Llegó la hora cero no solo para Monterrey, que tiene agua para 60 días, también en la Ciudad de México que cuenta con una reserva para dos años. La alarma prendida por la falta del vital líquido es en todo México y se acentuará en más ciudades.
Más del 60 por ciento del territorio nacional presenta escasez, advirtió el profesor investigador del Tec de Monterrey, J. Antonio Benjamín Ordoñez, al hacer un balance hidrológico del país y los riesgos para este 2022.
En el caso de la presa La Boca, en Nuevo León, que se encuentra a su mínimo nivel se puede recuperar, pero a muy alto costo. El déficit alcanza los 31 millones de metros cúbicos de agua.
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Respecto a la Ciudad de México, aparte del desperdicio del vital líquido, desde noviembre de 2021 no se clora el agua, representando un riesgo para la población.
“Estamos en un momento crítico. Tamaulipas también tiene agotamiento y estrés hídrico. En el norte de la Península de Yucatán las industrias agrícola y pecuaria arrojan sin tratamiento sus aguas residuales que van contaminadas con metales pesados, hormonas y pesticidas que se van al mar”, dijo en la conferencia “Sequía en México, principal factor de riesgo en 2022”.
En el espacio “Círculo de Liderazgo Periodístico“, en respuesta a preguntas de El Sol de México, el académico dijo: “Nos llegó la hora cero para Nuevo León y otros estados. En la Ciudad de México, la reserva no está tan bien. La manera en cómo se gasta, la reserva de agua nos da para dos años”.
“Algunos escenarios predictivos de colegas de mediano plazo se alcanzan ya en estos años. Hay una alarma prendida en todo México, porque al hacer el balance hidrológico, el déficit hídrico en el Estado de México, nos permite identificar el error en el que vivimos”, precisó el doctor Ordoñez.
Entonces la Ciudad de México ahora se nutre en algunas partes del Sistema Cutzamala bombeando 15 mil litros por segundo; pero el Cutzamala no tiene tanta agua para ese bombeo y además se quita el agua a otras comunidades, sin compensarles ni restaurar los ecosistemas.
La transformación del territorio en Michoacán y el Estado de México a lo largo y ancho del Cutzamala, presenta deterioro ambiental y deforestación. Entonces esos escenarios que hicieron algunos colegas de la mejor forma y condiciones ideales, lo alcanzamos en menos tiempo.
Por eso es la alarma. El año pasado por estas se hizo la denuncia por el déficit hídrico del Sistema Cutzamala, y a la fecha no se ha hecho ninguna obra de restauración del sistema que lo nutre.
CORRESPONSABILIDAD SOCIEDAD
"Aquí hay una corresponsabilidad muy fuerte porque la sociedad civil tenemos que participar para señalar y también para trabajar porque no habrá dinero que alcance para recuperar el entorno".
La plusvalía de las casas más bonitas en Monterrey, sin agua y el estrés hídrico que causa. Y no se diga en la Ciudad de México, advirtió.
“Debemos dejar de lado la especulación aparte del desarrollo inmobiliario, que miles de empresas inviertan en su territorio y no tengan agua ni luz”.
Consideró que el desarrollo económico se ha dado a golpe y porrazo. No son modelos neoliberales ni nada de eso. Cada estado se ha desarrollado conforme aprende y tiene recursos. Los desarrollos no hacen una recapitulación histórica de los eventos que colapsaron o llevaron al fracaso.
“Es momento de tomar todas las experiencias históricas en el desarrollo y analizar cómo crecemos pero agotando todos los recursos” y subrayó que ha llegado la hora cero del agua.
Donde muere una presa, un río, nace un desierto. Y la Boca en su lecho ya presenta esta imagen. ¿Qué hacer?
-Tenemos que restaurar. La Boca se puede recuperar, pero la presión será mayor porque hay que restaurar. Es como cuando padecemos una enfermedad terminal y solo el coraje por la vida nos puede levantar. Es el momento de hacer las cosas bien.
De La Boca, en Nuevo León, dijo que la presa bajó sus niveles porque se perdió toda la cubierta vegetal que arropaba la recarga, pero también el flujo del agua sobre el terreno: al no tener vegetación el agua, cuando cae, arrastra todos los sedimentos y se satura de material: barro, arcilla, lodo en las presas y las colapsan.
Señaló que de nada sirve hacer infraestructuras carísimas con un gasto increíble, sino se entiende que no hay que sobreexplotar los recursos hídricos. Hay que tener bien calculado cuánto tenemos y cuánto gastamos sin rebasar el 50 por ciento.
Ahorita el consumo del agua en Nuevo León equivale a un punto porcentual de todas las reservas y como están al 20 por ciento, si sigue el consumo el calendario que se estableció para el agua y el tandeo puede permitir que la población garantice abasto de forma intermitente, sería para 40 días.
Y esto permite garantizar al menos unos 60 días, de acuerdo al manejo de los mecanismos de tandeo. “Estamos en una situación crítica”, sostuvo.
"No podemos tener un consumo tan elevado de agua que ponga en riesgo el desarrollo y la plusvalía de una ciudad, de toda la población", recalcó.
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