El presidente de la Mesa directiva, Santiago Creel Miranda, reinauguró con una conferencia la Sala de Prensa, “Miguel Reyes Razo”, junto al periodista cronista de la fuente legislativa, quien por décadas ha llevado los eventos más importantes del Congreso de la Unión hacia los lectores de todo el país.
Acompañado por el presidente de la Cámara, el panista Santiago Creel, Reyes Razo, integrante de esta casa de Organización Editorial Mexicana (OEM), recordó algunos de esos momentos de su paso por este Palacio Legislativo de San Lázaro.
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Ante reporteros que cubren la fuente, al igual que don Miguel Reyes, dirigió unas palabras en donde dijo que, por encima de todo, la gratitud, la lealtad, y la fidelidad expresada en el trabajo y a las personas de fino trato, de buenos modales y de talento que honran a esta Legislatura.
Don Miguel narró que hace muchos años, los que ya suman tres cuartos de siglo, su padre reunía a sus muchos hijos, niños y niñas, en derredor de un radio de bulbos, para vivir la ceremonia anual del Informe Presidencial.
Señaló que escuchaban, con absoluto respeto, el Himno Nacional; volvíamos a la posición de firmes en el instante que Don Miguel Alemán Valdés repetía la imponente fórmula: “Honorable Congreso de la Unión”.
Dijo, horas de escucha de la obra realizada por el Presidente en los recientes 365 días. El presidente está la Cámara de los Diputados, nos explicaban nuestros padres.
Excitaba a la imaginación su mera mención: un diputado debía ser, era, una persona muy importante, respetable, estimable, valiosa. Sería muy bueno, imaginábamos los niños ser diputado. Los diputados hacen las leyes; la norma es una horma, decían los libros de civismo en la secundaria.
Definiciones ante pálidas, ante la real responsabilidad de un diputado y de los diputados todos. Ya admirados, ya discutidos, ya elocuentes, ya combativos y populacheros los diputados representan al pueblo; son responsables de crear condiciones que propicien la felicidad del pueblo todo: bienestar, salud, educación empleo, pueden facilitar el progreso del país; impulsar el saber que fomenta elevada ciencia y marca destino.
Vivir la rutina de la Cámara de los Diputados permite el asombro y el contacto con la realidad nacional, que contempla la radiografía de la nación aquí, sus grandezas, que enorgullecen, y sus miserias que estremecen y revelan.
De la actividad de los diputados dan noticia los reporteros, damos noticia los reporteros. Mujeres y hombres atentos a gestos, palabras, actitudes, conductas, perfiles que revelan intención de la tarea.
Surge la información que se transmite al instante. Saber urgente; enterarse importa; difundir a toda prisa, demanda de las redacciones. La descripción minuciosa, detallada, reposada aumenta el placer de la información; desmenuza términos, evoca tiempos e historias. La crónica pretende retener, conservar instantes que suelen definir personajes y ya toca.
Reyes Razo refiere que el periodismo es fuente para la historia como dice la especialista Patricia Galeana.
Señaló, inolvidables las intervenciones del político don Porfirio Muñoz Ledo a buenas horas por sus retos al presidente Miguel De la Madrid, sus ex compañeros de partido, en turba, le lanzaron puñetazos y puntapiés.
Placentera tarea la de quién describe lo que ocurre en este Palacio Legislativo de San Lázaro. Oportuno recordar a Don Federico Barrera Fuentes, a Héctor Aguilar Camín, a Joaquín López Dóriga, a Miguel Ángel Granados Chapa, al inolvidable Miguel Samaniego, y al llorado Juan Arvizu. Con todos ellos cultivé rica amistad.
Mencionó que el 31 de octubre de 2013, legisladores de aquel entonces, examinaron la iniciativa del ciudadano Óscar Argüelles de imponer mi nombre a una Sala de Conferencias de este Palacio legislativo. Se expresó la opinión de muchos, esa intención se aprobó, y hace casi nueve años ocurrió la ceremonia respectiva que ya recordaba Eduardo Arvizu.
“Agradecí, entonces, tal gesto con renovada sinceridad y vigor físico, lo hago ahora. Ya salimos de la pandemia agradezco la reapertura de las instalaciones de esta citada Sala de Conferencias”.
Concluyó: “Gracias señor diputado Santiago Creel; y gracias muy cumplidas a mi amigo Eduardo Arvizu, con quién construyo desde hace más de 40 años firme y muy cálida amistad.
“Gracias a todos mis compañeros de profesión. Hace 55 años la miro. Aprendí de Fernando Solana, de Luis Spota, de Vicente Leñero, de Armando Ayala Anguiano, de Raúl E. Puga, de Mario Santoscoy, de don Manuel Buendía y de Jacobo Zabludovsky”.
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“Por último, desde luego, doy las gracias a doña Eloísa, mi madre, que desde niño me enseñó a leer en un silabario barato (inaudible) y a don Mateo Miguel, mi papá. Ambos me obsequiaron la colección que se llama “El Libro de Oro de los Niños” y que todavía conservo”.