Raquel Sosa, directora de las Universidades para el Bienestar Benito Juárez, rechazó que los planteles de educación superior a su cargo carezcan de recursos y de calidad educativa.
En entrevista con El Sol de México, la funcionaria dijo que los recursos se los entregaron el pasado 8 de octubre y que por decisión conjunto con padres y profesores, comenzaron actividades en marzo en sedes alternas para que los estudiantes aprovecharan el año.
“No se toma en cuenta el gran esfuerzo que estudiantes y profesores están haciendo y que no han hecho universidades públicas ni privadas para rescatar a quienes quieren estudiar”, dijo la funcionaria al ser cuestionada por las condiciones en las que operan estas universidades.
Al ser cuestionada por la calidad educativa de las sedes, Raquel Sosa no aceptó la falta de calidad en las universidades.
“Los planes de estudio están en proceso de registro ante la SEP, no hay ningún inconveniente, el grupo de profesores que los atiende es un grupo altamente capacitado”, añadió.
Mencionó que existe una atención extraordinaria a sus estudiantes, a sus problemas y en sedes que son difíciles y lejanas.
Finalmente, expresó que después de recorrer las 96 sedes del país, se encontró mucho entusiasmo de jóvenes y padres de familia para que el programa continúe.
Ayer, el Sol de México publicó un trabajo en el que se da cuenta que las universidades creadas por el actual gobierno federal operan en instalaciones improvisadas y sin la ingeniería administrativas que les permita medir la calidad de sus enseñanzas, a través de figuras como rector, director u oficinas de servicios escolares o de control escolar.
Además de que se dio vista de instalaciones propias, equipamiento y, en algunos casos, con un mínimo de alumnos, operan las universidades para el Bienestar Benito Juárez García, una de las promesas más ambiciosas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador quien buscaba dar acceso a la educación superior a la mayor cantidad de jóvenes a lo largo de todo el país.
La meta era que 100 universidades dieran acercaran la educación superior a poco más de 32 mil alumnos, sin embargo, en algunos estados no lograron abrirse los planteles debido a que no se inscribieron el mínimo de estudiantes que requerían para ser viables pese a que estas instituciones no realizan exámenes de admisión ni cobran cuotas de inscripción.