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Imagina que enfrentas una demanda legal y por negligencia, o peor aún, premeditadamente, tu abogado comete un yerro en tu defensa. Por su mala praxis podrías perder el juicio en tanto que el defensor seguirá litigando otros casos, como si nada hubiera pasado. Es cierto, lo puedes demandar por la vía civil o penal, pero te costará más dinero, tiempo y, por supuesto, otro abogado.
Para regular el trabajo profesional de los abogados y mejorar la calidad de su servicio, varios países establecen la colegiación obligatoria. Bajo este esquema, la consecuencia del actuar irregular de un defensor puede llevar a su expulsión del Colegio al que está afiliado y por tanto, a impedir que siga ejerciendo la profesión. Se trata de una sanción administrativa en la que el cliente defraudado puede denunciar a un mal defensor con consecuencias reales para éste.
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Los Colegios son obligatorios por ley en muchos países, pero en México no. Nuestro país cuenta con el Consejo General de la Abogacía Mexicana (CGAM) que agrupa a tres colegios con 10 mil miembros, apenas 1% del millón de abogados que ejercen en el país, comparte a El Sol de México, Adrián Ojeda Cuevas, presidente de la Asociación Nacional de Abogados de Empresas (ANADE).
“Ese millón de abogados no quiere decir que sean abogados que ejercen, eso son el número de cédulas profesionales que existen y que por las edades se estima que siguen vivos”, aclara.
Y agrega también: “Esto significa que cuando un abogado termina la carrera, obtiene su título y eso lo lleva en automático a desempeñarse como abogado el resto de su vida, se actualice o no se actualice, y sin pasar ningún control ni ético ni profesional ni técnico”.
ANADE es socio fundador del CGAM, junto con la Barra Mexicana, Colegio De Abogados AC y el Ilustre y Nacional Colegio de Abogados de México. Los tres suman esfuerzos para ordenar el ejercicio profesional de los abogados y buscar su capacitación y actualización, reforzando el ejercicio ético de la abogacía.
POR AHORA, CERTIFICACIÓN
El ejemplo más claro de cómo funcionan los colegios de abogados son las barras de Estados Unidos. Para poder ser miembro de una barra, por ejemplo la de Nueva York, un abogado debe aprobar un examen. Y en cualquier momento que cometa un error grave en perjuicio de su cliente puede ser expulsado y perder su licencia para litigar. Esto también sucede en países como Gran Bretaña, Costa Rica y Brasil.
Lo que por ahora el CGAM busca en México no es la colegiación, sino la certificación obligatoria de los abogados y su actualización técnica y ética como un primer paso para impulsar la calidad de la abogacía.
“En este momento, el primer paso es que haya una certificación para que así como los médicos que quieren operar a sus pacientes están certificados de tener los procedimientos más modernos, y conocimiento de las medicinas más eficaces contra las enfermedades, pues igual los abogados que van a representar a un cliente en un juicio, estén actualizados en las últimas reformas legislativas y sobre todo, hago mucho hincapié en la parte ética”, dice Ojeda.\u0009
Hoy por hoy las certificaciones en México son voluntarias. Quien se inscribe a cualquiera de los tres colegios que integran el CGAM lo hacen a título personal porque tienen interés en capacitarse y certificarse.
El CGAM trabaja ahora para que la certificación sea ley y espera tener un proyecto de legislación listo antes de que termine el año para de ahí empezar a hacer el cabildeo con los legisladores. Adrián Ojeda explica que ya hay algunas legislaciones locales —como Jalisco, que exige a los abogados una certificación de los colegios profesionales para poder litigar— pero es necesaria una legislación nacional para que no se pulvericen las reglas.
50 AÑOS DE TRABAJO
El pasado 30 de septiembre, la ANADE cumplió medio siglo de vida. Su actual presidente destaca el trabajo de 50 años de la asociación por regular el ejercicio profesional de los abogados que se dedican exclusivamente a defender empresas, particularidad que la distingue de los otros dos colegios del CGAM.
“En la ANADE estamos agrupados los abogados que asesoramos a empresas como nuestra práctica preponderante profesional, ya sea como abogados internos o como abogados de despacho que prestamos servicios a las empresas”.
La asociación cuenta con mil 500 defensores de empresas y tiene representación en diez estados del país. Certifica a sus miembros con 20 horas de actualización técnica y por lo menos una sesión de actualización ética al año. Además incorporó recientemente una actualización en materia tecnológica “para usar la tecnología como herramienta y no como sustituto de los abogados”.
Sin tener el dato exacto, desde la perspectiva de los abogados de empresas, Ojeda ha notado un incremento en la tensión entre la iniciativa privada y el actual gobierno federal “sobre todo por este cambio en muchas ocasiones unilateral a las reglas del juego que se sentaron previamente a que las empresas realizaran inversiones importantes”.
“Hay en ANADE muchos abogados internos y externos que asesoran a empresas del sector energético que también están viendo vulneradas esas reglas previas sobre las cuales vinieron e invirtieron muchísimos millones de pesos para desarrollar, arriesgar y tratar de generar un legítimo resultado económico y que, ante el cambio en la política gubernamental, hoy se pone con signo de interrogación cuál va a ser el futuro y la certidumbre de esas inversiones”.
Ojeda no quiso hablar de casos en particular al señalar que son datos confidenciales y revelarlos violaría el código de ética de la asociación.
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