MAIDUGURI. Al menos 110 civiles fueron asesinados en un ataque en los arrozales ubicados en la aldea de Koshobe, en el noreste de Nigeria, que sufre la violencia de una insurgencia yihadista desde hace más de una década.
“Hombres armados llegaron en motocicletas y llevaron a cabo un brutal ataque contra hombres y mujeres que trabajaban en los campos de Koshobe”, dijo en un comunicado el coordinador humanitario de la ONU en Nigeria, Edward Kallon.
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“Al menos 110 civiles murieron cruelmente y muchos mas resultaron heridos”, afirmó Kallon, que lo calificó como el ataque más sangriento realizado contra civiles este año en esa región.
El comunicado de la ONU no menciona al grupo yihadista Boko Haram, ni a su facción disidente, el grupo Estado Islámico en África Occidental (Iswap), que multiplican la violencia en esta región y controlan una parte del territorio nigeriano.
Miembros de Boko Haram “amordazaron” y “degollaron” atrabajadores agrícolas, que faenaban en arrozales, no lejos de Maiduguri, capital de Borno, declaró Babakura Kolo, responsable de una milicia de autodefensa progubernamental.
Las víctimas fueron enterradas en e Zabarmari, en presencia del gobernador de Borno, Babaganan Umara Zulum.
Entre las víctimas había decenas de trabajadores agrícolas del estado de Sokoto, a unos mil kilómetros al oeste, que habían viajado al noreste para encontrar trabajo en los arrozales. El mes pasado, 22 agricultores habían sido asesinados en sus campos, cerca de Maiduguri.
“El país entero está herido por estos asesinatos sin sentido”, dijo el presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari.
Los habitantes califican sin diferenciarlos a los yihadistas de esta región como elementos de Boko Haram, aunque pertenezcan a ese grupo o al Iswap.
Pero el grupo afiliado al Estado Islámico es el más activo en la zona, afirma Bulama Bukarti, analista para África subsahariana del Instituto Tony Blair.