La primera pugna por la custodia de una niña, hija de una pareja lesbomaternal queretana está por resolverse en la Suprema Corte en un litigio en el que están involucrados los derechos de la pequeña para que cuente con un entorno familiar identificable y estable.
Tras acordarlo con su concubina, Ana se sometió a un tratamiento de inseminación artificial del cual nació su hija. Ana y Lesly se casaron al mes siguiente en la Ciudad de México, era mayo del 2014. Su relación se mantuvo con altibajos hasta que por diversos motivos decidieron ponerle fin, dos años después de contraer matrimonio
La custodia de la pequeña quedó en manos de Lesly, motivo por el cual Ana llevó el conflicto a tribunales en busca de obtener la patria potestad y custodia de su hija.
Esto luego de los incumplimientos por parte de Lesly del convenio al régimen de visitas y convivencias.
Registros judiciales indican que la menor tiene una mayor identificación con Lesly, de manera que un cambio de guarda y custodia, lejos de beneficiar a la menor, le perjudicaría, sobre todo porque Lesly tiene otros dos hijos, a quienes la niña identifica como sus hermanos.
Por ello se alega que el cambio de guarda y custodia sería perjudicial para la menor, pues no sólo sería separada de Lesly, sino también de sus hermanos, cambiando por completo su entorno familiar, situación que también afectará a los otros dos niños.
“No resulta válido que la quejosa argumente que la custodia se le debió haber concedido a ella, por el hecho de ser la madre biológica de la citada menor, pues como ya se vio, en la comaternidad, no es el lazo biológico lo que determina la filiación con una de las madres, sino la voluntad procreacional”, señala una propuesta de sentencia en la Suprema Corte.
Para el ministro Jorge Pardo no se puede considerar que en un caso de comaternidad, como este, el lazo biológico con una de las madres sea suficiente para determinar la guarda y custodia de un menor.