La lucha feminista en México es ahora más visible que nunca. La desigualdad, la violencia de género en todas sus manifestaciones y los altos índices de feminicidios que registra el país, han incrementado las exigencias de justicia e igualdad para quienes viven en carne propia estos fenómenos.
Sería imposible reunir a todas las voces que, desde distintas perspectivas y cosmovisiones, están involucradas en esta lucha; mujeres que coinciden en cuanto a las prioridades de la lucha feminista y también en que las autoridades no está haciendo lo suficiente para enfrentar estos problemas.
Sin embargo, también pueden disentir entre ellas en cuanto a los métodos de lucha, sus asignaturas pendientes, o el papel de los hombres frente al feminismo. Estos son sólo algunos de los incontables rostros del feminismo en México.
María Salguero Bañuelos, geofísica y creadora del Mapa Nacional de los feminicidios, fue reconocida por la revista Forbes como una de las 100 mujeres más poderosas de México. Irónicamente, cuando se publicó esta noticia ella comentó que a pesar de esta distinción, ella era una mujer desempleada.
Para Salguero, las víctimas de feminicidio y desaparecidas no son solo números, son integrantes de una familia que ha quedado destrozada por la violencia de género. Ella entiende el feminismo como sororidad. Y aunque se considera feminista, no se ubica, al igual que sus amigas, dentro de alguna corriente específica del movimiento.
Acerca del mapa que creó, comenta: “Lo empecé en 2016, aunque ya había trabajado en un mapa de desaparecidos con unos amigos, desde 2013. Cuando estábamos trabajando este mapa justamente nos llegaban casos de niñas desaparecidas que terminaban siendo víctimas de feminicidio, y es que la desaparición es el preámbulo a un feminicidio, entonces lo que haces es irte sensibilizando. Una de las cosas que me marcó mucho fue ver a la señora María Herrera con las fotos de sus cuatro hijos desaparecidos. Fue cuando dije: No me puedo quedar cruzada de brazos, tengo que hacer algo.
Erika Martínez, madre de una niña que fue abusada sexualmente cuando tenía siete años, fue una de las activistas que lograron hacer ruido al tomar las instalaciones de la CNDH, después de años de buscar justicia sin obtener respuesta.
La colectiva feminista Okupa Bloque Negro llegó al edificio a respaldar la lucha de estas mujeres, quienes exigen que cese la impunidad en casos de violaciones, feminicidios y otras manifestaciones de violencia de género.
Este bloque se conforma de diferentes ramas del feminismo; sin embargo, admiten que la mayoría de sus integrantes se inclinan hacia el feminismo radical, cansadas de ser ignoradas por las autoridades.
Erika asegura que al principio no sentía representar alguna rama del feminismo en particular, pero ahora que ahora que ha convivido con las chicas del Bloque Negro se ha identificado más con el feminismo radical.
Para Renata Villarreal, vocera de Marea Verde, la ignorancia es la primera barrera entre el feminismo y la sociedad civil, sobre todo en temas tan delicados como el aborto. Desde su lucha con este colectivo busca que todas las mujeres del país puedan decidir sobre su propio cuerpo sin ser condenadas o estigmatizadas.
Entiende el feminismo como sinónimo de justicia, liberación y libertad para todas las mujeres: “Yo no me siento identificada con ninguna rama del feminismo, porque creo que hay muchas que tienen cosas muy buenas que aportar y otras con las que no estoy tan desacuerdo, entonces intento tomar lo bueno de cada una”.
Sobre el camino para que el aborto deje de ser un tabú, asegura que Marea Verde cree que los cambios deben ser sociales, más que políticos, para que la misma sociedad vaya empujando al gobierno a realizar esos cambios:
“Lo que trabajamos más es la concientización y el acompañamiento, no solo de las mujeres que quieran o necesiten abortar, o que ya abortaron, sino en dar información a la gente de qué ocurre alrededor de un aborto (…) Hay mujeres que sienten un alivio y que les va super bien, y mujeres que necesitan un acompañamiento psicológico mucho más fuerte porque lo viven como una pérdida, como algo que les duele, pero por circunstancias de su vida tienen qué hacer.
