La policía israelí anunció el arresto de unas 350 personas durante enfrentamientos el miércoles de madrugada en la mezquita Al Aqsa de Jerusalén en una intervención que llevó al movimiento Hamás a pedir a los palestinos que acudan masivamente a ese lugar de culto para defenderlo.
Los enfrentamientos dentro de uno de los lugares más emblemáticos para los musulmanes coincidieron con la celebración del Ramadán musulmán y de la Pascua judía, en un ambiente especialmente tenso entre israelíes y palestinos desde principios de año.
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El movimiento islamista palestino Hamás, en el poder en la Franja de Gaza, denunció "un crimen sin precedentes" y llamó a los palestinos de Cisjordania ocupada "a acudir en masa a la mezquita de Al Aqsa para defenderla".
La mezquita se encuentra en la Explanada de las Mezquitas, el tercer lugar más sagrado del islam, en Jerusalén Este, el sector palestino de la Ciudad Santa ocupado y anexionado por Israel. La Explanada está construida sobre lo que los judíos llaman el Monte del Templo, el lugar más sagrado del judaísmo.
Ante la "violencia y los golpes" de las fuerzas de seguridad israelíes, el secretario general de la ONU, António Guterres, se dijo "impactado y consternado", indicó Stéphane Dujarric, su portavoz.
"Este momento del calendario, santo para los judíos, los cristianos y los musulmanes, debería ser un momento de paz y no violencia", agregó el vocero.
El gobierno estadounidense también se declaró "extremadamente preocupado", señaló el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, pidiendo moderación a israelíes y palestinos.
El miércoles, la calma había vuelto al recinto, cuyas inmediaciones están fuertemente vigiladas por la policía israelí, que filtra las entradas.
La noche anterior, las fuerzas israelíes irrumpieron en la mezquita, "rompiendo puertas y ventanas", mientras que fieles se encontraban allí para rezar, afirmó Abdelkarim Ikraiem, un palestino de 74 años que estaba presente.
Llevaban "palos, armas, granadas de gas lacrimógeno y bombas de humo" y golpearon a los fieles, dijo. La Media Luna Roja palestina indicó que había atendido a al menos 37 heridos.
Agitadores
En un video difundido por la policía israelí, se ven explosiones de lo que parecen ser fuegos artificiales dentro del santuario, y personas lanzando piedras.
En otro video de la policía, se ve a agentes antidisturbios avanzando hacia la mezquita, protegiéndose con escudos de los disparos de cohetes.
Las imágenes muestran una puerta atrincherada, fuegos artificiales sobre una alfombra y a la policía evacuando a al menos cinco personas esposadas.
En un comunicado, la policía denunció la acción de "varios jóvenes fuera de la ley y agitadores enmascarados que introdujeron fuegos artificiales, palos y piedras" en la mezquita.
"Los líderes se atrincheraron en el interior durante varias horas [después de la última oración vespertina] para alterar el orden público y profanar la mezquita", mientras coreaban "consignas que incitaban al odio y a la violencia", añade el texto.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que las fuerzas de seguridad se vieron "obligadas a actuar apara restablecer el orden" frente a los "extremistas".
Provocaciones
El ministro palestino de Asuntos Civiles, Husein Al Sheikh, declaró que "el nivel de brutalidad [de la policía israelí] exige una acción urgente palestina, árabe e internacional".
Jordania, que administra los lugares santos musulmanes de Jerusalén, condenó el "asalto" a la mezquita y pidió a las fuerzas israelíes que se retiren inmediatamente.
La Liga Árabe, que organizó una reunión extraordinaria, acusó a Israel, una "potencia ocupante", de la situación y advirtió contra cualquier "provocación" que pueda herir "los sentimientos de los creyentes".
Marruecos, que normalizó sus relaciones con Israel a finales de 2020, condenó "firmemente" la intervención de la policía israelí y llamó a "respetar el estatus jurídico, religioso e histórico" de Jerusalén y e los lugares santos, en un comunicado de su ministerio de Exteriores.
Tras los enfrentamientos en Al Aqsa, se lanzaron varias salvas de cohetes desde el norte de la Franja de Gaza hacia territorio israelí, indicaron periodistas de AFP y testigos.
En represalia, el ejército israelí llevó a cabo ataques aéreos contra lo que dijo que eran instalaciones militares de Hamás en ese territorio palestino sometido a bloqueó israelí.
El conflicto palestino-israelí se ha intensificado en lo que va de año. La violencia dejó casi 110 muertos desde enero y se reanudó el fin de semana pasado tras la relativa calma que reinaba desde el comienzo del ramadán, el 23 de marzo.
Reacciones
Turquía, Marruecos, Egipto y Arabia Saudí rechazaron los enfrentamientos en Al Aqsa, mientras Jordania, en coordinación con la ANP, llamó a una reunión extraordinaria de la Liga Árabe.
Las "continuas violaciones y ataques a lugares sagrados podrían conducir a una nueva escalada", advirtió el canciller jordano, Sinan Majali.
De su lado, la Oficina de Asuntos Palestinos de Estados Unidos en Jerusalén se dijo "alarmada por las impactantes escenas en la mezquita de Al Aqsa y los cohetes lanzados desde Gaza hacia Israel", y llamó a "la desescalada para permitir el culto pacífico".
En paralelo, grupos de palestinos se manifestaron hoy en Cisjordania ocupada, mientras que el Ejército israelí informó que sus tropas sufrieron dos ataques con disparos en distintos puntos de este territorio, uno de ellos saldándose con un soldado herido.
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Los episodios de este miércoles elevan significativamente la tensión en la zona, que vive el inicio de año más violento en mucho tiempo, con el aumento de ataques tanto de palestinos como de colonos judíos en Cisjordania, así como el incremento de violentas redadas israelíes en los territorios ocupados. Estos hechos han dejado ha dejado 92 palestinos muertos y 15 del lado israelí en lo que va de 2023.