Una frontera cerrada por orden del presidente de República Dominicana, amenaza con la cancelación de las relaciones comerciales y un impresionante despliegue militar, estos son los recientes escenarios que Haití ha sumado a su ya muy demacrada crisis política, económica, social y humanitaria, una severa situación que puede agravar aún más la inmigración haitiana.
El presidente dominicano, Luis Abinader, anunció la decisión como represalia por la construcción de Haití de un canal para desviar agua del río Masacre, que separa ambos países, y como parte de esta protesta también devolvió a miles de haitianos que cruzaron irregularmente al país vecino, incluso incluyó a ciudadanos de dominicanos con ascendencia haitiana, acto que fue considerado grave en materia de xenofobia, ademas de suspender los visados para sus vecinos.
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Príncipe defiende su "derecho soberano a explotar sus recursos naturales" y llama al diálogo. Mientras tanto, al otro lado del río, continuaba la obra impulsada por un grupo privado que busca desviar el agua para venderla a productores locales.
El enfrentamiento entre los países vecinos se perfila para agravar la ya deteriorada economía haitiana. Las importaciones del país provienen principalmente de República Dominicana (8.4 por ciento) después de EU (56 por ciento), el año pasado totalizaron mil 40 millones de dólares, entre artículos de joyería, alimentos y materiales de construcción.
El comercio en Dajabón ha estado cerrado desde hace ya 15 días, generando millonarias pérdidas.
La tensión binacional se suma a la interminable lista de crisis que azota a Haití que abarca el caos político tras el magnicidio del presidente Jovenel Moïse en 2021, la inseguridad por las pandillas que controlan casi el 80 por ciento de la capital Puerto Príncipe, la situación humanitaria crítica con inseguridad alimentaria superior al 45 por ciento, escasez de agua potable y de servicios médicos.
Este cóctel de situaciones ha generado en una de las peores crisis migratorias para el país. Tan solo en la última semana, entre mil y mil 500 haitianos abandonaron al día República Dominicana desde que el presidente dominicano, decretó la serie de medidas para forzar la paralización de la construcción de Haití.
Dado que las fronteras -marítimas, aéreas y terrestres- están cerradas, los pasos limítrofes solo se abren para que los ciudadanos haitianos que residen, legal o ilegalmente, en República Dominicana regresen a su país, quienes, por lo general, llegan a esos puntos en autobuses de transporte privado.
Un día después de que empezara a aplicarse la medida, llegaron a salir unas cinco mil personas solo por un cruce habilitado por las autoridades dominicanas y, a partir de entonces, salen alrededor de mil o mil 500 personas por día.
En México, de las 37 mil 606 peticiones de asilo que recibió la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados durante el primer trimestre del año, 13 mil 631 (36.25 por ciento) fueron de haitianos, la nacionalidad qué más solicitudes acumula.
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Un cuadro estadístico del Instituto Nacional de Migración de Honduras detalla que del 1 de enero al 17 de septiembre del 2023 pasaron 419 mil 101 migrantes, de los cuales, 39 mil 398 eran de Haití.
Actualmente se encuentran cerca de 165 mil personas desplazadas internamente por la violencia de las pandillas y por los efectos causados por las inundaciones de julio.