Itzel Plascencia es coordinadora editorial de Luchadoras Mx, otra organización que lleva años luchando por los derechos de las mujeres no solo en el entorno físico, sino también en el digital.
Para ellas, no existe una postura única del feminismo, y por el contrario pretenden ser un espacio para que todas las voces y corrientes del feminismo puedan ser escuchadas:
“Nuestra voz no es la única, hay un montón de pensamientos que confluyen y creo que eso también es algo que enriquece al feminismo. Esa es una postura que tenemos muy clara. De manera personal, creo que es una oportunidad de escucharnos entre todas y de rebelarnos ante ciertos sistemas que nos oprimen o que exacerban la desigualdad entre hombres y mujeres”.
Enfatiza que no apoyan la idea de que el feminismo significa una especie de odio a los hombres, y que su prioridad es la búsqueda de justicia, igualdad: “Lo que queremos es vivir libres, seguras, tranquilas; no estamos pidiendo nada fuera de lo normal”.
Indra Rubio forma parte del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir (ILSB), donde es coordinadora del programa de Género y Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales. Dicho instituto es uno de los que está apoyando una propuesta conocida como #CuidadoDignoYTiempoPropioYa, y que incluso dentro del feminismo es relativamente nueva. La propuesta pretende elevar a rango constitucional el reconocimiento al cuidado digno y tiempo libre para las mujeres, tomando en cuenta que el trabajo no remunerado representa el 23% del PIB.
Prioridades del feminismo y la compleja deconstrucción
Uno de los puntos en los que coinciden prácticamente todas las feministas, sin importar su ideología o trinchera, son las prioridades de su lucha. Tanto el colectivo Okupa como la organización Luchadoras Mx y la geofísica María Salguero coinciden en que lo más urgente es la seguridad de las mujeres y la atención a los casos graves de violencia de género.
Luchadoras Mx enfatiza que uno de sus objetivos primordiales es el asegurar una vida digna y libre para todas, mientras que Marea Verde agrega el tema de la despenalización del aborto como otra de las directrices que se traducen en calidad de vida.
Acerca del proceso de deconstrucción porque el que pasan muchas mujeres en algún punto de su vida, Salguero reconoce: “Crecimos en un ambiente patriarcal muy arraigado, entonces esos micromachismos que se ejercían hacia las mujeres yo también los ejercía, pero al momento de ver que eso era violencia ya lo empecé a trabajar… En el momento en que lo vives no eres tan consciente de ello”.
La vocera de Marea Verde recuerda que para ella la parte más difícil de romper con el pasado fueron ciertas alianzas y la permisividad de violencia en la familia, “porque empiezas a cuestionar violencias que has vivido a lo largo de tu vida, ya sea por parte de tus papás, tus hermanos, abuelos, tíos. Como le dicen, ponerte las gafas violetas y observar las cosas desde otra perspectiva es duro, y es un proceso que duele y que lloras mucho”.
Iniciativas para reformar leyes y el rol del gobierno
Otro punto en el que todas coinciden, es que el gobierno mexicano no está haciendo lo suficiente para enfrentar la violencia de género y los feminicidios. Para Salguero, las autoridades minimizan estos temas al decir que está dando con los feminicidas y al asegurar que las cifras de feminicidios están disminuyendo. Okupa va más allá, al asegurar que el gobierno no quiere que las mujeres se levanten y que prefiere que sigan siendo mujeres calladas: “A ellos, como gobierno machista, no les conviene que alcemos la voz”.
En el mismo sentido, Luchadoras Mx ven el papel del gobierno entre nulo y peligroso: “Nulo porque no se ven esfuerzos para erradicar la violencia de género. Lo vimos con los recortes a las alertas de violencia de género y después a Inmujeres… Pero también peligroso por el discurso que hay de minimizar, no sólo las cifras de los feminicidios, sino también cuando estigmatizan o criminalizan la defensa de derechos humanos”.
