NUEVO LAREDO. Con el fin de evitar a las autoridades y a la delincuencia organizada, los migrantes cambiaron las tradicionales rutas, como el uso del tren La Bestia, para llegar a Estados Unidos y en los últimos años optaron por transitar por el país a través de lugares más peligrosos como senderos, bosques, selvas, ríos y desiertos.
El caso más reciente ocurrió el pasado viernes, en donde las autoridades de Yucatán aseguraron a un grupo de 30 indocumentados que viajaba en una camioneta tipo van por la carretera Mérida-Campeche, entre Maxcanú y Kopomá.
Puede interesarte: Vinculan a proceso a exdelegado del INM por caso del incendio en Cd. Juárez
Entre los asegurados había 25 brasileños (15 hombres, nueve mujeres y un menor), cuatro guatemaltecos (tres hombres y una mujer) y un salvadoreño. Las autoridades cada vez reportan más hallazgos en Tabasco, Campeche y Quintana Roo, estados que no eran paso de migrantes.
Según información de la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas de la Secretaría de Gobernación, los grupos antes estaban compuestos primordialmente por hombres jóvenes, y en la actualidad los integran familias completas: niñas, niños, adolescentes y personas de la tercera edad.
Como es el caso del matrimonio conformado por los venezolanos Aurimar Guapuriche y Johan Ozuna, quienes junto con sus tres pequeños hijos vivieron una odisea que inició en su país y que aún no concluye. Sabían que Tamaulipas era peligroso, pero nada pudieron hacer para evitar la zona de San Fernando.
“Pasamos tantas cosas, tanto miedo, que al final nuestra meta era llegar a la frontera como fuera y pues aquí estamos”, dijo Aurimar.
La migrante relató que su primer encuentro con personas armadas en México ocurrió en Chiapas. “Nos salieron cinco hombres armados y nos quitaron todo lo que traíamos, veníamos mi esposo Johan, los niños y yo, nos quedamos como tres días en Tapachula para conseguir dinero y poder movernos, después fuimos en autobús hasta Tampico, pero ahí nos bajaron antes, en la carretera, para que no nos viera Migración”.
En su intento por cruzar a Estados Unidos, las familias son víctimas del narco, de robos, secuestros, trata de personas, extorsiones y chantajes, lo que disminuye las probabilidades de cruzar la frontera del norte del país y pone en riesgo sus vidas.
Al ser México parte del principal corredor migratorio que comprende Centroamérica, el Caribe y Estados Unidos, el país se convierte en un territorio de tránsito irregular para migrantes; sin embargo, los riesgos y delitos en donde se involucra todo tipo de autoridades que participan en el tráfico de indocumentados se han intensificado en los últimos años.
El Gobierno de México ha implementado operativos cada vez más rigurosos para tratar de frenar la migración en transportes históricamente usados como el tren denominado La Bestia, o los camiones de pasajeros, por lo que los extranjeros ahora transitan por el país por otros medios más peligrosos como tráileres, pick ups, camionetas van, caminatas por senderos, bosques, selvas, ríos y desiertos durante días.
Tan sólo en Veracruz, 209 migrantes fueron hallados en un tráiler abandonado en la carretera Villahermosa-Coatzacoalcos este mes; en marzo encontraron 343 extranjeros que estaban en la caja de un tráiler abandonado, y a finales de noviembre de 2022, personal operativo del Instituto Nacional de Migración (INM) detuvo a 337 personas de otros países que eran trasladados de forma irregular en ese estado.
Rubén Figueroa, integrante del Movimiento Migrante Centroamericano, aseguró que datos de 2022 arrojaron que seis de cada 10 migrantes fueron víctimas de algún delito, el más común, el tráfico de personas, un negocio que deja ganancias de entre 10 mil y 12 mil dólares por persona transportada a bordo de tráileres en condiciones poco aptas.
En la mayoría de las ocasiones, la práctica es realizada con el consentimiento de autoridades migratorias que permiten el tránsito de unidades de carga sin una revisión previa y muchas veces detectadas una vez que el operador de la unidad los deja abandonadas en alguna carretera del país.
En Torreón, Coahuila, el pasado 13 de marzo, en la colonia Eduardo Guerra, un grupo de migrantes fue interceptado por policías municipales junto con personal del INM, quienes les pidieron dinero para no retenerlos.
La situación llegó a la violencia física, además de la verbal, y provocó que un centroamericano fuera hospitalizado.
Al respecto, María Concepción Martínez Rodríguez, coordinadora del Centro de Día para Migrantes, dijo que fue la segunda agresión este año en la que se veían involucrados policías de Torreón. La primera ocurrió el 1 de marzo cuando dos colombianos fueron perseguidos, esposados, tirados al piso, golpeados y a uno hasta lo encañonaron con una pistola.
