PARIS, Francia – Como si fuera una vulgar náufraga en emergencia, la canciller alemana Angela Merkel fue salvada por una coalición sui generis formada por Francia, España, Polonia y Dinamarca, que aceptaron recibir una parte de los refugiados registrados anteriormente en esos países.
Ese acuerdo, concluido a las 4 de la madrugada del viernes después de una extenuante cumbre de 14 horas en Bruselas, permitirá que Berlín devuelva los refugiados registrados anteriormente en esos países. Grecia también se mostró dispuesta a participar en el dispositivo de salvataje, pero los otros miembros de la Unión Europea (UE) reconocieron que el país “estaba saturado”.
Con ese acuerdo bajo el brazo, Merkel podrá enfrentar la amenaza de cisma lanzada por los socialcristianos bávaros de la CSU. El ministro del Interior, Horst Seehofer, que encabeza esa rebelión, había amenazado con cerrar en forma unilateral las fronteras a todos los refugiados previamente registrados en otros países. Ahora, paradójicamente, será el encargado de aplicar la nueva política. No obstante, amenazó con tomar medidas puntuales en las fronteras durante el verano.
La cumbre de la UE terminó en momentos en que se producía un nuevo naufragio en aguas del Mediterráneo central, en el cual desaparecieron más de un centenar de personas.
La reunión también definió una política común para administrar los flujos migratorios. En la práctica, se crearán “plataformas de desembarco” en terceros países para recibir a los migrantes interceptados en el mar por guardacostas libios o tunecinos, donde quedarían bajo la protección del Alto Comisariado para los Refugiados de Naciones Unidas (HCR). El problema es que, por el momento, ningún país africano ha dado su acuerdo para recibir esas infraestructuras. Como siempre, ahora todo será cuestión de negociación y, sobre todo, de “estímulo” financiero.
La cumbre también apoyo la creación de los llamados “centros controlados”, instalados en los países europeos de llegada de los migrantes. Estos serían los encargados de la recepción y de una primera selección entre quienes tienen o no derecho al asilo. El texto afirma que la creación de esos centros, así como la recepción de los migrantes, se hará “sobre una base voluntaria”. Y, durante la cumbre, el único país que se propuso espontáneamente fue Grecia.
Esas fórmulas de cooperación dieron satisfacción al primer ministro italiano Giuseppe Conte, que había amenazado con no firmar las conclusiones de la cumbre si no obtenía la solidaridad que reclamaba. “Italia ha dejado de estar sola”, declaró. Miembros de la delegación italiana declararon off the record que Conte había sido al gran ganador de la cumbre.
La cumbre de la UE, que coincidió además con una fase críticas de las negociaciones sobre el Brexit con el Reino Unido, tampoco pudo llegar a acuerdos para reformar la zona euro, como deseaba el presidente francés Emmanuel Macron. El tema volverá a ser abordado durante una cumbre especial que se realizará en diciembre próximo.
A pesar de que el proyecto cuenta con el respaldo de Francia, Alemania y España, tropieza con la fuerte resistencia de Holanda y otros 11 países (Bélgica, Luxemburgo, Austria, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Letonia, Lituania, Estonia, Irlanda y Malta). Esos países se niegan a aceptar la idea de un presupuesto común, que podría derivar en una transferencia fiscal del norte al sur.