Los programas sociales prioritarios del Gobierno federal carecen de indicadores que les permitan conocer qué problemática están atendiendo y cómo resolverla, concluyó un análisis del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
“Los programas prioritarios tienen dificultades acentuadas para definir indicadores que les permitan monitorear los resultados alcanzados en sus poblaciones objetivo, de modo que es fundamental mantener la estrategia de acompañamiento técnico orientado a fortalecer el diseño y planteamiento de este tipo de indicadores”, dice el informe Análisis de los programas prioritarios al primer año de la Administración 2018-2024.
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En el documento, el organismo encargado de evaluar la política social estudió los 17 programas prioritarios de la Cuarta Transformación. Se destaca que estos sí tienen bien identificados los grupos sociales a los que quieren atender, pero no saben qué problema social van a solucionar, lo que conlleva a que tampoco saben cómo van a dar respuesta a esa hipotética problemática.
“En 2019, el presupuesto asignado a los 17 programas prioritarios fue de 131.8 mil millones de pesos. De este total, el programa presupuestario Jóvenes Construyendo el Futuro de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) obtuvo el mayor presupuesto, con 40 mil millones, mientras que el presupuesto del programa Bienestar de las Personas en Situación de Emergencia Social y Natural, de la Secretaría de Bienestar, solo ascendió a nueve millones de pesos”, agrega el documento de Coneval.
Entre los programas prioritarios están Jóvenes Construyendo el Futuro, la Beca Universal para Estudiantes de Educación Media Superior Benito Juárez y los Microcréditos para el Bienestar. Sin embargo, en general los programas mencionados y los otros 14 han tenido dificultad para definir con claridad el problema público al cual buscan dar solución.
El análisis de Coneval considera 170 indicadores con líneas de base (situación antes del inicio del programa) y metas (a dónde quieren llegar) de los programas prioritarios de la administración federal. De estos indicadores, en 101 ni siquiera se estableció una línea de base o punto de partida para medir avances, mientras que en 40 indicadores se establecieron metas iguales a su línea base, es decir, no se buscó una mejora de la situación prevaleciente sino solo mantenerla.
Incluso, el organismo autónomo encontró tres casos de indicadores cuyas metas son menores a la línea de base. Por ejemplo, el programa Universidades para el Bienestar Benito Juárez García partió considerando absorber 21.3 por ciento de los estudiantes con bachillerato terminado, pero su meta fue incorporar a sus aulas a sólo 10.7 por ciento, menos de lo que inicialmente hacía.
Tomando en cuenta las líneas de base y metas, el Consejo también evaluó el desempeño de estos proyectos en hacer frente a los problemas sociales. Al respecto, 33.8 por ciento logró un desempeño suficiente; 31.7 por ciento, insuficiente; 6.3 por ciento, sobre cumplido y 28.2 por ciento, un desempeño rezagado.
Otro punto que analizó el Coneval fue la cobertura. En este punto, destaca que el programa Jóvenes Construyendo el Futuro alcanzó durante 2019 el mayor avance en su cobertura (57.9 por ciento) durante 2019, lo que se traduce en más de un millón de jóvenes vinculados a programas de capacitación. En contraste, seis de los 17 programas prioritarios, es decir, 35 por ciento, no reportaron datos acerca de la cobertura que alcanzaron el año pasado.
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