Su paladar no disfruta la comida desde hace semanas. No la saborea como antes. Al probarla siente un sabor agrio, la percibe con un olor fétido, sobre todo si es carne le dan náuseas y sensación de vómito. Sospecha que el motivo son las secuelas de un posible contagio de Covid-19 en junio de 2020, por atender en su consultorio a decenas de pacientes sospechosos y confirmados de coronavirus al poniente de la Ciudad de México.
En ese mes, la doctora Nayeli Jiménez comenzó con un cuadro gripal de cuatro días, luego perdió el olfato y sabor de los alimentos durante dos semanas. No se hizo una prueba y sólo se aisló. Aunque por sus síntomas era obvio que se contagió. Al otro lado de la ciudad, en Atizapán de Zaragoza, Estado de México, el médico Héctor Martínez dejó de atender pacientes a domicilio y en un consultorio de farmacia en dos períodos, al suponer un posible contagio por sus malestares.
▶️ Mantente informado en nuestro canal de Google Noticias
Al igual que ellos, miles de médicos de consultorios particulares y de farmacia en el país han atendido innumerables casos sospechosos y confirmados del SARS-CoV-2, algunos graves, desde el inicio de la pandemia. Sin embargo, hasta el momento no han sido considerados en la estrategia de vacunación contra el Covid-19, a pesar de que también están al frente de la batalla o en primera línea.
El pasado 8 de diciembre, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, dio a conocer que 250 mil dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech, aprobada por emergencia, serán aplicadas en una primera etapa a 125 mil elementos del personal médico que lucha contra la pandemia tanto en hospitales públicos como privados.
“A través del Consejo de Salubridad General estamos estableciendo los contactos para que también las personas que trabajan en hospitales privados identifiquen sus listas de priorización de acuerdo con el riesgo de exposición Covid. Y se incluyan en todas las fases de los operativos, incluida la fase de arranque, también los hospitales privados en una proporción, que desde luego es menor con respecto a los hospitales públicos, porque hay mayor representación de los hospitales públicos en el Sistema Nacional de Salud (Sic)”, dijo.
Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018-19 (Ensanut), 56.8 por ciento del total de consultas médicas se proporcionan en el sector público. En tanto, el sector privado aporta 43.2 por ciento: “La Ensanut distingue dentro del mismo sector los consultorios médicos independientes, que ofrecen 60.2 por ciento del total de las consultas de este sector, y los consultorios que dependen de farmacias, los cuales ofrecen 39.5 por ciento. Por sí solos, los consultorios dependientes de farmacia atienden 16.8 por ciento del total de consultas ambulatorias, lo que refuerza la importancia de considerar a este subgrupo”, indica el estudio.
La doctora Belinda Cázares, presidenta del Colegio Médico de México, destaca que en este primer plan de vacunación no se ha tomado en cuenta a estos galenos.
“Efectivamente no se ha mencionado que sea una acción generalizada para todas y todos los médicos del país. Hay médicos que están en riesgo porque están en comunidades alejadas, que ahí no los exime de tener un contagio por Covid, o en sus consultorios particulares o también los que están atendiendo pacientes con sintomatología de Covid (en consultorios de farmacias)”, explica Cázares.
DERECHO A SER VACUNADOS
Al consultorio de la doctora Jiménez llegan pacientes con síntomas graves de coronavirus. Muchos acuden por el temor que les genera ir a un hospital y salir en una caja. En cenizas. Su equipo de protección es muy básico, cubrebocas, careta y pijama quirúrgica, además de tomar las medidas de lavado de manos, desinfección del instrumental y su consultorio al salir cada paciente.
De alrededor de 300 casos sospechosos atendidos, desde el inicio de la pandemia, al menos 100 han llevado su prueba positiva y 30 han fallecido por no acudir a un hospital. Ante este panorama considera que deberían ser incluidos en el plan inicial de vacunación. Algunos de sus pacientes con otros padecimientos, en días recientes, le han preguntado qué pasará con ella, si entrará o no en el programa, pues da consultas en una colonia de la alcaldía Álvaro Obregón considerada de alto riesgo.
”Debe ser para todos los médicos, ya que los particulares, en mi caso, estamos en la primera línea también. Nos están dejando a un lado por no estar en un hospital. Obviamente nosotros tenemos pacientes que acuden en muy mal estado. A veces ya con fases muy avanzadas y nos exponen. También estamos haciendo frente de otra forma, porque realmente estamos ayudando a que no lleguen a hospitalizarse, les damos tratamientos y por eso necesitamos ser vacunados sí o sí. Eso es un derecho que tenemos como médicos”, puntualiza la joven doctora.
