El analfabetismo y el rezago educativo tienen rostro femenino, considera Teresa Guadalupe Reyes Sahagún, directora general del Instituto Nacional de Educación para los Adultos (INEA).
En entrevista con El Sol de México, la funcionaria explicó que en el país hay poco más de 28 millones de personas de más de 15 años en rezago educativo: 24 millones no terminaron la educación básica y cuatro millones 200 mil no saben leer ni escribir porque no fueron a la escuela.
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“Es triste y preocupante, en todos los rangos, que las mujeres van arriba en la proporción. Es decir, tenemos más mujeres que hombres en el analfabetismo, en primaria y en secundaria. Unos cinco o seis puntos porcentuales, lo que significa 55 o 56 por ciento de mujeres y el resto hombres”.
La titular del INEA agregó que los estados que tienen los índices más altos de rezago son los del sur y sureste del país, pero en números absolutos hay diez ciudades o municipios urbanos que concentran 10 por ciento del rezago nacional, es decir, suman casi tres millones de personas que no tienen la educación básica.
Se trata de León, Tijuana, Puebla, Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Ecatepec, Nezahualcóyotl, Chimalhuacán, Guadalajara y Zapopan.
“Los ocho millones de primaria y sobre todo los 16 millones de secundaria es población más joven y urbana. En cambio, el rostro de analfabetismo es más rural, en zonas indígenas y de adultos mayores”, dijo.
En este contexto, Reyes Sahagún anunció el lanzamiento de la aplicación Aprende INEA, que facilitará que los mexicanos que no concluyeron la primaria y la secundaria puedan hacerlo con el uso de un gadget (celular o tableta) y obtener su certificado validado por la Secretaría de Educación Pública (SEP) con solo un clic desde su casa.
El programa está orientado a atender a los “jóvenes de 15 a 50 años que están en procesos productivos, trabajando, en zonas urbanas marginales y por eso creemos que tienen la posibilidad de usar la aplicación Aprende INEA”.
Por el volumen de atención será práctico, gratuito y con posibilidades de obtener un certificado con validez de la SEP.
Refirió que es “una tontería creer que (las personas con rezago educativo) es porque son tontos o flojos o no quisieron. En términos generales son personas que dejan los estudios o no llegan a iniciar sus estudios principalmente por cuestiones socioeconómicas, la pobreza, la necesidad de trabajar o ayudar a sostener a sus familias”.
Indicó que el rezago es provocado por múltiples factores, entre ellos, culturales. Por ejemplo, aún es recurrente encontrar lugares donde las mujeres no estudian bajo el argumento de que si hay pocas condiciones para que alguien vaya a la escuela lo hagan los hombres porque ellos van a mantener a las familias.
La directora del INEA aseguró que durante los tres años de la pandemia de Covid-19 se incrementó el número de personas en rezago y el dato exacto se podrá conocer con precisión en el censo intermedio de 2025.
“Actualmente se ha ido formando un grupo que puede caer muy rápidamente en rezago educativo por los estragos de la pandemia, que tiene implicaciones emocionales, de la salud y económicas, porque con todas las cuestiones difíciles que se vivieron en las familias los más jóvenes tuvieron que salir al quite”.
De manera que el rezago de más de 28 millones de mexicanos “no se construye en un día. Es un asunto que venimos arrastrando de décadas. ¿Qué pasó en esas décadas?, creo que ya a estas alturas no se verá mal si digo la verdad: es un modelo neoliberal que precarizó el trabajo y cada vez más se hizo inevitable que con un solo salario se sostuviera una familia”.
Tere Lupe, como la conocen los funcionarios en la SEP, relató que ella misma proviene de una familia humilde. “Soy hija de obrero, a mucha honra, y con salario de obrero, con mucha modestia, sencillo, él sí podía mantener una familia de tres hijos, ahora no. Si hay un modelo de producción que precariza el trabajo y hace que cada familia coloque no a uno sino hasta cuatro miembros de la familia es por la pobreza. Esa que jala al padre, a la madre y los hijos, incluso los abuelos al sector productivo”.
Si a ello se le suma la precarización educativa de estos años, “con la mal llamada reforma educativa, pues fue el colmo con todo respeto, al precarizar la formación, el prestigio y las capacidades de los maestros”, además de que “se promovió que la escuela pública no es de calidad, los maestros no saben y no ayudan, mientras la escuela particular es mejor”.
De los poco más de cuatro millones de mexicanos que no saben leer ni escribir, la funcionaria de la Cuatroté dijo que el Estado y los ciudadanos en México debemos reconocer que “los adultos no están desprovistos ni de conocimientos, ni de educación ni de cultura. No son huecos que hay que llenar con datos para que puedan trabajar más y mejor. No somos eso los humanos. Les tenemos que reconocer los múltiples saberes que adquirieron en lo cotidiano”.
En ese caso se requiere articular esos saberes con una serie de conocimientos e información que como humanidad hemos sistematizado en la educación formal. Tenemos que ponderar y hacerle saber a la persona cuánto sabe y cuánto ha aprendido en su vida, explicó.
“No pueden llegar con una mujer de 74 años y decirle que todo lo que ha hecho es un error porque no había hecho la primaria. ¿A parte de vieja es ignorante? No, no señora, una mujer de 74 años es bastante culta, educada e incluso en la mayoría de los casos bastante sabia, que por su voluntad quiere aprender cosas y estamos para servirle en el INEA”.
Siguen clases irregulares
Además de la modalidad Aprende INEA, de manera paralela el instituto mantiene el “esquema regular y atención tradicional”, el de círculos de estudio, el de plazas comunitarias, que es presencial. “Este es el tronco… con el que se ha trabajado durante 40 años, es el programa probado y se ha sostenido. Sigue y lo robustecemos”.
El año pasado, en jornadas intensivas de marzo a diciembre, alrededor de 1.6 millones de personas presentaron más de dos millones de exámenes para avanzar uno o dos niveles o incluso concluir grados. De ese esfuerzo 371 mil personas concluyeron su proceso de alfabetización, la primaria o la secundaria.
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Como parte del aniversario 40 de la institución, en agosto se inició otra jornada de atención con el Movimiento Nacional por la Alfabetización y la Educación (Monae), donde 15 mil 800 estudiantes de bachillerato (cuatro mil 900 promotores y 10 mil 900 asesores) se sumaron al personal del INEA, lo que implicó un incremento de 50 por ciento de instructores que buscan que más mexicanos dejen el rezago educativo.
La incorporación de los jóvenes implicó abrir espacios a seis mil 800 personas en esas condiciones de rezago y en este periodo mil 400 personas lograron concluir la primaria.