WASHINGTON. Joe Biden superó los cinco millones de votos de ventaja sobre Donald Trump en las elecciones de la semana pasada, mientras el mandatario saliente trataba de deslegitimar su victoria y utilizaba como arma el poder del gobierno federal.
Con 77.4 millones de papeletas a su favor frente a las 72.3 millones que acumula Trump, Biden amplió aún más su margen de victoria, que le convierte en el candidato presidencial más votado de la historia.
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Esos sufragios también le convierten en presidente electo conforme al sistema del Colegio Electoral, según los principales medios, que hicieron la proyección cuando quedó claro que Biden llevaba una ventaja insuperable en el número de estados suficiente para ganar la Presidencia.
Trump se niega a reconocer la derrota y denuncia sin pruebas un fraude electoral, con una estrategia legal que tiene pocas perspectivas de éxito, como reconocen en privado sus principales asesores.
El mandatario se anotó ayer los tres delegados de Alaska en el Colegio Electoral, lo que eleva a 217 votos que tiene garantizados según ese sistema, muy lejos de los 270 que se necesita.
Para anular el liderazgo de Biden, que ya acumula 290 delegados, Trump tendría que demostrar fraude en múltiples estados clave, algo improbable.
Las autoridades del estado de Georgia, donde Biden aventaja por 14 mil sufragios, dieron un pequeño triunfo a Trump al anunciar que harán recuento a mano de más de 5 millones de votos.
El recuento a mano es un paso sin precedentes en la historia de Georgia, un estado republicano. Además, el secretario de Estado de ese estado, Brad Raffensperger, dijo que podría haber dos recuentos, alargando la agonía de Trump.
Con un margen tan pequeño es necesario llevar a cabo un recuento en cada uno de los condados del estadoB. Raffensperger / Srio. de Georgia
Ante las ínfimas perspectivas de esa estrategia legal, Trump ha decidido utilizar el gobierno federal para dificultar la transición, diez semanas antes del previsto relevo que se producirá el 20 de enero.
El paso más alarmante lo dio Trump al continuar su purga del Pentágono después de haber despedido el lunes a su titular, Mark Esper, y pasó a colocar en la cúpula civil del Pentágono a tres de sus aliados.
Medios apuntan a que Trump prepara más despidos en su equipo de seguridad nacional, incluidos los del director del FBI, Christopher Wray; y la directora de la CIA, Gina Haspel.
Esta última recibió un espaldarazo del líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, quien se reunió con ella en Washington.
“La inteligencia no debería ser partidista”, advirtió en un tuit.