Luego del ataque yihadista contra un hotel de Mogadiscio, Somalia, aumentó a 21 el número de personas fallecidas, según el último informe del ministro de Salud somalí, Ali Haji Adan.
Además, son 117 los heridos recibidos en los centros de salud, 15 de los cuales se encuentran en estado grave, indicó Adan según recogió la Televisión Nacional de Somalia (SNTV). Entre los fallecidos están el propietario del hotel y otros empresarios.
El ataque comenzó el viernes por la noche y las tropas somalíes pusieron fin al asedio del hotel anoche, en una operación que duró más de 30 horas con el fin de matar a todos los yihadistas que había en el edificio, indicó a la prensa este domingo el comisario de la Policía de Somalia, el general Hassan Mohamed Hijaar.
Hijaar dijo que 106 rehenes, incluidas mujeres y niños, fueron rescatados del Hotel Hayat, frecuentado entre políticos y funcionarios del gobierno.
Según declaró un testigo al medio local Garowe Online, en la noche del viernes se escucharon al menos tres explosiones cerca del Hotel Hayat, tras lo cual miembros del grupo yihadista entraron por la fuerza en el edificio y dispararon al azar contra los civiles que se encontraban en él.
En un comunicado, Al Shabab, grupo somalí afiliado a Al Qaeda, reivindicó el ataque al señalar que sus combatientes se suicidaron en el asalto al hotel.
Por el momento, el presidente del país, Hassan Sheikh Mohamud, elegido el pasado mayo, no ha realizado declaraciones sobre este atentado, que ya ha sido condenado por Turquía, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos y las Naciones Unidas.
Al Shabab, un grupo afiliado desde 2012 a la red Al Qaeda, perpetra a menudo ataques terroristas en la capital somalí, Mogadiscio, y otros puntos del país para derrocar al gobierno e instaurar por la fuerza un Estado islámico de corte wahabí (ultraconservador).
Al Shabab controla varias zonas de Somalia, sobre todo áreas rurales en el centro y el sur, y ataca a naciones vecinas como Kenia.
Somalia vive en un estado de guerra y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, lo que dejó al país sin gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas y señores de la guerra.