LONDRES. El tope tarifario de la energía de los hogares en Reino Unido aumentará 80 por ciento a partir de octubre y las facturas de gas y electricidad podrían seguir incrementándose de forma “considerable” en 2023, en plena crisis del coste de la vida para la nación
El incremento es el mayor registrado en Europa, en medio de una crisis energética que afecta a gran parte del continente, principalmente al Reino Unido y a los miembros de la Unión Europea, quienes intentan disminuir su dependencia de Rusia en el abastecimiento de energéticos.
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La reducción del suministro y la preocupación por la guerra hicieron que los precios de la energía en Europa se dispararan de forma acelerada.
En el Reino Unido el tope pasará de las actuales mil 971 libras (unos dos mil 325 dólares) que paga al año un hogar medio a tres mil 549 libras (cuatro mil 180 dólares), anunció el regulador británico Office of Gas and Electricity Markets (Ofgem).
“El alza refleja la progresión continua de los precios mundiales al por mayor del gas, que empezó con los desconfinamientos después de la pandemia, y fueron llevados a niveles récord cuando Rusia interrumpió lentamente sus suministros de gas a Europa”, afirmó el organismo.
Teniendo en cuenta la tendencia, Ofgem advierte que los precios podrían agravarse de forma considerable en 2023.
En los últimos días el precio del gas rozó los niveles históricos que alcanzó a principios de la ofensiva rusa en Ucrania.
El Reino Unido dejó de importar por completo en junio petróleo refinado, crudo, gas, y carbón desde Rusia, por primera vez desde que comenzaron los actuales registros de la Oficina Nacional de Estadísticas británica, en enero de 1997.
En medio de la crisis energética agravada por la falta de suministros desde Rusia, Moscú ha estado quemando cerca de 10 millones de euros al día del gas que podría enviar a Europa a través del gasoducto Nord Stream 1, según revela un informe de la consultora Rystad Energy.
Imágenes de satélite de la central de gas natural de Portovaya, cerca de la frontera rusa con Finlandia, muestran altos niveles de calor desde el 11 de julio que, según los expertos, son la huella de esa quema de hidrocarburos.
La situación salió a la luz después de que ciudadanos de Finlandia comenzaran a vislumbrar hace semanas grandes llamaradas en el horizonte, detalla la consultora, que alerta de que la quema representa un desastre ambiental, al emitir nueve mil toneladas de CO2 al día.
La caída del suministro y el temor a cortes aún mayores este invierno ha llevado a Bruselas a urgir a los 27 países miembros a recortar hasta un 15 por ciento el consumo de gas hasta marzo de 2023 para tratar de asegurar sus reservas.
El primer ministro de la República Checa, país que preside actualmente la Unión Europea, declaró que convocará una reunión “urgente” para abordar la crisis energética, desencadenada tras la invasión rusa de Ucrania.
España aprobó las medidas de ahorro energético adoptadas a principios de mes por el gobierno de izquierdas como parte de un plan europeo para reducir las importaciones de gas ruso, entre las que se incluye la limitación del aire acondicionado o la calefacción.
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Suiza es de los países más ricos del mundo, pero su dependencia del gas ruso y de las nucleares francesas amenaza la nación alpina con una escasez de energía o incluso apagones este próximo invierno.
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