El cuerpo del líder del Estado Islámico Abu Bakr al Baghdadi fue lanzado al mar por las fuerzas militares de Estados Unidos luego de que se inmolara tras un operativo el fin de semana, dijeron a la AFP fuentes del Pentágono.
No se proporcionaron detalles respecto a cuándo y dónde se lanzó el cuerpo al mar, pero hicieron un paralelismo con el destino del cadáver del líder de Al Qaida, Osama bin Laden, luego de que fuera asesinado por fuerzas especiales estadounidenses en 2011.
Los restos de Bagdadi "fueron tratados de forma apropiada", había dicho previamente el jefe del estado Mayor Conjunto, general Mike Milley.
Abu Bakr al Baghdadi, abatido en una operación de las fuerzas especiales estadounidenses, ha sido el terrorista más buscado del mundo desde la muerte de Osama bin Laden y una figura siniestra capaz de proclamar un sangriento califato con el que exportar su guerra santa por todo el mundo.
Despiadado y huidizo, el caudillo del grupo terrorista Estado Islámico (EI), de 48 años al momento de su muerte, amparó el asesinato de miles de civiles por motivos religiosos y, mediante duros castigos, impuso en sus dominios un régimen teocrático con usos y costumbres medievales inspirados en los albores del islam.
El reinado de terror de Baghdadi será recordado especialmente por los métodos sanguinarios de los que se servían sus acólitos en sus videos propagandísticos, dotados de un impecable e inconfundible sello profesional que ayudó a la difusión de sus crímenes y de sus ideas radicales.
El líder del EI, dado por muerto varias veces, sólo se dejó grabar en público una vez: fue durante un discurso en la gran mezquita de la ciudad de Mosul, la que fue la capital de facto del grupo yihadista en Irak, a finales de junio de 2014.
Su alocución, en la que se ve rodeado de sus súbditos, se difundió una semana después de arrogarse el título de califa, reservado en el pasado a los dirigentes que pertenecían al linaje de Mahoma.
La segunda y última vez que se le vio fue el pasado 29 de abril en una filmación en la que, de nuevo rodeado de algunos de sus camaradas, reconocía la derrota del grupo en Al Baguz, su último bastión en la provincia de Deir al Zur, en el este de Siria.
Su última prueba de vida salió hace algo más de un mes, el 16 de septiembre, cuando llamó en un mensaje sonoro de media hora a la batalla global y a liberar a las mujeres de los yihadistas que están encerradas en campamentos en el norte de Siria controlados por los kurdos.