La Secretaría de Salud se puso de meta erradicar la hepatitis C (VHC) en dos años, una enfermedad viral que cada año afecta a 23 mil mexicanos y provoca entre otros cirrosis y carcinomas hepatocelulares, señala el programa específico que lanzó la dependencia en medio de la alerta mundial por la presencia de casos de hepatitis aguda.
México ocupa el segundo lugar en América Latina después de Brasil, con el mayor número de casos de hepatitis C estimándose que hay alrededor de 600 mil personas afectadas.
Para “acelerar” el diagnóstico de la hepatitis C, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador plantea aplicar pruebas entre la población vulnerable a la enfermedad dado que estima que 90 por ciento de los pacientes no han sido identificados debido a las condiciones asintomáticas del virus.
Según el programa de la Secretaría de Salud “conocer la situación real de la infección por el VHC en México es difícil, porque no se dispone de estudios epidemiológicos recientes y los que existen provienen de pequeñas cohortes”.
Estudios epidemiológicos y dos encuestas nacionales de salud señalan una prevalencia de alrededor de 1.4 por ciento en México, siendo significativamente diferente en el norte (dos por ciento) que en el sur (1.5 por ciento) y las entidades del centro (1.1 por ciento) del país.
De los pacientes seropositivos en prueba de tamizaje, 65 por ciento tiene infección crónica y se estima que sólo 25 por ciento sabe de su enfermedad y uno por ciento recibe tratamiento.
El documento explica que si es diagnosticada oportunamente y con tratamiento de ocho a 16 semanas se puede prevenir condiciones graves.
En la estrategia para la erradicación de la hepatitis C el gobierno federal planea llamar a los beneficiarios del programa Jóvenes Construyendo el Futuro y el de Atención Médica y Medicinas Gratuitas para avanzar en el tamizaje, detección y diagnóstico del padecimiento.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
Bajo atención especial de diagnóstico y tratamiento se pondrá a la población usuaria de drogas, en particular los de inyectables, a los que se les ha detectado VIH, a quienes tienen como actividad el sexo servicio, a la comunidad LGBTI+ y a las personas encarceladas.
Las líneas de acción también prevén abrir una línea para dar seguimiento a las quejas y a las denuncias por el desabasto de medicinas.