En 2014, la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) tenía un registro de 13 mil consultorios adyacentes a 28 mil farmacias en el país, en los que se empleaban a 32 mil 500 médicos.
A su vez, Héctor Martínez cuenta que como médicos de farmacia jamás son tomados en cuenta y se encuentran vulnerables.
“Nunca nos han considerado para nada, porque no trabajamos en sus instituciones (de gobierno). Tendría que ser para todos, a final de cuentas también vemos pacientes en primera línea. Dicen que tienen pacientes complicados y todo, pero nosotros también los hemos visto. Muchos no quieren ir al hospital, pero se les da tratamiento en su casa. Nos piden que vayamos a verlos a su domicilio, ahí también es un alto riesgo. (...) Si yo llegara a pedir una vacuna de forma voluntaria, me van a preguntar si soy personal de salud del gobierno, pero van a decir: ‘no trabajas con nosotros’. En ese aspecto me siento desprotegido”, recalca.
Angélica Verano hace medio año que dejó su trabajo en un consultorio de la cadena de Farmacias Similares, para ingresar a un Centro de Salud de la SSa al oriente de la CDMX. Ahí realiza filtros respiratorios a los pacientes que ingresan, si tienen síntomas sospechosos, los manda a realizarse la prueba de Covid-19 en el mismo lugar. Hace unos días le pidieron sus datos e informaron que les dirán la fecha y a dónde debe acudir a vacunarse por personal de la Sedena. Con esto se sentirá un poco más protegida.
A pesar de ello, considera que los médicos de farmacia y particulares deberían entrar en este primer plan de vacunación: “De cierta manera están expuestos porque también se atienden casos de pacientes con Covid. Tendría que haber una convocatoria para que puedan solicitar la vacuna en caso de que se la quieran poner”.
Lady Moreno, médico que labora en la misma cadena de farmacias en San Salvador Atenco, Estado de México, comenta que muchos médicos particulares han optado por no dar consulta ante la emergencia sanitaria. Entonces cree que está bien que la vacuna vaya primero a los que laboran en hospitales.
“Siendo sinceros no estamos en primera línea. Como tal en los hospitales hay muchísimos, tanto enfermeras como médicos que realmente sí están en contacto. Desafortunadamente muchos han perdido la vida. Está bien que protejan a todas esas personas”, comenta.
Aunque en el país varios de sus colegas que están en consultorios particulares y de farmacia también han perdido la vida por el SARS-CoV-2, luego de atender a pacientes contagiados.
El 20 de mayo de 2020, un doctor de 56 años de edad de un consultorio privado en Nuevo León, falleció por coronavirus. Su esposa e hijo fueron hospitalizados al contraer el virus. Lo mismo ocurrió en Tijuana, Baja California. El 27 del mismo mes el presidente del Colegio Médico de Tijuana denunció la muerte de cuatro médicos generales por coronavirus, y que atendían en consultorios de farmacias.
En el caso que se considere a estos médicos para la vacuna debería lanzarse una campaña, donde presenten su cédula para confirmar que son médicos, coinciden los doctores y la presidenta del Colegio Médico de México.
Sin embargo, el problema es que la vacuna de Pfizer sólo es simbólica, porque son muy pocas dosis que estarán disponibles, y las de otros laboratorios no han sido aprobadas, indica Xavier Tello, médico cirujano y analista en políticas de salud.
“No todos los médicos están trabajando para instituciones, así que valdría la pena hacer una solicitud de información acerca de qué proyecto o qué programa se tendrá para la aplicación de las vacunas a todos los médicos del país. Considero que presentando cédula profesional podrán demostrarlo, porque pueden estar en riesgo y tienen derecho a ser vacunados”, agrega Belinda Cázares.
Nayeli Jiménez, quien tiene miedo a un posible recontagio agrega: “La idea sería que nos pidan la cédula que acredite que somos médicos y que estamos laborando. Que esté nuestro nombre, ubicación y la fecha, y hacer un padrón de quien ya está vacunado. Si no, vamos a estar desprotegidos”.
Xavier Tello resalta que no hay datos precisos de qué va a suceder cuando se acaben las 250 mil dosis. “No van a resolver absolutamente nada, nos presentan un calendario con las fechas. El problema es que no tenemos vacunas. ¿Qué vacunas van a poner después de estas de Pfizer? No hay más. (...) No es que vayas a tener todas las vacunas, las 33 millones el 2 de enero (de 2020), eso no va a suceder. Pfizer es la única que tiene aprobación de uso de emergencia”, resalta.