PARIS, Francia - El controvertido pensador islamista Tariq Ramadan, que había sido detenido el miércoles último, fue oficialmente inculpado ayer en París por la fiscalía francesa y colocado en prisión provisional por la presunta violación de dos mujeres.
El teólogo —nacido en Suiza hace 55 años— negó las acusaciones e instruyó a sus abogados para que pidieran su liberación, pero el juez recién adoptará su decisión en los primeros días de la semana próxima.
Este caso es el primer escándalo importante de violación que estalla en Francia después del movimiento internacional que nació a partir de las revelaciones sobre el comportamiento del productor de Hollywood Harvey Weinstein.
En los tres días que el teólogo permaneció arrestado en una comisaría del 10° distrito de París, fue careado con una de sus víctimas, discapacitada de 45 años, conocida con el seudónimo de “Christelle”, quien denunció haber sido violada en 2012 en un hotel de París.
La denunciante reafirmó en su testimonio ante la policía que ambos se vieron en la recepción de un hotel y luego subieron a la habitación, donde Ramadan la golpeó con violencia en la cara y en el vientre, la obligó a practicarle una felación y a mantener una relación sexual de extrema crueldad. Luego, escondió sus ropas en una parte alta de la habitación para impedirle que se fuera y la obligó a pasar la noche en la misma cama que él.
La protagonista del careo ofreció detalles precisos que parecen confirmar la veracidad de su testimonio. Describió en particular una cicatriz que el pensador tiene en la ingle. Ese indicio amenaza con desacreditar la defensa de Ramadan, asegurando que nunca mantuvo relaciones sexuales con ella. Por el contrario, sostiene que, tras meses de intercambio de mensajes a través de las redes sociales, accedió a reunirse con ella en la recepción de un hotel, pero asegura que la conversación duró apenas media hora y no tuvo las consecuencias que pretende la acusadora.
El relato de la mujer será publicado en el próximo número de la versión francesa de la revista Vanity Fair, pero la publicación anticipó ayer los principales tramos de su relato.
La otra denunciante es Henda Ayari, una ex militante salafista que el 20 de octubre pasado presentó una denuncia afirmando que había sido violada por Ramadan en 2009, en un hotel de París. Debido a la intensa presión que sufrió en las últimas semanas por las redes sociales, no se encontraba en condiciones de ser careada con Ramadan, por lo cual el juez de instrucción decidió postergar ese procedimiento a una fecha ulterior, pues contaba con suficientes elementos de juicio para inculpar al acusado.
Durante los tres meses que duró la investigación, los investigadores recibieron igualmente los relatos de otras víctimas y una confirmación de Suiza de dos mujeres que también están dispuestas a presentar sus denuncias. También recogieron las declaraciones de los empleados de los hoteles donde se produjeron los hechos y registraron los dos domicilios que posee el teólogo en Francia, uno cerca de la frontera con Suiza y otro ubicado en Saint Denis, en la periferia norte de París.
El caso contra esta figura central del islam se anuncia extremadamente delicado, pues se trata de un personaje que, hasta ahora, gozaba de un gran prestigio intelectual en medios universitarios y religiosos. Además de haber sido profesor en numerosas universidades de Gran Bretaña, Suiza, Estados Unidos, Holanda y varios países árabes, es nieto de Hassan el-Banna, fundador de la Hermandad Musulmana en 1928, y en 2004 integró la lista de los "los 100 científicos y pensadores más influyentes del planeta" de la revista Time.
El teólogo también es acusado de duplicidad desde el punto de vista político y doctrinario, pues ante el público occidental expresa opiniones moderadas, mientras que ante los auditorios musulmanes predica ideas fundamentalistas.