De acuerdo a una investigación realizada por The Guardian, Ecuador financió una operación de espionaje multimillonaria para proteger y apoyar a Julian Assange en su embajada central de Londres.
Según documentos vistos por la publicación, el país empleó una compañía de seguridad internacional y agentes encubiertos para monitorear a sus visitantes, personal de la embajada e incluso a la policía británica.
Durante más de cinco años, Ecuador colocó al menos cinco millones de dólares en un presupuesto de inteligencia secreta que protegía al fundador de WikiLeaks mientras tenía visitas de Nigel Farage, miembros de grupos nacionalistas europeos, individuos vinculados al Kremlin, así como hackers, activistas, abogados y periodistas.
Una investigación de The Guardian y Focus Ecuador revela que la operación contó con la aprobación del entonces presidente ecuatoriano, Rafael Correa, y del entonces canciller, Ricardo Patiño.
La agencia utilizó un presupuesto de "gastos especiales" para pagar la instalación de cámaras CCTV en la embajada, semanas después de la mudanza de Assange.
Al mismo tiempo, los documentos muestran que una compañía de seguridad internacional fue contratada para filmar y monitorear en secreto toda actividad en la embajada.
La compañía instaló un equipo que brindaba seguridad las 24 horas, los 7 días de la semana, con dos personas en turno a la vez.
El personal de seguridad registró en detalle las actividades diarias de Assange y sus interacciones con el personal de la embajada, su equipo legal y otros visitantes. Incluso documentaron sus cambios de humor.
Preocupados porque las autoridades británicas podrían usar la fuerza para ingresar a la embajada y apoderarse de Assange, los funcionarios ecuatorianos idearon planes para ayudarlo a escapar.
Por otro lado, existen documentos que muestran pagos multimillonarios a compañías de vigilancia de Internet por software de espionaje. Uno fue Hacking Team, una compañía de ciberseguridad con sede en Italia.
No está claro cómo el gobierno ecuatoriano utilizó las herramientas de vigilancia. Pero los periodistas de investigación que trabajan en Ecuador dicen que a menudo se han visto obligados a trasladar sus sitios web al exterior para evitar los ciberataques y los intentos de piratería informática. Otros han sido procesados por los tribunales.Enfrentando multas y cargos criminales, algunos fueron forzados al exilio.