Decenas de incendios forestales continúan activos en el este de Australia tras la jornada de condiciones "catastróficas" de la víspera y que amenaza con volver a repetirse este miércoles.
El Servicio Rural de Bomberos del estado suroriental de Nueva Gales del Sur, la región más azotada por estos fuegos, informó que 73 focos continúan ardiendo, la mitad de ellos fuera de control.
Mientras las autoridades advierten del peligro de que los fuegos se recrudezcan durante la presente jornada en el estado nororiental de Queensland por los fuertes vientos que azotan la región.
"Esto hace que las condiciones sean un desafío para los bomberos en tierra", apuntó Victoria Dodds, representante de la Oficina de Meteorología, al incidir además en la posibilidad de tormentas eléctricas, el terreno seco y la falta de lluvia.
Tres personas han perdido la vida y más de un centenar han resultado heridas por las llamas, que han devorado en todo el este de Australia unas 300 edificaciones, según los datos aportados por el comisionado de los bomberos, Shane Fitzsimmons.
Fitzsimmons dijo también que las autoridades investigan si algunos de los incendios, entre ellos los que ardieron en la periferia de Sídney, fueron iniciados deliberadamente.
En la urbe, la más poblada de Australia, los servicios de emergencia lanzaron ayer desde aviones líquido retardante, que ha teñido de rojo casa, carreteras y coches, entre otros.
El actor australiano Russell Crowe publicó en las redes sociales el daño parcial provocado por los fuegos del martes en su vivienda de la localidad de Nana Glen, a unos 600 kilómetros al norte de Sídney.
Los servicios de bomberos han elevado a más de 11,000 kilómetros cuadrados, una superficie similar a Jamaica, el terreno devorado por los incendios desde mediados de año.
Esta superficie supone más de doble de la calcinada durante los incendios de febrero de 2009 en el estado de Victoria (sureste) que causaron 173 muertos y 414 heridos -los peores vividos en el país oceánico en las últimas décadas-.
La temporada de incendios en Australia varía según la zona y las condiciones meteorológicas aunque generalmente se registran en el verano austral (entre los meses de diciembre a marzo).
En los últimos años, los incendios forestales en Australia -que este año también ha sufrido una fuerte sequía- han aumentado en intensidad y los expertos vinculan esta virulencia a los efectos del cambio climático.