En Puebla se han registrado casos donde policías municipales detectan a migrantes y los trasladan a estaciones del INM cuando esos elementos no están facultados para hacerlo y no pueden hacer retenes para detectar extranjeros sin documentos, de acuerdo con el investigador Guillermo Yrizar Barbos, uno de los autores de Vidas en contención: privación de la libertad y violaciones a derechos humanos en estaciones migratorias de Puebla y Tlaxcala, 2020-2021.
De acuerdo con la Unidad de Política Migratoria, entre los años 2016 y 2022 se registraron cinco mil 378 denuncias de delitos en contra de migrantes a nivel nacional.
Para evitar estos abusos, los extranjeros ahora usan todos los caminos, tanto rutas estatales como federales, así como brechas y caminos de terracería, dijo el titular del Instituto de Migración y Enlace Internacional (IMEI) en San Luis Potosí, Luis Enrique Hernández Segura.
DELINCUENTES
El 22 de agosto de 2010 se presentó una de las primeras masacres de migrantes en la localidad de San Fernando, Tamaulipas, misma que trascendió a escala internacional y llegó hasta la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU.
En la matanza, integrantes del cártel Los Zetas asesinaron a 72 migrantes centroamericanos, 58 hombres y 14 mujeres, cuyos cuerpos fueron abandonados en el ejido El Huizachal. Lo anterior conmovió al mundo y dejó al descubierto el riesgo que corren las personas indocumentadas en Tamaulipas, según recuerda en sus archivos la CNDH.
“De ser posible eviten San Fernando, traten de llegar por otros lados, cuando sus recursos no se los permite se arriesgan, ellos llegan como pueden”, dijo a El Sol de Tampico Glady Cañas, presidenta de la fundación Ayudándoles a Triunfar, Capítulo Tamaulipas, que presta apoyo a los migrantes de Matamoros.
Por otra parte, el titular del IMEI en San Luis Potosí, Luis Enrique Hernández, afirmó que la delincuencia transnacional que se dedica a la trata de migrantes estuvo detrás del robo y secuestro de los 86 recién rescatados en zonas rurales de Matehuala.
“Son bandas que empiezan desde Guatemala coludidas internacionalmente, la banda de El Salvador está conectada con la de Guatemala en el llamado Triángulo del Norte, con lo que vendría siendo Honduras, de ahí se encuentran con las organizaciones delincuenciales de México o son las mismas las que los trasladan, viene desde allá la línea delincuencial”, comentó.
El titular del IMEI dijo que las autoridades municipales podrían estar coludidas con ellos, tratándose de bandas de la delincuencia organizada de cualquier tipo.
CONDICIONES CLIMÁTICAS
El incremento de la temperatura también es un gran riesgo para los migrantes que optan por recorrer los desiertos a pie. En Sonora, a partir del segundo trimestre de cada año se alcanzan más de 50 grados durante el verano, un factor que provoca una disminución del fenómeno migratorio, de quienes intentan cruzar por los desiertos a EU.
El desierto de Sonora es el lugar más caliente del planeta de acuerdo con la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA, por sus siglas en inglés), ya que esta zona del país ha registrado hasta 80 grados.
Por otro lado, la frontera de Suchiate, con Guatemala, se ha convertido en un paso libre para el trasiego de mercancías, droga, armas y migrantes.
De suelo mexicano al país vecino, por el río Suchiate, es muy común ver el traslado de abarrotes, motocicletas, maíz, artículos del hogar, entre otros productos, mientras que lo que ingresa son armas, droga, migrantes, legumbres y ganado sin ningún control, de acuerdo con versiones anónimas de balseros.
Chiapas tiene 960 kilómetros de frontera con Guatemala, con ocho cruces formales y 56 informales, tan sólo en 2021 cruzaron más de 130 mil migrantes de diferentes países, de los cuales, 20 por ciento se encuentra en diferentes estados de la República mexicana.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
Protección Civil del municipio de Suchiate ha pedido constantemente a migrantes que eviten cruzar el río a pie o a nado ya que las corrientes del afluente son fuertes en temporada de lluvias. El río alcanza, en algunas zonas, alrededor de cuatro metros de profundidad y las personas pueden sucumbir o ser arrastrados por la corriente.
INSUFICIENTES REFUGIOS
En el estado de Morelos no se cuenta con algún sitio donde migrantes se alberguen provenientes de Sudamérica, revelaron representantes del Movimiento Migrante Internacional A.C., a pesar de que el estado cuenta con una oficina de representación del Instituto Nacional de Migración, la dependencia no brinda información al respecto de las acciones que llevan a cabo.
Ante la falta de atención a ese sector, un grupo de ciudadanos decidió conformar una asociación civil que inicie el trabajo en Morelos en favor de los migrantes, ya que, a decir de ellos, en el estado no se cuenta con un diagnóstico sobre esta situación. Con información de Editoras OEM