LA PAZ. Los problemas que aquejan al sector de la construcción son la mano de obra, competencia desleal del Ejército y la baja inversión federal en infraestructura, señaló el presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Francisco Solares.
En entrevista, el líder nacional de los constructores señaló que el Ejército mexicano es actualmente la constructora más grande del país, que desde su punto de vista hacen obras civiles que no tienen un beneficio para la economía del país, sin dejar de mencionar que hay una opacidad total en el uso de los recursos públicos que gastan.
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“Eso está justificado cuando son dineros destinados al Ejército o a seguridad, aunque ahora, por decreto, las obras que hace el Ejército son consideradas como de seguridad nacional cuando en ninguno de los casos es así”, afirmó el presidente nacional de la CMIC.
“No es competencia; no competimos en igualdad de circunstancias. Los recursos de las obras del Ejército fluyen sin ningún retraso, son dineros del pueblo, del presupuesto público, de los impuestos y todos los mexicanos y por tanto tenemos derecho a saber qué se hace con nuestros recursos, y no sólo eso, además de que se han convertido en una constructora, tienen una gran cantidad de responsabilidades, entre otras, tienen la administración de puertos, aeropuertos bancos del bienestar”, señaló Francisco Solares.
El representante de los constructores informó que otro de los problemas que más aquejan al sector es el de la falta de mano de obra, un fenómeno que se agudiza en la franja fronteriza y la zona turística de la Riviera Maya.
“Aunque las causas pueden variar dependiendo de la región, entre otras tendría su origen en el hecho de que muchos trabajadores decidieron no salir de sus comunidades en busca de trabajo luego de la afectación que hubo a la economía por la pandemia de Covid-19; muchos se regresaron a sus lugares de origen y ahora no quieren volver a sus trabajos y sobreviven con los apoyos asistenciales que les otorga el Gobierno”.
Francisco Solares informó que es tan grave el problema de mano de obra que en algunos casos los patrones ofrecen aumentos de sueldos, sin embargo, esto no es suficiente para convencer a la gente para que regrese. “No sé cuál sea exactamente la razón pero todo parece indicar que esa es la causa de que muchos mexicanos prefieran vivir de las dádivas que tienen del Gobierno, la que se le da a los adultos mayores, a Jóvenes Construyendo el Futuro, a las madres solteras, etcétera, y esto afecta a nivel de la industria nacional en donde hay muchas vacantes que no se cubren”, dijo.
El líder nacional de los constructores explicó que este fenómeno afecta en mayor medida al sector turístico cuya economía es la que está en recuperación más rápido después de la crisis de la pandemia:
“En la Riviera Maya muchos de los que trabajan como jardineros, mantenimiento, recamareras, etc, provienen de Oaxaca y de Chiapas. Con la pandemia, las empresas tuvieron que reducir el personal; ahora que ya están otra vez activas, la gente que trabajaba ahí se regresó a sus hogares y ya no quieren regresar”.
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Solares añadió que en el sector industrial sucede lo mismo, con escasez de profesionistas y mano de obra especializada.
Por otra parte, Francisco Solares lamentó que en la actualidad el Gobierno federal sólo invierta dos por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en infraestructura cuando debería ser cuando menos cinco por ciento, una cifra que sólo se ha logrado en 2008. “De esa fecha para acá se ha disminuido de manera constante. La infraestructura no ha crecido a la velocidad que está creciendo el país”.
El empresario dio a conocer que en la actualidad 80 por ciento de la construcción que se hace en el país es con dinero de privados y sólo 20 por ciento con recursos públicos.