La reforma educativa de la Cuatroté acabará con el “dobleteo” laboral y el abandono de los instructores de las comunidades más pobres, apartadas y marginadas del país, sostiene Juan Martin Martínez Becerra, director de Operación Territorial del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe).
En entrevista con El Sol de México, el funcionario descartó que la institución esté despidiendo a las figuras educativas o profesores de ese sistema, “lo que hay es una mesoestructura”.
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Detalló que los centros comunitarios (las escuelas del Conafe) enfrentan una problemática en cada ciclo escolar desde hace más de una década, en donde entre 30 y 40 por ciento de sus docentes abandona las comunidades por diversas razones como los bajos estímulos económicos (no reciben un salario sino un apoyo), las condiciones de vivienda, de alimentación, el acoso a las mujeres, la migración, la inseguridad y las zonas de violencia del crimen organizado.
El abandono provoca la interrupción de los servicios educativos del Conafe en esas localidades. El ciclo escolar pasado hubo un “dato duro, difícil, hay que reconocerlo, cerca de 35 por ciento de las figuras educativas abandonaron el servicio”, explicó Martínez Becerra.
“En algunas entidades hasta 40 por ciento de esas figuras educativas abandonaron, no utilizo la palabra deserción, sino abandono porque sería injusto decir que desertaron en sentido peyorativo. Abandonaron por condiciones difíciles”.
Para llevar educación a las comunidades más apartadas y rezagadas del país, donde los servicios de la SEP no llegan, el Conafe se vale principalmente de jóvenes de entre 16 y 29 años de edad, por lo general originarios de zonas rurales y con escolaridad mínima de secundaria, para que presten un servicio social como figuras educativas (maestros) durante uno o dos años en esas localidades. A cambio reciben una beca para continuar con sus estudios y un apoyo económico mensual durante la prestación de su servicio.
Martínez Becerra reveló que nueve de cada diez docentes en esas comunidades son mujeres y son ellas las que enfrentan situaciones complejas de “precariedad”.
En cuanto a la alimentación, aunque las comunidades están a cargo de brindar este servicio a los jóvenes instructores, sucede que en ocasiones “no tienen ni ellos para comer y por mucho cariño y necesidad que tengan del docente le dan lo que tienen, comparten los frijoles, el chile, el huevo y rara vez comen otro alimento”. A ello se suman las condiciones de no estar en su casa.
A principios del ciclo escolar pasado, el informe del director Gabriel Cámara y Cervera reportó que existían 63 mil figuras educativas. Martínez Becerra indica que terminaron el ciclo 55 mil 221, casi ocho mil menos. En tanto que para el ciclo escolar que acaba de iniciar se registraron 58 mil 984.
NO HUBO DESPIDOS, SINO REORGANIZACIÓN
Este medio publicó en su edición del pasado 30 de agosto las denuncias de las figuras educativas que laboraban en la delegación del Conafe en el estado de Chiapas y que se quedaron sin trabajo con la reforma educativa de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sobre el tema, Juan Martin Martínez aseguró que la reforma busca modificar el esquema bajo el que funciona actualmente el Conafe, el cual “estaba agotado”, y justificó que lo que existe es una reorganización.
“No se ha despedido a gente, la percepción no es certera, lo que sí debo confesarte es que hay una mesoestructura de acompañamiento”.
Refirió que el modelo anterior también abría la posibilidad a maestros con una plaza en la educación básica de ser instructores del Conafe, dado que sólo requerían presentarse en las comunidades dos días a la semana. “No incurrían en incompatibilidad o falta, podían dobletear, pero este dobleteo con Conafe era un servicio, no era contratación laboral y por eso se les daba una gratificación, no un salario”.
Fue este grupo el que inició las protestas y señalamientos de “injusticia laboral” porque se les pidió que optaran por uno de sus dos trabajos, señaló el funcionario.
“Los inconformes, muchos, tienen una plaza docente en el sistema regular y Conafe les permitía un ingreso por su labor, era una doble asignación. En nuestro caso no era plaza. Ahora el esquema de mayor acompañamiento exige que sea cercano e intenso. Les pedimos que optaran, pocos dijeron yo le apuesto a la educación comunitaria a sabiendas que no es una contratación laboral y formal”.
El director operativo enfatizó que la reducción de plazas no responde a una reducción presupuestaria, sino a que se apuesta a una nueva Educación Comunitaria para el Bienestar, con maestros de tiempo completo que no abandonen sus comunidades.
“Hay un cambio de fondo, de transformación. Buscamos y hay diferentes líneas de mejoramiento que atiende el talón de Aquiles del Conafe que es la estabilidad en el arraigo a la comunidad, la presencia docente, porque por más programas de formación, de acompañamiento, de dotación de útiles escolares, de mejora de las instalaciones y conectividad, si no hay alguien que esté facilitando este proceso educativo de poco sirve”.
El nuevo modelo, enfatizó, se volvió atractivo para los jóvenes que pertenecen a la misma comunidad o a lugares cercanos, quienes ahora podrán combinar su servicio con su educación dual en el bachillerato o a nivel universitario. Incluso se analiza la posibilidad de que puedan recibir la beca del programa Jóvenes Escribiendo el Futuro.
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