El compromiso 25 del presidente Andrés Manuel López Obrador en su toma de posesión del 1 de diciembre de 2018 fue volver universal el servicio de salud a la mitad del sexenio. Y a principios de 2020, el mandatario aseguró que a finales de ese año el sistema de salud público mexicano estaría al nivel de Dinamarca, cosa que no sucedió.
Ayer, de nueva cuenta, el tabasqueño volvió a hablar del plan que está impulsando “para garantizar a todos los mexicanos el derecho a la salud”.
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Sin embargo, al arranque de su cuarto año de Gobierno sólo tres entidades –Nayarit, Tlaxcala y Colima– adoptaron un modelo de atención médica a los más pobres a través del servicio de IMSS-Bienestar y no del Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi), como originalmente se había planteado.
El nuevo modelo de atención a la salud regresa a la Federación la responsabilidad del servicio médico y de dotación de medicinas a alrededor de 69 millones de personas que no tienen seguridad social tras 38 años de que se delegara a los gobiernos estatales.
El mandatario estimó que la operación total del sistema de salud por parte de la Federación significará ejercer de forma central 200 mil millones de pesos.
Por su parte, el director del IMSS, Zoé Robledo, dijo que hasta ahora sólo tres entidades firmaron el convenio para la federalización de los servicios –Nayarit, Colima y Tlaxcala–, pero es la primera entidad la que funcionará como “emblema” de este esquema.
Hasta ahora se ha levantado un censo de cuatro mil 747 unidades médicas en 13 entidades dispuestas a regresar a la Federación los servicios sanitarios: Baja California Sur, Campeche, Colima, Ciudad de México, Durango, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Sonora, Sinaloa, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas.
El plan deja fuera al Insabi, que opera desde el 1 de enero de 2020 y que sustituyó la operación del Seguro Popular creado en el gobierno de Vicente Fox.
Durante el debate de creación del Insabi, el gobierno de la Cuatroté argumentó que esa institución tomaría la atención médica y la entrega de medicamentos gratuitos en las zonas marginadas.
Entonces se dijo que el Insabi tendría la facultad para recuperar de manera gradual las clínicas, centros de salud y hospitales abandonados, además de que basificaría a los trabajadores, aumentaría el personal especializado y aprovecharía la experiencia de quienes laboraban en los sistemas estatales.
Todo ello ahora lo hará el IMSS-Bienestar, informó Robledo.
Por ello se levanta un censo para conocer el número de médicos, personal de enfermería, la participación comunitaria, los esquemas de contratación en recursos humanos, recursos materiales, servicios generales, conservación y la situación jurídica de los inmuebles.
El IMSS enfatizó que la transferencia del personal médico “no afecta los derechos laborales” del personal médico.
El servicio del nuevo modelo permitirá brindar atención para la prevención y el diagnóstico de enfermedades, emprender acciones comunitarias y de participación social y el acceso a la atención hospitalaria los 365 días del año.
Se brindará servicio en ocho especialidades, entre ellas, ginecobstetricia, pediatría, medicina interna, cirugías, urgencias y medicina familiar.
“Aquí nos estamos enfocando en la población más vulnerable, quienes menos tienen y que no tienen seguridad social”, señaló Robledo.
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