Mientras la migración desde las áreas rurales a las urbanas se ha desarrollado en los últimos 50 años, poco a poco la proporción de
personas viviendo en entornos rurales ha disminuido en casi todos lo países de Latinoamérica continental. Por ejemplo, en México
pasó de representar el 49% de la población en 1960 al 20% en 2017. En este lapso el único país donde se registra un incremento del
peso de la población rural respecto del total es Belice, donde el 54% de la población total no vive en ciudades.