Para Juan Carlos Baumgartner, el diseño y la arquitectura son disciplinas que no sólo se tratan de construir edificios que nos gusten o no, si no de crear espacios para generar emociones positivas, que ayuden a las personas a ser felices.
Desde hace dos décadas, cuando se involucró en la industria del diseño corporativo, su visión estuvo centrada en dos ejes: el futuro y el comportamiento humano; concretamente, en la idea de proyectar el futuro alrededor de los comportamientos de las personas.
Esas han sido las claves que han llevado a su despacho de diseño y arquitectura, llamado Space, actualmente con oficinas y proyectos en varios países, a trabajar con marcas internacionales como Google, Volaris, Red Bull y Pininfarina.
“Siempre hemos tratado de empujar a nuestros clientes a utilizar más la tecnología, para cambiar de fondo ciertos procesos mentales, no tanto a nivel superficial. Por ejemplo: tú puedes ver lo que está pasando en las noticias en cualquier parte del mundo, de forma inmediata, y esa es la parte superficial; pero la parte interesante es que esa inmediatez hizo algo en tu cerebro y en la forma en la que entiendes el mundo; esa es la forma en la que la tecnología influye en nosotros”.
¿Qué te cuesta más si vienes en tu coche, tirar la basura por la ventana o guardarla hasta tu casa? Hacer lo correcto siempre va a costar
LO CORRECTO NO TIENE PRECIO
Otra de las ideas que Baumgartner impulsó desde sus inicios, fue la de diseñar y construir espacios sustentables.
“Hace veinte años decidimos que teníamos que apostarle a la sustentabilidad; porque era ridículo que si un cliente no te solicitaba lo que se conoce como un edificio verde, pues lo que hacías era un edificio café, y eso no me hacía ningún sentido, porque la regla debería ser lo verde y la excepción lo café… Hoy en día ya parece una locura aventarse un edificio Triple A decente que no sea certificado verde”.
-Seguramente muchos clientes argumentarán que es más caro hacer un edificio verde, ¿no?
-Depende contra qué lo compares, porque cuando no haces un espacio sustentable estás trasladando los costos de lo que parece barato a tus hijos, al país y al mundo… En ocasiones, eso es bien difícil de explicar a los clientes, que esos ahorros se los vamos a cobrar a la generación que viene más adelante.
El arquitecto asegura que aunque hace dos décadas hacer un edificio verde costaba hasta 20 por ciento más que uno café, posiblemente hoy en día esa diferencia se esté reduciendo casi en su totalidad.
“Lo que hay que entender es: hacer lo correcto, en cualquier nivel, cuesta. ¿Qué te cuesta más si vienes en tu coche, tirar la basura por la ventana o guardarla hasta llegar a tu casa? Hacer lo correcto siempre va a costar, dinero o esfuerzo”.
PROBLEMAS DE DISEÑO
De acuerdo con Baumgartner, la gran mayoría de los problemas ecológicos y de sustentabilidad, son problemas de diseño, más que de economía.
“Cuando le rascas, te das cuenta de que en algún lado alguien no le puso suficiente énfasis al diseño, y entonces tienes botellas de refresco cuya vida útil es de máximo seis meses, pero vive 100 años como basura… Es ridículo pensar que sólo te enfoques en resolver los seis meses y no te
importen los otros 100 años. Alguna vez se lo dije a la gente de FEMSA, que habría que pensar en diseñar una botella con forma de tabique, para que cuando se desechara la pudieras rellenar de arena y construir viviendas de interés social… Me dijeron que íbamos a hablarlo, que los buscara, pero ya no pasó nada”.
Después de su paso por una empresa norteamericana de diseño y arquitectura, Juan Carlos quiso poner en práctica sus propias obsesiones sobre el futuro, por lo que fundó su propia empresa:
“Llegó un punto en el que dije: La única manera de poder hacer un despacho es empezarlo de cero e independizarme… Empecé en Estados Unidos y unos años después regresé a México porque vi que había oportunidad y mucho mercado en América Latina”.
-Actualmente Space es una firma exitosa y de muy buena reputación, pero supongo que no siempre fue así…
-No hemos tenido éxito siempre, ojalá… La arquitectura es una profesión muy sensible a las crisis, y lo primero que recortan son justo este tipo de proyectos, en muchas ocasiones malentendido porque la gente cree que tener buena arquitectura es un lujo, y cuando empiezas a investigar precisamente sobre cómo aprenden las personas, su bienestar, su felicidad, pues la buena arquitectura se vuelve una herramienta de supervivencia, más que un lujo. En particular, cuando abrí en México, uno de los grandes retos fue que los clientes no estaban acostumbrados a pagarle a la gente por pensar… Ese fue uno de los primeros retos”.
