SAO PAULO. Un grupo religioso de extrema derecha en Brasil se adjudicó la responsabilidad de un ataque con bombas Molotov a una productora que produjo un especial de Netflix que representaba a Jesús como gay.
Un grupo que se identificó como el "Comando de Insurgencia Nacionalista Popular de la Gran Familia Integralista Brasileña" dijo en un video -que circuló en las redes sociales en Navidad- que llevó a cabo el ataque a las oficinas de la productora Porta dos Fundos en Río de Janeiro.
El video muestra a tres hombres con pasamontañas encendiendo cócteles Molotov y lanzándolos a la oficina con fachada de vidrio que parece ser la de la oficina de Porta dos Fundos. Nadie resultó herido en el incidente.
El video también muestra a tres hombres con máscaras de ski negras y monos verde oscuro leyendo un comunicado frente a una bandera con la letra griega Sigma, el símbolo nacional del movimiento integralista de Brasil a partir de 1930, inspirado en el fascismo europeo.
También había una bandera imperial del país, el símbolo nacional de la antigua monarquía de Brasil, que no se usa desde el siglo XIX.
El comunicado, leído con una voz alterada, critica la comedia como una "blasfemia" perpetrada por marxistas izquierdistas que buscan debilitar y dividir al país y critica a Netflix por emitir el especial.
La policía identificó las matrículas de un vehículo y una motocicleta usada por los atacantes e indicó que las imágenes que los autores del video intercalaron en su mensaje -que muestran el momento en que arrojan las bombas- son "compatibles" con los demás registros del hecho.
Alrededor de 2 millones de personas firmaron una petición para que Netflix retire la comedia de Navidad de Porta dos Fundos, que retrata a Jesús trayendo a casa a un novio para conocer a la Sagrada Familia. El documento calificó el espectáculo como ofensivo para los cristianos.
El movimiento integralista de Brasil de la década de 1930 enfatizaba el cristianismo, los valores familiares y las políticas autoritarias, y buscaba suprimir las diferencias presentes en la sociedad.
Brasil alberga a la población católica más grande del mundo. También hay una comunidad cristiana evangélica en rápido crecimiento que apoya al gobierno de derecha del presidente Jair Bolsonaro, quien una vez dijo que preferiría tener un hijo muerto antes que uno gay.