No son pocas las mentes que aseguran que el elemento esencial del menú del futuro serán las plantas y la carne proveniente de laboratorio. Los problemas que surgen en las cadenas de suministro, más notorios por la pandemia de Covid-19 y la invasión rusa a Ucrania, así como la reducción del espacio agrícola, sugieren que todos los vegetales y la tecnología de punta marcarán el menú del futuro, que ya ha llegado a Singapur.
En ese país existe Float Foods, una empresa tecnológica que se encarga de buscar los ingredientes necesarios de plantas más adecuados para recrear distintos sabores, como del huevo.
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La fundadora de esta empresa, Vinita Choolani, dice que a principios de la pandemia los huevos estaban escasos, igual que los yogures, entre otros productos, de ahí que pensó que podía montar una compañía que contribuyera a la seguridad alimentaria y a la sostenibilidad.
La pandemia del Covid-19 y el cierre de las fronteras, supuso un revulsivo para Singapur, una isla que cuenta con poco más de 5.7 millones de habitantes sin más recursos que los humanos ni apenas espacio agrícola, que se encarga de producir únicamente alrededor del 10 por ciento de la comida que se consume, importando en el caso de los huevos hasta el 74 por ciento del total.
De igual manera, en el pico de la crisis sanitaria vivida en 2020, nació Tindle, una compañía con sede en Singapur que elabora pollo a partir de plantas. Jean Madden, jefa de marketing de la compañía expresó:
“Se distribuye congelado y se puede hacer lo que se quiera con él, desde nuggets hasta un sándwich o schnitzel... Es como plastilina para los chefs”.
Madden y Choolani hablan mientras degustan el famoso menú del futuro en un evento organizado por la consultora de datos Synthesis, que ante un escenario de crisis de suministro, envejecimiento poblacional y activismo medioambiental, realizaron alrededor de 27 mil simulaciones de lo que el futuro de la alimentación podría deparar en la próxima década.
La directora de Futuros en Synthesis, Vicky Lai, comentó: “Emergieron tres realidades: una en la que la carne real sigue siendo dominante y la carne hecha a través de plantas se convierte en la comida diaria de todo el mundo. Y una última en la que la carne limpia eclipsa a la carne animal”.
Según las estimaciones de la consultora, la carne de origen animal representa hoy un 99.5 por ciento de la demanda total en el mundo, aunque este es un porcentaje que se espera que vaya bajando, dados los problemas de suministro que se agravaron por la guerra entre Ucrania y Rusia, y la aceptación popular de los productos mencionados. También, la proliferación de la industria de alimentos no derivados de animales hace prever un futuro en el que el menú extraído de sus imitaciones, que incluye delicatessen como un tartar o gambas imposibles, sucedáneos con el mismo color, textura y sabor que los productos originales pero elaborados con proteínas vegetales, sea la norma.
“Cuando miramos al futuro, la prioridad es sin duda el sabor. Las buenas noticias son que con la comida elaborada con plantas siempre hay margen para mejorar el sabor”, aseguró durante el evento Laurent Stévenart, director de Impossible Foods en Singapur, una de las grandes firmas de esta industria, que busca mantener el disfrute de la comida con menor impacto ecológico.
“Los huevos vegetales tienen un 400 por ciento menos de emisiones de carbono que los producidos en granjas, y utilizan menos agua. Al no tener proteínas animales, no hay riesgo de salmonela ni de colesterol”, dijo a la agencia EFE Choolani, de Float Foods.
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En la ciudad-Estado asiática, laboratorio de innovación por antonomasia, la apuesta por esta industria es clara, y responde en parte a su propia necesidad de abastecimiento. Así, fue el primer país del mundo en aprobar en diciembre de 2020 la venta de nuggets de pollo elaborados a través del cultivo de células en un laboratorio, autorizando su producción y venta a la compañía estadounidense Eat Just, que también cuenta con el fondo Temasek entre sus inversores.
Una apuesta que confía en que una mayor demanda de estos productos marque un camino similar al de revoluciones pasadas.
“Como con los carruajes, que quedaron reemplazados por los vehículos modernos y montar a caballo se convirtió en un deporte o una actividad lúdica, vemos un futuro en el que las granjas de animales serán la excepción y la carne de plantas es consumida por la mayoría”, finalizó Madden.
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