Marea Verde son quizá las más conciliadoras en este punto al asegurar que para ellas ha sido difícil de descifrar cuál es la postura del gobierno frente a estos temas, ya que a veces lo perciben como un gobierno sensible y a veces no: “Algunas veces nos citan para trabajar juntos en algo, pero por otro lado hacen algo totalmente distinto a lo que se había platicado… Hemos aprendido a tomar lo bueno, porque no todas las instituciones son iguales. Nosotros hemos encontrado mucho apoyo en Inmujeres por ejemplo, lo que antes no habíamos tenido".
Hay otras áreas en las que no todas las feministas están involucradas, como podría ser la creación o seguimiento a iniciativas para reformar leyes y que incluyan perspectiva de género.
Las integrantes de Okupa confirman que aunque sí tienen varias iniciativas, no las han podido concretar porque las autoridades les dan largas: “Pero algo que sí queremos cambiar son todas esas malas leyes que hay hacia las mujeres y hacia todos. Por ejemplo, la burocracia que hay que pasar para que una carpeta de investigación se pueda judicializar y el tiempo de espera, que es demasiado.
"Hay muchas propuestas, como la de que todos los jueces que están involucrados en abusos y violaciones sean separados de sus cargos; pusimos muchas cosas en el pliego petitorio, pero a ninguna se le ha dado respuesta”.
En contraparte, Luchadoras Mx comentan que aunque no están impulsando alguna iniciativa o reforma en particular, sí han estado muy pendientes del tema de los recortes y se han sumado a la campaña “Ni un peso menos para nosotras” que impulsan otras organizaciones.
Rechazo-entendimiento, protagonismos y autocrítica
Acerca del rechazo que el feminismo aún tiene en algunos círculos, la mayoría de las feministas lo atribuyen al desconocimiento que hay del tema o a la desinformación que hay sobre el mismo.
Luchadoras Mx argumentan que el desconocimiento genera miedo y que a su vez, el miedo genera rechazo. “A fin de cuentas, respondemos a estímulos diferentes y si de repente existen medios de comunicación y gobiernos que criminalizan, pues tu primer pensamiento va a ser de rechazo, porque te construyes a partir de eso también. Yo creo que es miedo al cambio, a lo desconocido y a saber que esto realmente puede cambiar”.
Marea Verde coincide en que esto se debe a la desinformación y a que los hombres temen perder sus derechos. “Es un tema complicado, porque la gente ha entendido que las mujeres feministas odiamos a los hombres y queremos estar por arriba de ellos y está muy mal entendido; la desinformación ronda por todos lados; no somos una sociedad acostumbrada a informarse en los lugares correctos”.
En ese mismo sentido, la representante del ILSB dice que ese rechazo se da precisamente cuando alguien no se ha acercado o no ha tenido un interés real. ·"Ha permeado el malentendido de que el feminismo es un equivalente del machismo, y a partir de ello se construye una narrativa muy peligrosa, porque no tienen nada que ver. También porque hay una noción generalizada de que lo femenino vale menos o no merece la pena ser escuchado. Yo creo que la primera vez que escuchas el término feminismo no precisamente te hace el clic, porque el feminismo necesitas conocerlo, estudiarlo, ser activista para entenderlo”.
Para Okupa, el rechazo se debe a que han tenido que usar la fuerza para ser escuchadas. “Como marchar y alzar la voz ya no es suficiente, hemos tenido que usar la fuerza para que nos volteen a ver. Yo llevo casi tres años en la lucha con mi hija donde hice una denuncia, marché y grité mis enojos, pero nunca fui escuchada, hasta que el Bloque Negro rompió y quemó afuera del Reclusorio Oriente; esas son las formas para que el gobierno volteé, te vea y pregunte qué es lo que está pasando con tu caso”.
Salguero encuentra una explicación en el machismo tan arraigado, el cual ella considera que comienza por el mismo Presidente de México.
Sobre los protagonismos que suelen surgir en cualquier tipo de movimiento social, les preguntamos si estos no perjudican o empañan de alguna manera su lucha, a lo que nos encontramos con diversas posturas.
