Desde que comenzó la actual administración, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha reducido su gasto en compra de medicamentos año con año, lo que ya cobra factura en la salud de los elementos activos y retirados y de sus familiares, quienes denuncian que no se les está surtiendo en tiempo y forma sus recetas. La pandemia de Covid-19 empeoró la situación.
Durante 2019, el primer año de la Cuatroté, la dependencia militar desembolsó 21 mil 618 millones de pesos para la compra de medicinas, de acuerdo con una revisión de los contratos de las Fuerzas Armadas. Al año siguiente, en medio de la emergencia sanitaria por el coronavirus, la Sedena sólo gastó mil 473 millones de pesos para el mismo propósito; y durante el primer semestre de este año apenas ha erogado 185 millones.
➡️ Paga 4T mil mdp para distribución de medicinas
La problemática de desabasto afecta a los pacientes de los hospitales y clínicas militares, ya que algunas enfermedades o padecimientos crónico degenerativos como hipertensión, diabetes o cáncer, dependen de un control de por vida o un largo periodo.
Los derechohabientes se ven obligados a adquirir sus medicamentos por fuera y con sus propios recursos, sin que se les reembolse el dinero, aseguran pacientes y representantes de la Federación de Militares Retirados General. Francisco J. Mujica.
“A partir del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, para acá se empezó a ver esta problemática, y se incrementó al momento de la pandemia”, asegura Rafael Bustos, presidente de la Federación y Subteniente retirado de la Sedena.
Coincide en el diagnóstico el teniente retirado de la Secretaría de Marina (Semar), Freddy Calleja Santiago: “A finales del sexenio anterior (comenzó la problemática) y se viene acentuando con los cambios de gobierno. Hay un desfase en la logística, sin embargo, se vino a acentuar más con la contingencia. Algunos medicamentos que solicité me dijeron que no los tenían en existencia, no te lo dicen directamente que lo adquieras, pero por la necesidad de tu padecimiento tienes que hacerlo”.
Se solicitó una postura a la Sedena sobre el tema, pero al cierre de la edición no hubo respuesta.
El desabasto de fármacos también afecta a integrantes de la Marina, ya que a los elementos retirados y sus familiares se les da el servicio médico en los hospitales de la Sedena, al haber un acuerdo intersecretarial.
“Eso es un acuerdo intersecretarial donde se combina que hay lugares que la Marina no tiene dónde darle atención a sus derechohabientes. Ejemplo, el servicio regular de nuestra dependencia, en este caso de la Naval, no tiene la especialidad, y no puede darme atención. Entonces, entre los acuerdos se hace una hoja de referencia y se solicita la atención para mí en el Hospital Militar”, explica el Maestre retirado Javier Leyva, delegado de la Federación en Progreso, Yucatán.
Son ocho las principales empresas que han obtenido los contratos de la Sedena a través de licitación pública y adjudicación directa, que en conjunto representan 15 mil 281 millones de pesos del total del gasto.
La consentida es Grupo Fármacos Especializados a quien se le otorgaron 11 contratos por la cantidad tres mil 764 millones de pesos. Uno de esos contratos, por tres mil 300 millones, se obtuvo por adjudicación directa el 28 de diciembre de 2018.
Esta farmacéutica fue vetada por el presidente Andrés Manuel López Obrador mediante un memorándum fechado el 20 de marzo de 2019, acusándola de prácticas monopólicas junto a las empresas Distribuidora Internacional de Medicamentos y Equipo Médico S.A. de C.V. y Maypo S.A. de C.V, a quien le compró el fármaco más caro del mundo, como informó El Sol de México el pasado 20 de septiembre.
En segundo lugar, está Comercializadora Pentamed, a la que Sedena entregó 10 contratos por dos mil 620 millones de pesos. Distribuidora Internacional de Medicamentos y Equipo Médico obtuvo contratos por mil 974 millones; Vitasanitas, por mil 876 millones y Compañía Internacional Médica, por mil 770 millones.
DENUNCIAN DESABASTO
El leve retraso mental que padece Mercedes Patricia se debe a que no se le desarrolló por completo el hipocampo en su cerebro. Se resume en que no tiene las conexiones. Esto le origina convulsiones, retraso motriz y otros problemas. Para sobrellevar y controlar su padecimiento debe de tomar valproato de magnesio de 600 mg durante las mañanas y en las noches.
Ese medicamento se lo recetaron en el Hospital Central Militar de Lomas de Sotelo, Ciudad de México, donde la atienden. Sin embargo, desde hace dos años su padre ha tenido que adquirirlo por fuera ya que en el área de farmacia le dijeron que no hay.
“Como padre me angustia que no haya medicamento para nuestros derechohabientes”, lamenta el Subteniente retirado de la Sedena, Rafael Bustos. Durante este tiempo ha gastado alrededor de mil 500 pesos mensuales, es decir, poco más de 36 mil pesos desde que no le surten el fármaco. Aunque esto no le importa, pues es para salvaguardar la vida de su hija de 24 años de edad.
Apenas en agosto pasado acudió al hospital y se lo surtieron para cubrir un periodo de tres meses. No obstante, existe la incertidumbre de que pasado ese periodo de nuevo no se lo surtan.
No es el único. Otros de sus compañeros retirados y sus familiares han padecido esta problemática de desabasto de medicamentos, que pone en peligro su vida y también repercute en sus ingresos.
La falta de medicinas también afecta a los integrantes y derechohabientes de la Secretaría de Marina.
Un derrame cerebral puso en cama el 7 de junio de 2019 a Alfonsina M, esposa del teniente de la Semar, Armando Lorenzo. Ese mismo año se retiró como oficial de comunicaciones navales tras 32 años de servicio en la Marina, que inició en Acapulco, Guerrero. Ahora vive en Manzanillo, Colima. Sobrellevar la atención de su compañera de vida no ha sido sencillo, sobre todo porque en la dependencia no le surten el medicamento para su tratamiento.
Desde el derrame toma metoprolol, carbamazepina, nifedipino, irbesartán con hidroclorotiazida y toda una farmacia de cinco medicamentos más. Sin embargo, en algunas ocasiones, ante el desabasto, ha tenido que adquirirlos por su cuenta o pedir dinero prestado, pues su economía se ve afectada. Incluso a él no le han surtido el bezafibrato, tratamiento para bajar los triglicéridos.
La página de la dependencia a cargo del general Luis Cresencio Sandoval González muestra el procedimiento en caso de que no se les surta el medicamento o material de curación. Para gestionar la adquisición, la receta debe de plasmar un sello de “no surtido”, acudir a trabajo social o escalón sanitario para entregarla junto con una identificación del paciente y esperar que se pongan en contacto para la entrega.
En el caso para el reembolso de recursos económicos, también es con la receta del sello de “no surtido” y al comprarlos por fuera entregar una factura. Sin embargo, en el área de farmacia los encargados en ocasiones les niegan el sello por órdenes de sus jefes, acusan los derechohabientes.