerado de las empresas y está muy arraigada en algunos sectores de la economía, como los servicios financieros, transportes, industria automotriz, electrónica, medios de comunicación, minería, aeronáutica, entre muchos otros.
“La tercerización y la subcontratación, deben estar permitidas y bien reguladas en actividades preponderantes, prioritarias, directas, indirectas o accesorias; permanentes y temporales. Restringirlas no sólo atenta contra la permanencia y generación del empleo en México, sino que emitiría señales negativas y de incertidumbre a los inversionistas nacionales y extranjeros’’, dijo.
En el Senado de la República, donde participó en la primera mesa de “alto nivel’’ sobre el outsourcing, señaló que contrario al “falso argumento" de que la subcontratación en general es causa de la precarización del empleo, la realidad demuestra que la necesidad de las empresas de contar con prácticas modernas que son comunes en todo el mundo y que favorecen a sus empleados y colaboradores, así como la productividad, la innovación organizativa, la capacitación y la disponibilidad inmediata de personal técnico especializado.
El empresario apuntó que la subcontratación garantiza el respeto a los derechos de los trabajadores, a través de una correcta reglamentación e implementación, pues así esta práctica tiene el potencial de seguir impulsando la economía formal y aumentar la competitividad del país al hacer más eficiente el funcionamiento del mercado laboral.
En ese sentido, dijo que la subcontratación legal no es equivalente a bajos sueldos. En 2018, los empleados subcontratados a través de las compañías que participan en el Asociación Mexicana de Empresas de Capital Humano recibieron un salario promedio mensual superior al 68 por ciento de los trabajadores mexicanos, explicó.
Según las estimaciones existen más de 8 millones de trabajadores que en el 2018 se emplearon bajo este modelo en el sector formal de la economía. “Cuando se apega a la ley, la subcontratación garantiza sin excepción todos los derechos laborales y de seguridad social de los trabajadores, así como el cumplimiento de las obligaciones fiscales’’, añadió el empresario.
Antonio del Valle se pronunció por establecer un registro de empresas de subcontratación; especificar la responsabilidad subsidiaria que debe establecerse entre el contratista y el contratante, cuando se presten servicios de subcontratación y fortalecer la inspección de trabajo como medio para verificar que se respeten los derechos de los trabajadores.
Subcontratación y globalización
Por su parte, el presidente de CONCAMIN, Francisco Cervantes, afirmó que el outsourcing ilegal es un cáncer que se debe acabar, ya que representa una competencia desleal para todos aquellos empresarios que sí cumplen y son responsables.
Apuntó la figura de la subcontratación, permite hacer frente a los retos que representa la globalización que requiere, entre otros aspectos, flexibilidad en la contratación.
La generación de empleos formales debidamente remunerados que genera un estímulo positivo para desalentar que los trabajadores se vean obligados a contratarse bajo mecanismos de subcontratación ilegal, en el que, de acuerdo con cifras de INEGI, actualmente existen 4.2 millones de trabajadores; a lo que habría que sumar a todos aquellos que trabajen en la informalidad, dijo Francisco Cervantes.