Para Salguero, estos protagonismos no son perjudiciales mientras se persiga un mismo objetivo: “Por ejemplo, en la marcha del 8M todas marchamos, como dicen, juntas pero no revueltas. Ahí estuvieron todo tipo de colectivos, de corrientes; todo tipo de mujeres: niñas, adolescentes, mujeres de la tercera edad, mujeres adultas, jóvenes, entonces todas tenemos el mismo objetivo, que es exigir justicia y que frene la violencia hacia nosotras”.
En contraparte, Marea Verde considera que sí afectan, porque hace que dirijan su tiempo y energía a esos asuntos en lugar de a las cosas que están construyendo día a día: “Afecta (pero) yo no conozco a una sola mujer que se haya salido del feminismo por eso, simplemente se entiende que estamos aprendiendo”.
Luchadoras Mx ven estos protagonismos como algo natural, pero aseguran que más allá de que eso pueda generar un problema es más bien una oportunidad de repensar y de entender sus errores o aciertos, que en todo caso es parte del proceso de aprendizaje.
Como parte del mismo ejercicio de reflexión, les preguntamos a las feministas si hay lugar para la autocrítica en el feminismo del siglo 21.
Luchadoras Mx reconoce que siempre se pueden mejorar muchas cosas, y que quizá podrían trabajar más en aprender a escucharse: “De repente hay muchas voces y mucho ruido que en la cuarentena se incrementó, como la tensión y las ganas de tener la razón. Creo que puede ser por ahí: aprender a escucharnos más es súper importante”.
Para la vocera del ILSB es complicado hacer una autocrítica del feminismo, porque todas las mujeres son diferentes: “Sobre todo, no todas hemos pasado por las mismas violencias y eso influye muchísimo en la manera en que ejercemos nuestros feminismos. Yo creo que la autocrítica sería poder compartir más espacio de interlocución y tener una mejor articulación entre nosotras mismas, eso ayudaría muchísimo, aunque también reconozco en ello la complejidad… Considero que estamos en ese proceso de aprendizaje y de construcción del movimiento feminista a gran escala”.
En su propia reflexión, Marea Verde asegura: “Siento que estamos fallando no porque no queramos hacerlo diferente, sino porque estamos aprendiendo, por ejemplo, a saber cómo lidiar cuando la agresora es una mujer. Creo que lo que nos falta ahora es aprender a comunicarnos y a respetarnos entre nosotras… Finalmente nosotras también estamos en deconstrucción. Ser feminista no te hace perfecta ni te hace estar sanada ya de prácticas y de violencias patriarcales que hemos venido aprendiendo”.
El papel de los hombres en el movimiento feminista
El papel que los hombres deben o no tener dentro del feminismo es uno de los puntos en los que encontramos mayor diversidad de opiniones. Mientras que Okupa y Marea Verde consideran que simplemente no tiene un lugar, Luchadoras Mx y el Instituto Simone de Beauvoir tienen posturas más conciliadoras.
Okupa es tajante en ese sentido: “El hombre no tiene ningún lugar en el feminismo, siempre lo hemos dicho y siempre lo vamos a repetir: que lo mejor para nosotras sería que siempre se nos trate con perspectiva de género… El hombre simplemente no cabe en el feminismo”.
En esa misma línea, Marea Verde agrega: “No creo que tengan papel en el feminismo. Yo creo que lo que pueden hacer es acompañar a las mujeres y en abonar a quitar estigmas, violencias (…) Yo creo que su lugar es denunciar a las personas que conocen que estén ejerciendo violencia de género, salirse de los grupos donde hay packs; entrarle a cuidar a los hijos… ¿Pensar que el hombre no debería hacer nada y que sólo es una lucha de las mujeres? Pues sí y no, porque no vivimos en una sociedad sólo de mujeres. En nuestras redes hay hombres que ya ubicamos que todo el tiempo están haciendo aportaciones muy valiosas, y que de alguna manera están enfrentando y corrigiendo a otros. Yo como mamá de un hombre, lo veo como un trabajo muy duro, porque una cosa es cómo educamos en la casa y otra como sociedad. El lugar del hombre no es en el feminismo, sino a lado de nosotras, preguntándonos: ¿Qué hago, en qué estoy fallando, en qué puedo ayudar, qué te gustaría que fuera diferente?”
