Con un discurso sobre el empoderamiento femenino al iniciar el proceso de su confirmación como jueza asociada de la Corte Suprema de Estados Unidos, Amy Coney Barrett se presentó ante la Comisión de Justicia del Senado el pasado lunes, prometiendo honrar el trabajo de la jueza Ruth Ginsburg. Paradójicamente, le será difícil cumplir con su primera promesa, pues se trata de una persona abiertamente en contra del derecho a decidir de las mujeres, garantía indispensable para la igualdad de género y emblema de Ginsburg.
A pesar de mostrarse segura y evadir preguntas incisivas durante cuatro días sobre el contexto político de su país -como una posible definición del resultado electoral en la Corte-, a Barrett aún le falta el aval del Senado para ser jueza asociada. Primeramente, debe finalizar su comparecencia en la Comisión de Justicia, integrada por 22 senadores de mayoría republicana (12 contra 10 demócratas) y que es presidida por Graham, el republicano de Carolina del Sur que busca su reelección el próximo 3 de noviembre.
El senador aseguró que las audiencias de la jueza se centrarían en la posible abolición del Obamacare, tema impulsado por la minoría demócrata, y acertó. Principalmente, los temas de las preguntas de los demócratas se basaron en ello, la diversidad sexual, el cambio climático y los conflictos raciales. Barrett respondió que no ha hablado con Trump de política y no se ha pronunciado por la viabilidad del Obamacare; que ella jamás ha discriminado a nadie por su preferencia -no orientación- sexual y que jamás lo hará; aseguró no ser una científica respecto al cambio climático, y calificó lo ocurrido con George Floyd como una barbarie, pues es madre de dos afrodescendientes. Barrett no aseguró si cree que Trump debería dejar la presidencia pacíficamente en caso de perder las elecciones, o si puede legalmente emitir una amnistía hacia él mismo. Mientras tanto, los demócratas invitaron a testigos favorecidos por la política de salud y respondieron con una protesta, sosteniendo fotografías de beneficiados por el Obamacare que padecerían consecuencias negativas si dicha política sanitaria se extinguiera. El temor por su abolición sigue presente debido a la posible discusión en la Corte sobre su viabilidad y a la cual los jueces conservadores (6 de 9, contando a Barrett) podrían oponerse.
Se espera que Barrett sea votada en la Comisión entre este jueves y el 22 de octubre, así, en la semana del 26 de octubre y antes de las elecciones, los 100 miembros del Senado podrían votar la confirmación de quien sería la jueza asociada 103 de la Corte. Sin duda y si el Covid-19 lo permite, será confirmada con cuando menos 51 de los 53 votos republicanos, ya que no contará con las senadoras Murkowski de Alaska y Collins de Maine. Trump logrará terminar su período presidencial como el presidente que colocó a tres jueces conservadores en la Corte, quedándose a un juez de igualar el récord de Nixon y Reagan.
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