Son siete estados de la República que usan el fracking para extraer del subsuelo gas natural y petróleo de yacimientos no convencionales, sin que se conozca los impactos ambientales, principalmente de mercurio y plomo. Diez estados concentran más de diez fracturas.
Por ello y ante el aumento en el uso de la fracturación hidráulica (fracking), la diputada de Encuentro Social, Laura Erika de Jesús Garza Gutiérrez, señaló la importancia de que la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos (ASEA), haga públicos los impactos medio ambientales y la situación que guardan los pozos que la emplean.
En particular, son siete estados (Nuevo León, Tabasco, Veracruz, Tamaulipas, Puebla, Chiapas y Coahuila) que utilizan esta técnica para extraer del subsuelo gas natural y petróleo de yacimientos no convencionales.
La legisladora dijo que la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) ha detectado que Tamaulipas y Veracruz concentran más de 10 mil fracturas hidráulicas, y Coahuila registra la relación mayor entre el número de perforaciones hidráulicas por pozo petrolero, con una media de 19.2 por excavación.
La también secretaria de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación, sostuvo que “es alarmante que la CNH informe que en 8 mil 457 pozos nacionales se ha utilizado la fracturación hidráulica, equivalente al 43 por ciento de las excavaciones terrestres”.
La propuesta, turnada a la Comisión de Medio Ambiente, Sustentabilidad, Cambio Climático y Recursos Naturales para dictamen, plantea que el fracking implica fuertes impactos sociales, ambientales y climáticos porque contamina las aguas subterráneas y la atmósfera, además de que emite gases de efecto invernadero.
Esta técnica se aplica en formaciones rocosas ubicadas a profundidades de entre mil y cinco mil metros, llamadas lutitas bituminosas poco permeables. Por esta condición debe realizarse la extracción de los hidrocarburos a través de la perforación de un pozo vertical hasta llegar al gas o petróleo, más una serie de perforaciones horizontales en la capa de lutita.
El procedimiento consiste en el bombeo a gran presión de millones de litros de líquido de fragmentación, formado en 98 por ciento de agua con arena, y dos por ciento de productos químicos.