La exitosa gobernanza en salud que se logró entre México y los Estados Unidos con las experiencias de la pandemia por la gripe H1N1 en el 2009 con la implementación de diversas estrategias de cooperación epidemiológica y sanitaria que permitieron el control transfronterizo está ausente en la coyuntura más compleja de la relación bilateral, por la pandemia del Covid-19.
Así lo afirma el profesor José María Ramos García, del Departamento de Estudios de Administración Pública, del Colegio de la Frontera Norte, quien lamenta que ya son cerca de seis meses en los que se ha mantenido cerrado el acceso a Estados Unidos a residentes y turistas mexicanos con visa estadounidense, con lo que se ha reducido la actividad transfronteriza en cerca de 60%, con el argumento de “los riesgos a la seguridad nacional en términos de contagios de su personal en los cruces fronterizos con México”.
Comenta el estudioso de la relación bilateral México-Estados Unidos: “este criterio de exclusión y de no inclusión de cooperación transfronteriza impacta negativamente en la actividad económica de la frontera sur estadounidense.
Pudo haber sido esta frontera una vez más un ejemplo de eficaz gobernanza transfronteriza en materia de la pandemia, similar a la gestión multinivel de Alemania con sus nueve fronteras colindantes.
Señaló que el modelo alemán muy estratégico, colaborativo y de redes multinivel, se considera una de las mejores experiencias de coordinación transfronteriza de la pandemia del Covid 19 a nivel internacional.
Refirió que en el modelo alemán, también prevaleció una noción de seguridad nacional al principio de la pandemia, pero fue coyuntural y se flexibilizó con un criterio de seguridad de la nación. Reconoció e impulsó la gestión de las diversas interacciones transfronterizas con los 9 países colindantes.
En el caso de México, solo en la frontera Tijuana-San Ysidro se cuenta con 25 líneas de cruce y además de 8 a 10 líneas de cruce inteligente.
Y la sostenibilidad fronteriza del futuro inmediato de una población binacional de cerca de 35 millones de personas, dependerá de una eficaz colaboración transfronteriza en materia de salud que supera los diagnósticos epidemiológicos institucionales, importantes pero insuficientes sí no se articulan con políticas y procesos de coordinación transfronteriza.
Considera en su análisis el doctor Ramos que muy probablemente la frontera mexicana-estadounidense se abrirá, para los residentes mexicanos en octubre próximo, “considerando las elecciones en el vecino país”.
Un mayor cierre de la frontera impactaría negativamente en el Partido Republicano y en particular a los estados bisagras como Arizona y Texas, es especial en este último, en donde la diferencia en el Colegio Electoral está muy cerrada entre ambos candidatos presidenciales, comentó.
Hizo hincapié en que el desinterés gubernamental de la pandemia dado a conocer en la entrevista con Bob Woordward, no se considera sea un factor decisivo en los electores indecisos. “Se podría disminuir su impacto negativo en el Partido Republicano sí antes de las elecciones de noviembre está disponible una vacuna”.
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