Al menos nueve personas fallecieron en un feroz incendio forestal que devoró una ciudad en el norte de California llamada Paradise, que en español significa "Paraíso", aunque en realidad se convirtió en un infierno.
El condado de Buttle es hasta ahora el más afectado por "Camp Fire", que arrancó el jueves de mañana y ya arrasó con un área de 280 km2.
Otros dos incendios se registran más al sur, en el condado de Ventura, cerca de Thousand Oaks, donde un exsoldado abrió fuego en un bar el miércoles en la noche dejando 12 muertos antes de suicidarse.
"La magnitud de la destrucción que hemos visto es increíble y desgarradora", dijo Mark Ghilarducci, director de la oficina de emergencia del gobierno del estado. "Sabemos que hay heridos y que se han perdido vidas humanas".
El sheriff de Buttle, Korey Honea, actualizó el viernes de noche el saldo de víctimas.
"Es mi triste deber confirmar que tenemos ahora un total de nueve muertes", indicó el sheriff.
Precisó que cuatro fueron hallados dentro de vehículos en el área de Paradise, otro fue encontrado por allí cerca en la calle. Otros tres estaban a las afueras de una residencia y otro dentro de una casa.
"Aún no tengo todos los detalles porque tenemos investigadores en el campo tratando de llegar a esos lugares donde ocurrieron estas muertes", indicó en una rueda de prensa.
La oficina del sheriff informó más temprano que "debido a las quemaduras la identificación aún no se pudo hacer".
California ha sido golpeado desde finales de 2017 por numerosos incendios especialmente violentos, que provocaron una decena de muertes.