-El encuentro con Google vino por añadidura
-Cuando abrí el despacho, no había muchas de las empresas de tecnología que hoy conocemos, pero ya estábamos haciendo oficinas en las que podías llevar a tu perro, espacios en los que tenías área de recreo, entonces de alguna manera fue muy natural encontrarnos con Google, porque cuando ellos empezaron a hacer sus oficinas, muchos de sus referentes para diseñar esas nuevas formas de trabajo, eran proyectos que habíamos diseñado nosotros.
“Actualmente estamos trabajando de nuevo con Google, ayudándoles a hacer replanteamientos, por ejemplo, del futuro de la oficina, porque estamos convencidos de que el Covid va a detonar la segunda revolución del espacio de oficinas. La primera fue la que te digo, de hace 20 años, y que seguimos en ella, porque hay miles de clientes que siguen estando en oficinas feas… Pero ahorita estamos empezando a definir lo que va a ser el espacio de oficinas 2.0, que será precisamente la evolución, acelerada por el Covid”.
-Háblanos de las oficinas libres de Covid que diseñaste…
-Es una certificación para los clientes que no saben cómo regresar al espacio de una manera segura, porque es bien complejo, y hay muchas cosas que hacer. Covid Free es una herramienta que te doy para que puedas regresar, con una certificación de que el espacio está cuidado en ocho categorías distintas.
“Pero eso tiene fecha de caducidad, porque al final del día, cuando tengamos la vacuna o nos hayamos enfermado la mayoría, ya no nos vamos a preocupar por el Covid; eso sí, quizá nos chutemos un año más, hasta tener vacuna.
"Lo que vivimos ahorita fue una muestra de que tenemos que trabajar la resiliencia todavía mucho más, porque esta no será la única crisis de este tipo a la que nos vamos a enfrentar; cada vez vamos a tener crisis más complejas y las organizaciones resilientes son las que van a salir mejor libradas”.
Hay proyectos que desde el punto de vista arquitectónico no son los que más me gustan, pero que resulta que le cambiaron la vida a los que los habitan
ASÍ SERÁN LAS OFICINAS 2.0
Para Baumgartner, después de la pandemia de Covid-19, el mundo ya no será como lo conocíamos, por lo que valdrá la pena identificar qué cosas que cambiaron y cómo se verán reflejadas en el espacio de las oficinas.
“Lo peor que puedes hacer es pensar que tu oficina y tu empresa van a seguir operando igual… Ahora, la idea es: ya demostramos que la gente trabaja bastante bien de manera remota, y que el rol de la oficina no es para que vayas a talachear, porque eso lo puedes hacer en cualquier lado, entonces la pregunta es: ¿qué es la oficina? ¿por qué es importante y en qué me puede ayudar?”
Para el líder y fundador de Space, las oficinas deberán tener nuevos roles, como la creación de cultura organizacional.
“Eso es algo que no puedes hacer si tienes a la gente en sus casas: Cómo haces para crear esa cultura, para que trabajen en innovación, para que se pongan la playera, y para que tengan bienestar mental, porque está demostrado que la gente se está deprimiendo en sus casas y necesita socializar, ¡somos animales sociables!”
-Definitivamente, parece otro tipo de espacio para trabajar.
-La oficina tendrá que empezar a cubrir otros roles que no cubre hoy, y deberá ser sumamente atractiva para que quieras ir, y para que el tiempo que estés ahí, que será mucho menor, sea súper intenso desde el punto de vista de marca, de cultura, de innovación, de cosas que no puedes hacer aislado… Cuando empezamos a diseñar esos nuevos espacios de trabajo con empresas como Google, teníamos 70 por ciento de trabajo y 30 por ciento de aprendizaje social, y yo creo que esa ecuación va a seguir cambiando.
-Seguramente habrán muchas reticencias a esos cambios…
-Hay líderes que están obsoletos, y para los que ese futuro no existe, pero para los líderes que están a la vanguardia, ese futuro ya es real, y ya lo están viviendo. Las empresas que no han pasado ni por la primera revolución podrán dar un brinco cuántico e irse a la que sigue. Las que no lo hagan, me preocupan poco porque esas no van a ser mis clientes… Pero hay muchas empresas que ya lo están haciendo, que estamos trabajando con ellas, como Amazon, Google, un par de farmacéuticas, varios bancos… Es muy interesante, porque ahí ves qué organizaciones están entendiendo la ola y subiéndose y cuáles más bien serán revolcadas por ella.
EL OBJETO ES LO DE MENOS
Para finalizar, Baumgartner subraya que su trabajo no se trata de la forma ni de la parte visual, sino de crear espacios que ayuden a la gente a ser feliz:
“Te sorprendería; hay proyectos que desde el punto de vista arquitectónico no son los que más me gustan, pero que resulta que le cambiaron la vida a los que los habitan, a pesar de que no sean obras que yo presumiría desde la perspectiva arquitectónica… Creo que muchas veces se les juzga que a las firmas de arquitectura por el objeto, y eso es lo menos atinado… El objeto es lo de menos, y no estoy diciendo que tengan que hacerse objetos feos, pero es algo más complejo que tiene que ver con transformar vidas”.
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