En contraparte, Luchadoras Mx dicen que el papel del hombre en el feminismo debe ser de mucha escucha y reflexión: “De repente es sorprendente encontrar ciertos discursos bastante fuertes, de rechazo y de odio hacia nosotras, cuando en realidad también deberían tener un papel activo de pensar qué está sucediendo, por qué está sucediendo, y revisarse a ellos mismos, sobre todo en cuestión de sus privilegios y evitar ese rechazo de botepronto sin haber escuchado. En este momento es necesario que den un paso para atrás y que estén atentos, escuchando y reflexionando; esa es la tarea en este momento, porque creo que a través de esos espacios de reflexión, no sólo personales sino entre sus amigos y sus espacios, el poder cuestionarse es sumamente importante, precisamente para que no exista un rechazo per se a algo que en realidad no se está entendiendo… Yo creo que ese puede ser su papel”.
La representante del Simone de Beauvoir reconoce que no sabe cuál tendría que ser el papel de los hombres en esta lucha, pero considera que deberían tener la disponibilidad de entender qué es el feminismo, de dónde surge y sobre todo cuáles son las prácticas violentas que a ellos mismos les privilegian.
“Creo que eso ayudaría a que pudieran tener un proceso de entendimiento bajo la perspectiva de género. Yo creo que eso sería importante”.
Avances, visibilidad y asignaturas pendientes
Todas las entrevistadas tienen logros que compartir. Para las activistas de Okupa, el mayor ha sido hasta el momento la visibilidad que consiguieron con la toma de las instalaciones de la CNDH, ya que no sólo todo el país las volteó a ver después de este hecho, sino todo el mundo. “Y que las mujeres en otros estados y en otros países lo han tomado como ejemplo y lo han replicado… El sistema debe de afrontar que no está trabajando y que no vamos aflojar hasta que todas las mujeres obtengan justicia y hasta que todas podamos salir a la calle libres de violencia”.
Luchadoras Mx dicen que han tenido varios logros, y que el último fue una monografía que hicieron en la que rescataron cada uno de los roles de las mujeres en el feminismo: desde el Bloque Negro hasta las mamás de víctimas de feminicidio, además de las sufragistas, las revolucionarias o las ciberfeministas.
“Fue un material que logró hacer comunidad y con el que muchas mujeres se sintieron identificadas”.
La vocera del Simone de Beauvoir considera que el mayor logro del Instituto es tener un trabajo sostenido durante 20 años trabajando en la agenda de género y feminismo y formando mujeres feministas, indígenas, de la diversidad sexual y trabajadoras del hogar.
Por supuesto, también tienen asignaturas pendientes. Para Okupa, el gran pendiente es el de crear entendimiento entre la sociedad: “Hacer entender a quienes sólo critican y no se acercan a vivir un día con nosotras todo esto que estamos pasando, porque muchos creen que estamos siendo patrocinadas, como dice el gobierno, o que atrás de nosotras está un partido político. Yo quisiera que vinieran un día y vieran que ya es un cansancio extremo el que vivimos todas las que desde el principio tomamos este edificio, y que esperamos que de todo esto tengamos un beneficio para todas las mujeres”.
La vocera de Marea Verde destaca: “Mientras llegamos legalmente a donde queremos llegar, el único tipo de aborto que debería estar en los códigos penales es el que es obligado, cuando te realizan un aborto que tú no quieres, o que no te enteras o por alguna falla en el hospital. No se trata de que todas las mujeres aborten, también acompañamos a mujeres que no quieren abortar (…) buscamos que todas las mujeres tengan la mejor calidad de vida posible y sus hijos también.
A manera de complemento, Indra Rubio recomienda consultar algunas lecturas que sirven mucho para ilustrar su lucha: “Hay muchísimos textos sobre feminismo que nos pueden acercar a estos temas. Yo ubico uno muy chiquito que fue uno de los primeros que llegaron a mis manos y que se llama Contra las dicotomías. Feminismo y epistemología crítica, parece complejo, pero es un texto de nueve páginas de una feminista argentina llamada Diana Maffia, que recomiendo mucho”, comenta.
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